Rose Valley boys IV
No es necesario leer el resto de la saga para avanzar con esta lectura, pero se recomienda para una mejor comprensión de la historia.
Magnífica portada creada por @imfleurie ❤️
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MACKENZIE
Mi hermano tenía buen gusto y podía admitirlo sin sentirme como una idiota. Theo, su "amigo", era toda una obra de arte y apartar la mirada de él resultaba tan complicado como dejar de observar el atardecer. No sabía qué clase de genes tenía o si le había robado toda la belleza a su familia, pero podría quedarme embobada con los ojos posados en él por una eternidad y no sentiría que estaba desperdiciando mi tiempo. Sin embargo, sabía que era descortés seguir haciéndolo y esa fue la razón por la que me obligué a reaccionar.
ꟷSoy Mackenzie ꟷarticulé y dejé caer la maleta que cargaba celosamente en mis manosꟷ. Tú debes ser Theo, ¿verdad?
El muchacho se quedó en silencio mientras me estudiaba con desconfianza y pude imaginar las alarmas sonando en su cabeza sin cesar. Mi reputación no era un secreto y podía traspasar las fronteras imaginarias que se habían creado para delimitar países, no me asombraría saber que había llegado a sus oídos.
ꟷSoy la hermana de James ꟷcontinué intentando ignorar su penetrante mirada azulꟷ. Me dijo que estaba bañándose y que subiera mis maletas, espero no haberte asustado.
ꟷLo lamento ꟷsoltó de pronto y sacudió su cabeza como un perro que sufría una terrible picazónꟷ. Me has tomado por sorpresa. Sí, soy Theo. Mucho gusto.
Abandonando su postura rígida, caminó hacia mí con pasos largos disminuyendo la distancia en segundos para luego extender su mano derecha hacia mí. Pensé un segundo qué mano darle porque yo era zurda y se me complicaba hacer cosas normales con la mano derecha; no obstante, decidí que lo mejor era saludar con mi mano torpe.
Su agarre fue firme pero sin fuerza y pude sentir la aspereza de su mano contra la mía. El muchacho era terriblemente alto y estaba comenzando a sentirme cohibida por su altura. Sin embargo, no era su sorprendente y obvia belleza ni sus penetrantes ojos que parecían dos zafiros lo que llamó mi atención sino su voz. Yo conocía esa voz.
ꟷOye... ¿Te conozco?
Él negó rápidamente con su cabeza y finalizó el saludo formal dejando mi piel con ese cosquilleo propio del contacto con una persona desconocida y atractiva.
