Elijah y Juliett lo tenían todo, una familia, trabajos bien remunerados, su amor.
Hasta que Elijah decide engañarla.
Juliett con el corazón herido no sabe qué hacer, perdonarlo o ser feliz.
Cuando el matrimonio parece ir en declive, un montón de sec...
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Observo a mi marido, él está sentado en la cama con una foto de ambos en sus manos.
Sonrío, este hombre es maravilloso.
—¿Qué haces, cariño? —le pregunto y él se levanta sobresaltado.
—Juls, me espantaste, mi amor —suspira—, estaba concentrado en mirarnos a ambos.
—Gracias por este día, cariño —le digo y él asiente.
—Quise hacer más cosas, pero se que el embarazo te ha de tener un poco estresada —me dice sonriendo—, así que una cita a solas fue la mejor idea. Y realmente quedaste aún más hermosa.
Me rio levemente sonrojandome al momento.
Me senté en la cama, junto a él.
—Amor... —dijo Elijah quedándose en silencio un momento, voltee a verlo y tenía la mirada baja—, hoy estuve pensando en demasiadas cosas y... Gracias.
Frunci el ceño sonriendo al instante.
—¿Por qué, amor? —le pregunté sin comprender.
—Bueno, yo nunca te lo hice fácil —suspira—, desde que comenzamos a salir yo tenía demasiados secretos y rencores que sólo tú supiste consolar, se que nadie cambia por una persona, pero tu fuiste de gran ayuda. Aún cuando estaba sumido en mi amargura y odio hacia todos, me diste una oportunidad, aún cuando lo arruine todo, estuviste y estas ahí para mi. Por eso, gracias. Cumplimos veintidos años juntos y realmente por eso te debo todo.
—Elijah —le digo en un hilo de voz.
—Te amo, Juls —dice él, interrumpiendome—, gracias por permitirme crear una familia junto a ti, y gracias por acompañarme siempre. No se que pase mañana, pero... Quédate conmigo, ahora y siempre.
Y en ese instante, rompo a llorar. Se que lo que hemos pasado juntos, nos ha servido para reflexionar y para seguir adelante como pareja.
—Estaré contigo ahora y siempre —le digo con lágrimas en los ojos—, también yo debo agradecerte. Yo siempre he sido muy tímida y junto a ti he hecho cosas inimaginables. Gracias por todo, cariño.
—No llores, vida mía —me pide—, solo te digo esto para que sepas que siempre agradeceré tenerte a mi lado.
Sonrío aún con lágrimas.
Nuestra bella y romántica platica se ve interrumpida por el sonido de una llamada, es mi teléfono.
Observo el número, es Krystal, mi hermana, a quien no he visto por casi veinte años.
Frunzo el ceño y decido contestar por cualquier cosa.
Elijah me observa con curiosidad.
—¿Sí? —pregunto mirando a Elijah sin comprender.
—Juliett... —es lo primero que dice ella, se escucha aterrorizada, triste—, Marissa acaba de morir.
Y sólo basta con cuatro palabras para destruir todo.
Suelto mi teléfono, sin comprender. Un silencio paraliza toda la habitación, mientras que en mi cabeza un sonido ensordecedor interrumpe mi alegría.
¿Mi madre murió?
—¿Qué sucede, Juls? —pregunta Elijah. Y solo lo observo con dolor.
