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Debido a que hemos llegado a los 30K de seguidores aquí en wattpad, he decidido regalarles este capítulo para prepararnos para la maratón de los cap finales, que serán publicados a finales de mes

Comenta un ❤️ si han estado esperando este momento desde hace mucho.

PD: No me maten y preparen los pañuelos.

💙

Giselle

— ¿Sabes qué es lo más divertido de esto? — Pregunta el hechicero arrodillado frente a mí, mientras hace más presión en el nudo de la cuerda que tiene alrededor de mis muñecas — Esperar. Sí. Eso. Esperar. La excitación del momento. La gran emoción que me aborda con solo pensar en todo lo maravilloso que será matar a Chase Lachowshi. Aquí, adentro, en mi cabeza, como me lo imagino, será increíble.

Quiero decirle algo.

Quiero mandarlo a la mierda.

Quiero maldecirlo una y mil veces por hacer todas estas locuras.

Quiero hacerlo entrar en razón.

Quiero tratar de convencerlo para que nos deje en paz de una buena vez.

Quiero decirle tantas cosas…, pero no puedo. Tengo una mordaza en la boca que me impide soltar cualquier sonido que no sea un quejido lastimero.

— ¿Y sabes qué es lo mejor? Que tú estarás en primera fila para admirar los últimos minutos que Chase pasará en este mundo — se ríe —. Esto será tan fácil.

Ante sus palabras, niego con la cabeza, pidiéndole de manera desesperada que no lo haga, a pesar de ser consciente de que nada lo hará cambiar de opinión.

Seam me mira con una gran sonrisa en su rostro. Joder que da miedo. La mirada que tiene es fría, pero divertida. Esto le gusta. Lo disfruta. Él está mal. Está loco.

— No creo que Chase tarde en llegar, así que no te preocupes por el frío. Si te ama tanto como dice, vendrá antes de que te mueras congelada.

Me acaricia la mejilla y yo, con brusquedad, aparto el rostro de su tacto.

Este tipo me repugna.

— Claro que yo podría hacerte entrar en calor de manera... diferente. Y un poco más divertida también.

Ante sus palabras, y el tono con el que habla, me siento aún más asqueada. Lo dice con insinuación. Es asquerosa la forma en la que me observa después. Su mirada viaja de mis ojos al resto de mi cuerpo y me encojo en mi sitio.

Me siento desprotegida.

Nada bueno pasa por su mente, eso es obvio, pero sus verdaderas intenciones quedan aún más claras cuando su mano baja hacia mi cuello y hace presión. El corazón me da un brinco y luego la respiración se me corta. Mierda. Lo siento dejar un beso en mi mejilla antes de empezar a bajar. Besa mi barbilla y yo me quejo. Joder, no. Luego libera mi cuello y empieza a besarlo. Me siento temblar. Quiero alejarme, y a pesar de mis intentos no puedo. Él tampoco se aparta. De hecho, me toma de los hombros y me acerca más a él.

— Hueles delicioso, Giselle — dice. El estómago se me revuelve ante sus palabras y vuelvo a quejarme.

Ahora su otra mano está en mi cadera, y lentamente se abre paso entre mi camisa.

Las alarmas se disparan en mi cabeza e intento volver a moverme para alejarme, pero no hay mucho que pueda hacer cuando estoy atada de manos y pies, y tengo un gran árbol justo detrás de mí.

Dulce Debilidad © Libro 1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora