❅ Epílogo ❅

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Versión extendida del epílogo en el libro en físico

Seam.

Me llevo el porro a la boca y le doy una calada. El humo entra y lo expulso lentamente por la nariz. El frío de la noche me pega en la cara, mientras espero escondido entre las sombras a la chica que, según ella, tiene información jugosa que me llevará a acabar con el idiota de Chase Lachowshi.

Estuve tan cerca de acabarlo. Pero tuvo que llegar el estúpido de Stefan para arruinar mis planes. Y, claro, como el cobarde que ha sido toda la vida, no apareció solo, sino también con Wendy y, sorpresa, Mateo.

Ante el recuerdo aprieto una mano en puño y le doy otra calada a mi cigarro.

La próxima vez, no tendrán mucha suerte. La próxima vez, voy a acabar con Chase.

— Mi queridísimo Seam — la voz seductora de Celeste Ellingson llega a mis oídos en un susurro bajo.

La veo avanzar por el callejón en el que estoy escondido. Va moviendo sus caderas, como suele cuando camina, y tiene una sonrisa deslumbrante en el rostro, típica de las brujas de su familia. Es una traídora por naturaleza. Y me encanta. Es ambiciosa y malvada; y realmente estoy interesado en saber lo que tiene por decirme.

Una vez que la tengo frente a mí, le escaneo el rostro. Joder que es hermosa. Pero esa jodida maldición que se trae encima, que no me deja besar esos labios tan tentativos que tiene y que normalmente se lo suele pintar de rojo para hacerlo aún más llamativos.

— ¿Que información me tienes? — Pregunto, levantando la mirada para verla a los ojos.

Celeste me regala una sonrisa de medio lado y coloca una mano en mi hombro. Me termina por pegar a la pared detrás de mí y luego acerca su cuerpo al mío.

— ¿Por qué tanta prisa, Seam? La noche es joven.

— No juegues conmigo, Celeste — me llevo de nuevo el porro a la boca y luego le echo todo el aire en la cara.

Celeste suelta una pequeña risa antes de hacer de abanico con la mano para despejar el humo.

— Te ves del asco, Seam. Stefan Lachowshi te dio una buena golpiza,¿verdad?

Hace el intento de tocarme la cara, pero alejo su mano con un golpe. Ella ríe ante mi arrebato y me quita el porro de la mano antes de darle una calada.

— Stefan Lachowshi también se está volviendo un grano en el culo. Tal vez deba deshacerme de él también.

Ante mis palabras, el rostro de Celeste cambia por completo. Y sonrío satisfecho, porque sé que le he dado justo donde le duele.

— Con Stefan no te metas — gruñe —. Yo tengo otros planes para él. La vida no le va a alcanzar para arrepentirse de todas la veces que me ha rechazado.

— La verdad es que Stefan es un idiota. Para cogerse a una mujer, no es necesario besarla.

Celeste sonríe.

— ¿Eso quiere decir que tú y yo…?

— Dame la información que quiero y luego tú y yo nos vamos a divertir — la interrumpo, y la agarro por el cabello para acercarla a mi rostro.

Ella parece satisfecha por mis palabras, y luego da un paso hacia atrás para poner distancia entre ambos. Le da una calada al porro que me ha robado y luego lo deja salir lentamente por la boca.

— Primero respóndeme tú algo — dice — ¿Cómo diablos Kaled te ha permitido hacer todo lo que estás haciendo?

— Recuerda que para Kaled, los Lachowshi son unos traidores. Aparte, Kaled tiene planes muy grandes, Celeste. Y para esos planes, quiere a Chase Lachowshi fuera del juego.

— ¿Qué planes?

Dejo salir una pequeña risa y niego con la cabeza. Es lo único que necesito hacer para que sepa que no pienso revelar más información.

Celeste suelta un bufido y, por fin, empieza a hablar:

— Entre las sombras hay alguien, alguien que está sediento de venganza, y que quiere exactamente lo mismo que tú: matar. Búscalo, él será un muy buen aliado para ti, y te ayudará.

Ante esa información, muestro una postura más atenta. Realmente me interesa.

— Dime más.

— Es un hechicero muy poderoso. Tal vez más poderoso que tú. En este momento está en Hemsworth, vigilando a su presa.

— ¿Cómo se llama?

Ella deja salir una risa corta y niega con la cabeza. Que haya imitado mi acción de hace unos minutos me hace saber que no me revelará ese detalle. A ella le gusta jugar. Y a mí me divierte su juego.

— ¿Quién es su presa? — Decido investigar por ahí — ¿Chase?

Ella niega con la cabeza.

— La chica.

Mi ceño se frunce.

— ¿Giselle? ¿Pero qué diablos tiene que ver Giselle? No es más que un estorbo. La debilidad de Chase y… — sonrío — Stefan.

Mi intención es hacerla rabiar, y por la cara que pone a continuación sé que lo he logrado.

— Ella no es débil. De hecho, es capaz de acabar contigo y con cualquier ser oscuro que se le cruce en el camino. Oh, cariño, no subestimes a esa mujer; es capaz de patear el culo del mismísimo Kaled si se lo propone.

Me parece que estoy escuchando un chiste, y no puedo evitar soltar una carcajada ante eso.

— Claro — en la voz se me nota la incredulidad.

— ¿Recuerdas cuando en clase de Historia de la Magia nos hablaron de La Herencia Maldita?

Asiento. Claro que lo recuerdo. La Herencia Maldita empieza con Adeline Aavendra y termina con Kaled.

— ¿Y eso qué demonios tiene algo que ver con Giselle?

— Solo un nombre, Seam.

Ella levanta dos dedos y, con una sonrisa en los labios, me dice:

Hazely Way.

❅ ❅ ❅

Así es… ¡Hemos llegado al final del primer libro!


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Muchas, muchas gracias por acompañarme en esta aventura ¡Las amo!

Dulce Debilidad © Libro 1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora