07 ×

5.3K 912 834
                                    

Los nervios lo carcomen cuando le entregan el examen, pero después de dar tres respiraciones profundas y juguetear distraídamente con su borrador, logra completar todos los ejercicios de la hoja en una cantidad de tiempo bastante sorprendente. Es probablemente la primera vez en años que logra estar tan tranquilo mientras presenta una evaluación, y aunque sabe que no todo está perfecto, se siente feliz cuando finalmente el profesor toma su hoja y la agrega a la pila que lleva en sus manos.

Soobin suspira, soltando su lápiz un poco mordisqueado y reclinándose en su silla. Está seguro de que si su hermano estuviera junto a él en ese momento, lo regañaría y estaría hablando por varios minutos sobre los riesgos de balancearse en la silla, como fractura de cadera o algo así.

Un suspiro a su lado capta su atención, y cuando voltea se topa con la mirada decaída de Yeonjun.

Su mejor amigo había tenido un semblante taciturno desde que se encontraron en la mañana, y sabía que definitivamente no eran los nervios del examen.

—¿Yeonnie?

El mayor ni siquiera se inmuta ante su llamado, lo que termina de sorprender más a Soobin, pues Yeonjun no es alguien que actúe de forma tan distante. De todas formas, decide dejarlo en paz; ya tendría tiempo de interrogarlo cuando estuvieran en descanso.

Pasan algunos minutos en los que Soobin observa su escritorio mientras su mente divaga mucho más allá. Su profesor todavía está corrigiendo los exámenes, así que en poco tiempo sonaría el timbre y podría escaparse un rato a la fuente y quizás saltarse el próximo periodo.

No se da cuenta que el profesor ya estaba entregando notas hasta que éste estampa su examen en el escritorio y le sonríe ampliamente.

—Felicidades, Choi.

Abre los ojos ampliamente cuando un ocho de diez está marcado sobre el papel. Bien, no es una nota perfecta, pero definitivamente es una mejora.

Revisa todo como si no pudiese creerlo (la verdad no puede creerlo), y, por supuesto, su error fueron los decimales.

Pero está más que feliz, así que eso ni siquiera le preocupa.

Yeonjun se levanta sin siquiera voltear a verlo, guardando sus cosas torpemente en su mochila y dejando olvidado su examen sobre la mesa.

Dos de diez.


+×÷=


—¡Felicitaciones, Hyung! —aplaude suave Kai con una sonrisa genuina en su rostro— Sabía que usted podía hacerlo.

Soobin sonríe levemente, aún el recuerdo de la nota de su amigo fresco en su mente.

—Gracias.

—¿Pasa algo? —pregunta preocupado— No parece muy feliz para haber pasado el examen.

—Sólo... Cosas. Nada que te importe.

El menor siente su sonrisa decaer, pero se las ingenia para mantener una expresión serena. Suspira y rasca su cabeza mientras hojea su cuadernito de planificaciones.

—Sí, lo siento.

Soobin se encoge de hombros, de nuevo reclinándose sobre la silla. Pero desgraciadamente, esta vez sí que debió hacerle caso a Beomgyu, porque lo próximo que sabe es que hay un dolor punzante en su espalda baja y que está tumbado en el piso.

—¿H-hyung? —Soobin puede sentir la risa mal disimulada en su voz.

Se levanta con lentitud, las secuelas de su caída realmente doliendo en su coxis. Recoge la silla, y cuando se sienta, lanza a Kai una mirada de advertencia.

Math ᯽ ꒰ sookai ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora