Todo por los malditos chismes

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Armando y Betty, salieron del restaurante, seguidos de Ricardo, que muy apenado por lo sucedido durante el almuerzo, le entrego primero las llaves al vallet parking para que le traiga rapidamente su vehiculo y asi poderse largar de alli, se despidio educadamente de ambos disculpadose una vez mas con ellos y se alejo velozmente en su carro deportivo rojo.

Armando se reia con orgullo por como habia terminado ese almuerzo, una vez mas Betty habia logrado sorprenderlo, la miro con los ojos brillantes y la acerco a el tomandola dulcemente por la cintura, y  mientras esperaban el carro le dijo:

A- mi amor, gracias! gracias por lo que hiciste en el almuerzo y por dejarle muy en claro a Ricardo que yo soy tu novio (piquito) 

B- (cruzando sus brazos en el cuello de el) no tienes nada que agradecerme mi cielo! Queria dejarle en claro a ese señor que tu eres mi novio por dos motivos: primero para que deje esa insistencia de querer salir conmigo y segundo para evitar que mi doctor monstruo explote y termine matandolo (risa de Betty)

A- pues no faltó mucho para eso amor! No sé cómo me aguante las ganas de estrangularlo con mis propias manos todo el almuerzo.

B- eso sí me sorprendió mucho amor, la forma en como dominaste tus celos fue admirable. Aunque se te transformaba la cara a cada rato, te autocontrolaste muy bien. Estoy orgullosa de usted doctor! (lo besa dulce pero intensamente, hasta que un carraspeo los interrumpe)

BP- Ejem! Doctor Mendoza, disculpe, aqui esta su carro. (le extriende las llaves)

A- (toma las llaves y saca un billete de su bolsillo) gracias, Antonio, tenga su propina.

Ant-(sonriendo complacido) muchas  gracias doctor, que pasen buen dia!

A- vamos mi vida? 

Betty asiente y le permite ayudarla a subir al carro, ante la atenta mirada de muchos de los comensales que, asombrados por lo que sus ojos veian, no perdian detalle de lo que la pareja hacia o decia. Luego de ayudar a Betty, Armando le deposito un pequeño y dulce beso en los labias antes de cerrarle la puerta y dirigirse hacia el lugar del piloto, arranco su carro y salieron muy felices rumbo a Ecomoda, sin percatarse de que esas pequeñas demostraciones de afecto en publico, habian sido suficientes para que muchos de los presentes comiencen a comentar lo que vieron, y mas de una de las mujeres que se encontraban alli, no dudaran en llamar a Marcela para "contarle el chisme".

En Le Noir.....

Patricia y Marcela almorzaban tranquilamente, durante el camino al retaurante, practicamente no habian hablado, y en lo que llevaban comiendo apenas si habian tocado temas de conversacion, Marcela no podia borrar de su mente la escena que vio en el estacionamiento interno de Ecomoda, asi como tampoco podia olvidar las fotos que vio sobre el escritorio de Armando y esas palabras que le decia mientas la miraba como jamas la habia mirado a ella. Patricia se daba cuenta de lo afectada que estaba su amiga y no sabia que decir para ayudarla, sabia cuanto le dolia el echo de saber que Armando y Betty estaban juntos, y aun mas, se imaginaba cuanto le habia dolido verlos, asi que intento hacerla hablar para que asi se "desahogue" y pueda sobrevivir las semanas que les quedaban en la empresa antes de irse a Palm Beach.

P- Marce, te sientes mejor? quieres hablar de lo que te esta pasando?

M- no Patricia, ni me siento mejor, ni quiero hablar de nada, solo dejame en paz!

P- key, Marce, key! Pero tampoco te desquites conmigo la rabia que sientes por Armando y Betty!

M- (alterada) Dejamene paz, es que no lo entiendes Patricia! (respiro pesadamente, se dio cuenta de que Patricia no tenia la culpa de lo que le ocurria y que, por muy pesada que sea, era su unica amiga, y solo queria ayudarla) perdoname, no quise gritarte, es solo que tu no tienes ni la mas remota idea de lo que senti al verlos como los vi! Yo practicamente sabia que estaban juntos, Margarita me lo comentó cuando salimos a cenar la otra noche. Pero una cosa es saber que se reconciliaron, y tro muy diferentes es verlos juntos! Eso me mato Patricia.

YSBLF, una reconciliación diferenteWhere stories live. Discover now