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Cuatro. ¿De verdad otro cuatro?

Soobin suspira, haciendo una bolita de papel su examen con la calificación ampliamente escrita en tinta roja, como si se burlara de él. Como si se burlara de sus nulas capacidades y tonta e inconsciente distracción.

Se siente peor cuando todos comienzan a murmurar a su alrededor. Cosas como "estuvo muy fácil", o, "ni siquiera estudié y saqué un nueve".

Maldita sea, él pasó dos noches enteras con la cara enterrada en su libro de química, y aún así—

—¿Soo? —lo llama Yeonjun— ¿Todo bien? —pregunta discretamente, evidentemente sólo refiriéndose a una cosa.

"¿Lo pasaste?"

Su expresión acongojada deja ver de inmediato la respuesta, y Yeonjun suspira, tornándose visiblemente triste también. Con su mano intenta ocultar de su amigo su nota perfecta, un diez de diez orgullosamente marcado en rojo, pero todo es en vano porque Soobin la ve.

El fin del periodo se anuncia a través de los parlantes en las paredes, un timbrazo fuerte pero corto. Soobin guarda sus cosas rápidamente, queriendo huir de ahí lo más pronto posible e intentar evitar sentirse aún más fracasado.

Sin embargo, apenas se pone de pie, la voz de su profesor perfora sus oídos.

—Choi.

Y aunque ambos amigos se voltearon, ya saben a qué Choi está llamando el profesor.

El resto de sus compañeros había abandonado el salón, sólo dejándolos a ellos dos y al profesor Park.

Yeonjun mira a su amigo con una ceja levantada, silenciosamente anunciando que estaría esperándolo afuera, saliendo a pasos veloces del aula, así que Soobin mira su profesor con decaimiento.

—Escuché que tendrás tutorías de matemáticas de ahora en más. —comienza el profesor con suavidad— ¿Habrían posibilidades de que también incluyeran química en sus clases? Con el promedio que llevas, lo más probable es que lleves a reparar.

+×÷=

—¿Bebé...?

—Vete.

—Soobi, no puedes esconderte eternamente en el baño, lo sabes. —regaña con cansancio Beomgyu detrás de la puerta del cubículo.

Soobin, sentado sobre la tapa del retrete, alza su mirada nublada de lágrimas y las limpia torpemente con sus manos.

—Sí puedo, mírame hacerlo.

Mira distraídamente las inscripciones escritas en la puerta.

"Puto el que lo lea"

—Ya sé que estás muy triste, y tienes razón pero... —habla esta vez Yeonjun— Sal para que podamos consolarte como se debe.

—No quiero consuelo, sólo váyanse.

El baño entero queda en silencio unos segundos, después escucha dos suspiros casi sincronizados, y las pisadas alejándose cada segundo más. Un portazo y es todo.

Tiene el baño del tercer piso a su total disposición para que pueda llorar.

Pero tan pronto como las lágrimas empiezan a escapar de sus ojos almendrados, escucha risas en el pasillo y luego algunas personas entran al baño.

Intenta no oír la conversación, sabe que es grosero.

Pero no puede evitarlo.

—¡Eres tan amable, Kai! —halaga un chico con voz asquerosamente empalagosa— De verdad vas a darle clases a ese retrasado, eres un Ángel.

Math ᯽ ꒰ sookai ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora