El lanzamiento en Venezuela

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En el aeropuerto El Dorado de Bogotá, Armando y Betty, se encontraban en la sala de espera del vuelo 532 con destino a Caracas, Venezuela.
Betty, como cada vez que iba a subir a un avión, estaba muerta de los nervios, por eso Armando le había sugerido que tome uno de los calmantes que el se había asegurado de llevarle, pero ella no había aceptado, ya que a causa de sus nervios, casi no había desayunado y el último antibiótico que había tomado esa mañana, le tenía el estómago revuelto.

A- (estrechando la contra sí) segura que no quieres un calmante mi amor?

B- no mi cielo, ese antibiótico me sentó como una patada (haciendo cara de asco)
Si introduzco algo más en mi estómago, voy a vomitar en pleno vuelo.

A- hay mi vida, pobrecilla! Aún te quedan muchos antibióticos que tomar?

B- no mi amorcito, por fortuna el de esta mañana fue el último (mimosa y haciendo morritos) pero por ser el último, me hizo sentir muy mal!

A- (en tono de falsa seriedad) pero que cosa tan grave por Dios! Mi pobre niña se siente mal! Y sera que unos mimitos de este hombre que tanto la ama le harán sentir mejor?

B- mmmm... Yo creo que sí!

Y muy mimosa Betty se acurruco entre los brazos de Armando que con todo el amor y la ternura de la que fue capaz la abrazaba mientras le depositaba besos por todo El rostro, los labios, los ojos y todos los sitios que podía alcanzar en ese momento.

La dulce escena fue interrumpida por una voz estridente y chillona que ellos bien conocían. Miraron hacia el sitio desde donde provenía la voz, como queriendo confirmar que era real y no una alucinación la presencia de la persona que los llamaba.
Efectivamente, no se equivocaron, y al mirar hacia la puerta de ingreso a la sala de espera del vuelo, vieron entrando cual diva de Hollywood a Hugo Lombardi, dando sus típicos alaridos y haciendo sus característicos ademanes, acompañado de una nerviosa y avergonzada Inesita que lo seguía unos pasos más atrás.

Como si fuesen grandes amigos, Hugo llegó al lado de la pareja y se sentó parloteando sin parar junto a Armando, quién lo veía entre extrañado y fastidiado.

HL- hay que fastidio el tráfico bogotano, es que creí que no llegaríamos nunca... Pero venga mi madame crepé y siéntese aquí a mi lado, que en cualquier momento nos llaman a abordar.. buenos días Armani, doctora.

Ine- (sonriendo tímida) buenos días Betty, buenos días don Armando.

A/B- buenos días.

A- (sin poder ocultar el fastidio en la voz) Hugo, tu qué haces acá? Acaso vas también a la inauguración de la franquicia de Caracas?

HL- esa duda ofende Armani! Por supuesto que voy, o que crees? Que a la inauguración de la primera tienda de Ecomoda en América Latina fuera de Bogotá, puede faltar moi, que soy la luz, la magia, el alma de Ecomoda? Yo que soy el color, la creación , el espíritu de la empresa no puedo faltar allá, ni más faltaba, Hugo Lombardi estará presente para responder a todos los que gusten saber más de mi arte.

B- (tímida) entiendo, pero.. usted, no era el responsable de entregar los diseños para el Colombian Fashion?

HL- ya lo tengo todo resuelto niña.. allá quedó todo organizado, los diseños ya estan listos, planchados y empacados en mi taller, esperando a que vayan a recogerlos los responsables del evento. Además deje encargada a Jenny de eso.... (Interrumpe la llamada a abordar por el alto parlante) hay que bien.. ya nos llaman, vamos mi Inesita linda, dejemos a este par.. solos.. tsss

Entre risas, Hugo se fue tomado del brazo de Inesita, dejando a Betty y a Armando atrás, ella lo miró contrariada, no esperaban tener a Hugo también en Caracas. Armando se dio cuenta de la expresión de decepción de ella y la estrechó fuertemente entre sus brazos.

YSBLF, una reconciliación diferenteOù les histoires vivent. Découvrez maintenant