19 ×

4K 686 315
                                    

Honestamente, la conversación con su madre no lo hizo sentir mejor, así que Soobin pasa el resto del día tumbado en su cama, pensando que aún si está terriblemente aburrido, ni siquiera bajo amenaza de muerte haría sus tareas de invierno. En estos momentos lo último que quiere es mirar durante eternidades aquellos números que ni siquiera comprende y que sólo le recuerdan a Huening Kai.

Un poco de tiempo a solas le beneficia bastante, pues finalmente logra darle un poco de espacio a sus propias ideas para no volverse loco (del todo). Y tras pensarlo por varias horas, llega a la conclusión de que lo mejor sería hablar con el chico en cuestión sin tener a nadie encima presionándolo.

(Nadie como su madre, o Yeonjun, o Beomgyu).

Pero... ¿qué? ¿Iría a cada de Hueningie a tirar piedras a su ventana y rogarle que abra? (Sería más sencillo tocar su puerta, ¿o no? Pero ni siquiera tenía su dirección).

—¿Ehm, Soobin? —llama su hermano— Tengo aproximadamente cinco minutos llamándote, ¿qué tanto piensas?

El mencionado parpadea, rápidamente perdiendo el hilo de sus pensamientos y sentándose en la cama.

—Uhhh, nada importante. —responde simplemente.

—¿En serio ya no confías en mí? —la pregunta triste de Beomgyu lo hace sentir un poco culpable.

—Lo hago, en serio.

—No parece–

Como si estuviese calculado, el teléfono de Beomgyu suena repetidas veces anunciando mensajes de texto. Beomgyu se sonroja de la sorpresa, sacando el aparato del bolsillo y volviéndose incluso más rojo al leer los mensajes.

—¿Beom? ¿Pasa algo?

—Uhh... Sólo Yeonjunnie. —comenta distraído mientras teclea.

Ambos se quedan en silencio, el ambiente sólo siendo llenado por el sonido táctil del teclado. Justo cuando Soobin está a punto de abrir la boca para pedirle que le baje el volumen a aquel sonido infernal, Beomgyu habla.

—Junnie pregunta si podemos ir a su casa esta noche.

—¿Eh? ¿Y su padre lo permite?

El señor Choi es probablemente el hombre más estricto que alguna vez haya conocido, por lo que espera no tener que encontrárselo aquella noche y tener que hacer cien abdominales antes de cenar.

(Como sucede cada vez que visita a Yeonjun. Al parecer es una regla en su casa que aplica incluso a los invitados).

—No estará... En realidad, ni siquiera lo sabe. —ríe— ¿Te imaginas si se entera? Nos haría correr diez kilómetros cargando pesas.

Soobin ríe.

—¿Hay alguna razón en específico por la que quiere vernos?

Beomgyu lo piensa por unos segundos para después negar rápidamente con la cabeza, intentando parecer casual. Pero para su desgracia, Soobin ya lo conoce lo suficiente como para distinguir atisbos de nerviosismo típicos cuando miente.

Y sin saber por qué, lo deja pasar.

+×÷=

La llegada del invierno siempre ha sido una de las fechas favoritas de Huening Kai. No sólo por las vacaciones o la comida, sino porque la familia de Taehyun y la suya buscan cualquier ocasión para reunirse todos los años. Desde pequeños han sido mejores amigos inseparables, más que nada debido al hecho de que sus padres son muy cercanos y se veían obligados a pasar las tardes jugando juntos.

(Probablemente la primera vez que conoció a Taehyun fue cuando ambos tenían un año de nacidos. Es loco pensarlo, pero podría considerarse su alma gemela)

Sin embargo, por primera vez en su vida recibe un mensaje de texto de la persona que menos esperó, y sin saber realmente por qué, sus planes de pasar toda la noche jugando videojuegos con Taehyun cambian completamente y ahora está sentado en la alfombra afelpada de la sala de Yeonjun.

—Y... —habla Taehyun un poco incómodo— ¿Necesitas algo?

Siendo sinceros, el mensaje que había redactado Yeonjun les había asustado un poco y por eso no pudieron negarse, pues empezando por el hecho de que nunca se habían escrito, el mayor ni siquiera les había saludado, sólo pasando una dirección adjunta, pidiendo que fueran a su casa en cuanto antes y que llevaran algo de comer.

(Afortunadamente Taehyun y Kai decidieron llevar algunos dulces y frituras, porque todo lo que había en el refrigerador de Yeonjun era espinacas y leche deslactosada).

Yeonjun no les responde, bastante callado desde que ambos llegaron, así que los tres se miran mutuamente en un muy incómodo silencio que sólo es roto por el timbre.

El mayor se levanta como un resorte, corriendo hasta el recibidor y abriendo la puerta. Debido a que la sala estaba en un ambiente diferente, Kai no pudo enterarse de quién había llegado, pero en sólo segundos reconoce la voz de Beomgyu y se torna bastante nervioso al pensar que Soobin también está ahí.

Y sus miedos se confirman cuando escucha la melodiosa risa del chico de hoyuelitos.

Taehyun también se pone nervioso, volteando a ver a su mejor amigo en una pregunta silenciosa sobre si está bien. Pero en realidad, Kai no está bien. Aún no está listo para enfrentar una conversación con Soobin. No está listo para que rompan su corazón con una risa burlona. No está listo para que le digan que todo fue un juego.

Y al parecer, Soobin tampoco lo está, pues cuando pasa a la sala, sus ojos automáticamente enfocan al menor de todos, logrando que perdiera todos los colores de su rostro y ambos sólo mantengan contacto visual sin decir nada.

—Hola, Kai, Tae. —saluda animado Beomgyu, pero sólo Taehyun responde al saludo.

Será una larga noche.

Math ᯽ ꒰ sookai ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora