❅ | 06 | ❅

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Giselle.

— ¿Qué cosa crees que esté haciendo? — Pregunto al aire, apoyando mi barbilla en la palma de mi mano mientras miro la mesa del fondo.

Durante el tiempo que llevo en Hemsworth, que no es mucho en realidad, he observado lo suficiente a Chase Lachowshi como para notar que, cuando no está en clase, o con Stefan, está solo y con la cabeza metida entre las hojas de un cuaderno de cubierta azul. Lleva siempre consigo un lápiz de granito negro y, mientras se pone los auriculares y se abstrae del mundo que lo rodea, se pone a garabatear en él.  

Hannah a mi lado deja salir un suspiro.

— ¿Por qué no vas y le preguntas? — Propone a lo que yo rio.

— Ni loca — niego de inmediato, consciente del efecto tan extraño que Chase tiene sobre mí.

Solo es necesario que me mire para que empiece a comportarme como un estúpida.

— Ir y preguntar es mejor que quedarse aquí y seguir viéndolo sin disimular, ¿no crees?

No digo nada ante eso y desvío la mirada a la chica a mi lado. Está terminando de hacer algo en su libreta. Una vez que finaliza, guarda el cuaderno en su mochila y me mira con una sonrisa.

— ¿Vas a ir y hablarle? — Cuestiona, alzando una ceja.

Niego con la cabeza.

— No.

— ¿Por qué no?

— Porque puedo desmayarme.

Hannah deja salir una risa ante mi exageración.

Para mi suerte, la campana suena, anunciando el final del receso.

Juntas nos colocamos de pie y, mientras nos dirigimos a la salida de la cafetería, le echo una mirada a Chase.

Está guardando sus cosas en su bolso,  y luego lo veo colocarse de pie para abrirse paso a la salida. Antes de que me pille observándolo, vuelvo mi vista al frente y, junto a Hannah, salgo del lugar.

❅ ❅ ❅

La clase de deportes es un verdadero dolor de cabeza. El olor a sudor parece estar atrapado en cada esquina del gimnasio, y salgo de los probadores usando el horrible uniforme que consiste en una camisa blanca y un pantalón corto de un extraño y para nada atractivo color azul oscuro.

Me siento en las gradas junto a Hannah y ambas empezamos a hablar un rato, en espera a que el entrenador dé ordenes.

Soy plenamente consciente del momento en el que Chase Lachowshi toma asiento justo detrás de nosotras. No necesito voltear a verlo para darme cuenta de ello pues, el ligero calor que su cuerpo emana, siempre lo delata y me advierte su cercanía.

Sonriéndole un poco a Hannah, y haciendo de cuentas que le estoy prestando atención, resisto, lo mejor que puedo, el impulso que tengo de mirar sobre mi hombro para ver a Chase.

Voleibol es lo que ha decidido ponernos a hacer el entrenador. El equipo se divide en dos: hombres contra mujeres. Le agradezco mentalmente a mi viejo profesor de voleibol por insistir tanto para que aprendiera a defenderme en este juego. No soy buena para moverme e ir en busca de la pelota, pero puedo defenderme con un poco de soltura.

El profesor toca el silbato, dándole inicio al juego, y los primeros en sacar son los hombres. El juego va bastante fluido y por suerte solo tengo que intervenir en un par de ocasiones. Todo el juego se detiene cuando la pelota toca el piso del lado de las mujeres, y los hombres al otro lado de la malla comienzan a celebrar mientras que las mujeres por su lado sueltan quejas y palabrotas.

Dulce Debilidad © Libro 1 [✓]Where stories live. Discover now