Prueba de fuego (segunda parte)

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Armando iba con los chilenos en su carro rumbo al hotel donde estaban hospedados, Juan Manuel se había sentado atrás y David en el asiento del copiloto.
Iban comentando la visita que habían realizado a la empresa y lo bueno que resultaría la compra de la franquicia para ellos y su compañía, claro que la conversación fluía más que nada entre los dos hermanos, ya que Armando solo respondía con monosílabos, o con oraciones cortas, iba demasiado preocupado por su situación con Betty como para poner atención en otra cosa, lo único que deseaba era ir a buscarla y besarla hasta dejarla sin aliento, pero sabía que ella estaba enojada con él y que si la presionaba en ese momento, se arriesgaba a arruinar todo definitivamente, además ella le había dicho que tenía que regresar a "terminar la charla" con su papá y eso lo tenía muy inquieto, no sabía que resultaría de eso, solo sabía que su novia estaba decidida a no permitir que don Hérmes le siga manejando la vida, y le aterraba pensar que el viejo en un ataque de rabia al ver que su niña se imponía ante él, pudiese llegar a levantarle la mano.
Se sentía sólo con todos sus temores, y no sabía que hacer, además de todo tenía que soportar a David Oroño hablar de "su Betty" de forma indiscreta y eso estaba llegando a exasperarlo.

DO- una lástima que Betty tenga novio, una mujer tan joven y bella, debería disfrutar más de la vida antes de comprometerse.

JM- David, no hables sin conocimiento de causa! Tu no sabes cómo es la relación de ella y su novio, hace cuánto están juntos o cuan enamorados están. Eso es parte de su intimidad y ni a ti ni a mí nos debería importar. Además que tú seas un "soltero incurable" no quiere decir que todos los demás también lo sean.

DO- (con sonrisa cínica) puede que tengas razón hermano, y yo sea un soltero incurable, pero si te soy sincero, me interesa mucho descubrir si encuentro la "cura" a ese mal, en la doctora Pinzón. (Armando apretaba las manos en el volante, intentando ocultar sin mucho existo su enorme molestia) quien sabe, tal vez para mañana, ella ya no tenga novio y yo pueda "avanzar" en ese terreno.

A- (con los dientes apretados) bien, ya llegamos a su hotel. Nos vemos mañana a las diez de la mañana.

DO- gracias por traernos, pero olvidé decirle que la firma del contrato deberá ser por la tarde. Tengo unos asuntos personales que resolver en la mañana y no creo llegar a la cita a la hora que usted dice Armando. (Juan Manuel lo miro interrogante, él sabía perfectamente que no tenían nada que hacer durante la mañana)

A- (en tono desafiante) en ese caso, consultaré con Beatriz a primera hora mañana y le llamaremos para confirmar el horario, les parece?

DO- (en el mismo tono que Armando) está bien, que me llame Beatriz y me confirme el horario.

JM- (cortando la tensión del momento) gracias por traernos doctor Mendoza, nos vemos mañana, (en tono serio, le hablo a su hermano) bajate David, por favor.

DO- hasta mañana, Armando.

A- (con la mandíbula apretada) hasta mañana, señores!

Armando vio ingresar a ambos hombre al hotel y golpeó el volante con fuerza, David Oroño lograba exasperarlo fácilmente, y lo peor de todo es que por culpa de eso, había tenido problemas con Betty y eso lo estaba matando.
Necesitaba hablar con alguien, con la única persona que lo entendía sin juzgarlo, miro la hora en su reloj, habían pasado diez minutos de las siete de la tarde, era la una de la madrugada en Suiza, no podía llamar a Camila ahora, así que tomó su celular y le escribió un mensaje de texto "en cuanto leas esto, llámame, te necesito".
Lo envío y comenzó a conducir, un instante después, paro en un semáforo aprovecho a enviar otro mensaje de texto, dió la luz verde, y con mucha tristeza, salió rumbo a su apartamento.

Al otro lado de la ciudad, una Betty muy nerviosa, llegaba a su casa. Se sentía muy mal, el día había sido sumamente largo y agotador y lo que peor la tenía era la situación con Armando, no podía evitar sentirse mal por él, por lo que había sufrido todo el día, primero con Michel, luego la situación con Claudia Bosh y para rematar, los descarados coqueteos de David Oroño, ahora pensaba que tal vez había sido dura con el al final del día, pero no pudo evitar molestarse ante la actitud de su novio, le hacía sentir que no confiaba en ella.
Dió un pesado suspiro y abrió la puerta de su casa, encontrando a don Hermes en el living con cara de pocos amigos. La hora del segundo round con su papá había llegado.

YSBLF, una reconciliación diferenteWo Geschichten leben. Entdecke jetzt