Capítulo 21. No cambia nada

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Juliett observó a Elijah, él la observó a ella

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Juliett observó a Elijah, él la observó a ella.

En silencio, sin saber que decir.

Uno no quería hablar porque sabía lo que había ocurrido, mientras que la otra temía hablar porque se sentía terrible al saber que estaba hablando con su ex marido.

—Me alegra verlos aquí —dijo Eric a ambos—, bien ex yerno. No es grato para mí saber lo que le hiciste a mi hija, déjame serte honesto.

—Lo sé —murmuró Elijah, apenado.

—¿Qué es todo esto? —preguntó Juliett.

—Elijah, se que hay algo que ocultas porque yo mismo me he encargado de investigar —dijo Eric sentándose en una silla frente a ambos, observó seriamente a Elijah—, díselo.

Juliett impaciente busco la mirada de su ex esposo, quien de inmediato la miró un poco apenado.

—Debes saberlo todo —suspiró él— no he sido honesto. Ella...no se como sucedió todo esto.

—Ya dime —presionó Juliett.

—Esa noche, la primera noche —aclaró Elijah—, yo llegué a su casa. Solo quería desahogarme con alguien, nunca planee engañarte. Aquella noche, estábamos bebiendo, le estaba contando todo lo que sucedió. En el último trago comencé a sentirme mal, un poco incómodo, un tanto adormilado. No recuerdo lo que pasó, pero el día siguiente... ella y yo estábamos en la misma cama.

Una Juliett con los ojos rojos, un poco asustada por lo que acaba de pasar, soltó un suspiro adolorido.

—Ella... —se quedó un momento en silencio—, ¿abusó de ti?

Elijah frunció el ceño, triste: —No lo sé, a veces tengo pequeños recuerdos donde la observó a ella encima de mi. Y se que suena estúpido y poco creíble, pero te juro que no se que paso.

—¿Por qué seguiste con ella? —preguntó Juliett.

Elijah alzó la mirada y Juliett al igual que Eric observaron a Elijah llorar.

—No lo sé, supuse que tal vez yo había estado bien cuando lo hice con ella. Y con lo que creía sobre ti, fue tan estúpido —Elijah pasó sus manos por la cara, lleno de frustración—, después continúe con ella. Fueron pocas las veces que estuvimos juntos después de aquel día.

Poco a poco todo comenzaba a tener sentido.

—¿Qué pasó ese día en tu oficina? —preguntó Juliett.

—Ese día había hablado con Silvia, le dije algo sobre Camila. Ella dijo que yo era un idiota, que tú nunca harías algo como eso y que seguramente alguien estaba tratando de inculparte —contestó Elijah riéndose con amargura—, tenía razón. Así que mi cabeza comenzó a doler, porque sabía que tu eras inocente. Cuando llegué a la oficina le dije a Camila que lo nuestro debía terminar, que podía continuar con su trabajo, pero que nunca más tendría algo que ver conmigo. El problema fue la noche que me embriague y fui a casa de Silvia. Aquella noche, en evidente estado alcohólico, fui a ver a Camila para decirle que dejará el departamento. Y ella me obligó a pasar, dormí en su casa, pero cuando desperté estaba sobre mi. La hice a un lado y me fui rápido.

—Elijah, que carajo —dijo Juliett llorando, en ese mismo instante no resistió más y sus lágrimas y gritos de dolor eran cada vez más fuertes.

—Tranquila hija —le pidió Eric a su hija.

—Ha habido tanta maldita falta de comunicación que hemos llegado a esto, mierda —continuó diciendo ella, en llanto.

Sofía corrió a la oficina de Eric y al encontrar a Juliett en ese estado, tiro las toallas que llevaba consigo.

—¡Señora! —gritó y se acercó a ella. Abrazandola—, tranquila señora. Respire. —le pidió.

Poco a poco Juliett se calmó y observó a todos a su alrededor, Elijah lloraba en silencio. Como si fuera un niño pequeño.

—Ve por los niños a la escuela, Sofi —le encargo—, llevatelos de paseo. No quiero que escuchen esto. Ya bastante tienen.

Dicho esto, Sofía salió de la casa. Lista para ir por los niños.

Mientras que Elijah continuaba: —No soy santo, sí. Tuve sexo con ella mientras estaba en mis cabales, pero si de algo estoy seguro fue que el inicio y el final fue así.

—Continuando con el tema, ambos deben ser fuertes para lo que viene —dijo Eric. Mientras sacaba un sobre con fotografías, lo tendió sobre la mesa—, desde un inicio Marissa y Camila han sido las encargadas de esto.

—¡¿Marissa?! —preguntó Elijah sorprendido y molesto a la vez.

—Ella es mi media hermana —confesó Juliett.

—Tranquilos. No tenemos tiempo para explicaciones, pero Marissa fue la encargada de todo esto. No estoy seguro de si también de los abusos de Elijah —guardo silencio un momento—, o del de Juliett. O de ambos.

—No comprendo como esa bruja puede ser mi madre —soltó Juliett con rabia.

—He tratado de investigar, las fotos demuestran que ella es mala, pero yo no puedo proceder sin el permiso de ustedes —observó a Juliett y a Elijah—, saldré un momento de mi oficina. Hablen, ustedes me dirán sus decisión.

Y dicho y hecho, Eric salió de la oficina cerrando la puerta tras él.

Juliett dejó salir un suspiro mientras sus labios temblaban sin detenerse.

—¿Quieres hacerlo? —le preguntó Elijah.

—Sí —murmuró Juliett sin dudar. Por primera vez en su vida estaba segura de algo, cansada de todo el dolor que a lo largo de su vida, Marissa le había provocado.

—Lo haremos —consintio Elijah.

—Antes quiero que sepas que esto no cambiará nada, —dijo Juliett molesta—, a pesar de lo que hizo tuviste sexo con ella, es más le compraste un puto departamento a esa asquerosa mujer.

—Esta bien —dijo él, eso último en silencio.

—Bueno —habló finalmente Juliett.

Pasaron casi diez minutos donde ninguno de los dos dijo nada. Hasta que Eric regresó a la habitación.

—¿Qué han decidido? —les preguntó a ambos.

—Queremos ver a Camila y a Marissa en la carcel —le dijo Juliett y Elijah asintió.

—Perfecto. Ahora mismo me comunicaré con los de la firma y comenzaremos los trámites de denuncia —les afirmó a ambos—, quiero que sepas Juliett, que no dejaré que esa mujer te vuelva a hacer daño y tu Elijah, me encargaré de que ambas paguen por todo lo que les han hecho pasar.

Déjame Ir | FinalizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora