Capítulo 3. ¿Y que cuando yo te necesite? | Corregido

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Narra Elijah

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Narra Elijah

Pensar con el corazón siempre fue imposible para mí, incluso cuando lo intentaba siempre había sido difícil, no sabia si era por el hecho de que mi madre había engañado a mi padre y me rehusaba a ser el engañado. Soy un idiota, el peor de los imbéciles, juré nunca engañarla, cuidarla y respetarla, y la herí de todas las maneras posibles.

Estaba seguro de amarla, la quería tanto y la necesitaba tanto, sin embargo, falle como su esposo, cuando ella únicamente se había entregado a mí, en cuerpo y alma.

Diciéndome y demostrándome en cada momento que ella era mía y lo sé, sonaba asquerosamente tóxico, pero ella me curo, me cuido por mucho tiempo, sano mis heridas, se quedo a mi lado incluso en los peores momentos.

Ver a Juliett diciéndome a la cara que intentaría no amarme, demostrándome con su mirada lo herida que estaba, solo me hacia sentir más imbécil y lo merecía, no tuve porque hacerle esto. Soy un maldito. Estaba cómodo en nuestra nube ¿Por qué deje que el “placer” me dejara llevar? ¿Por qué preferí otros labios antes que los de ella? ¡Soy un maldito egoísta!

Mi teléfono comenzó a sonar, ignore miles de llamadas. Ya sabía que era Camila, pero como bien decían, el que tiene miedo de perder, con fuego no juega.

Y ahora solo quería a mi esposa, abrazarla, besarla de mil maneras y disculparme miles de veces, y se que eso no arreglara ni un poco esta jodida situación, deseaba con toda mi alma que ella no me llegara a odiar, que al menos guardara el mínimo de sentimientos hacía mí, verla irse de mi lado, ver a mi familia rota, todo es mi maldita culpa.

Absolutamente todo. Finalmente tome el teléfono y con desdén conteste.

—¡Cariño! —grito emocionada Camila.

—No quiero saber nada más de ti, creo que ni siquiera se que es esto. Mierda, puedes quedarte con el departamento, las joyas, la ropa, pero no quiero verte más —mire hacia el frente. Observando a todos los tipos del lugar, unos más jodidos que otros.

—¿Qué ha pasado bebé? Ayer estábamos muy…—corte la llamada.

Estaba suficientemente jodido como para resolver otra situación.

Ordene una ronda de tequila y comencé a beber como si mi vida dependiera de ello, tratando de olvidar los sinsabores que había provocado.

***
(Omnisciente)

Elijah subió a su vehículo, ebrio y con una extraña sensación de soledad, imprudentemente decidió buscar a su mujer, solo quería verla unos momentos, abrazarla, ella no lo permitiría, pero él estaba decidido a conformarse solo con un pequeño avistamiento.

Piso el acelerador y con un exceso de velocidad, salió de ahí. Dirigiéndose a casa de su madre, Silvia, a quien había decido no ver jamás.

Mientras manejaba lanzaba llantos desgarradores, sufriendo por amor, por su amor.

—No puedo perderte amor, no renunciare a ti —murmuraba entre llanto como si Juliett pudiese oírlo.

Manejo lo más rápido que pudo, inclusive pasaba cualquier alto. Afortunadamente ningún policía lo vio, corría abatido.

Llego a casa de Silvia y con rapidez bajo del auto, toco la puerta con desesperación.

—¡Juliett! —desgalillo exasperado mientras tocaba fuertemente la puerta— ¡Solo una ultima vez mi amor, sal cariño, te necesito! Por favor —dijo lo ultimo en un hilo de voz.

El sufrimiento lo estaba matando.

Precisamente en aquel momento, Juliett estaba en la cama, acostada, llorando en silencio mientras se aferraba a una foto donde la pareja se veía feliz, la foto de su boda, Juliett sonreía, Elijah sonreía. Sonrisas sinceras. Aquella foto fue el único recuerdo que saco de su hogar, siendo un poco masoquista al ver la foto en ese momento.

Y escucho aquellos golpes, se asomo por el barandal llevándose una enorme sorpresa, su marido ahí se encontraba, ebrio. Nunca se había puesto de aquella manera tan deplorable, él se tambaleaba, llorando al mismo tiempo.

Juliett bajo apresurada, no quería que sus hijos vieran a su padre en esa situación.
No sin antes ver a Silvia con sus ojos llenos de preocupación.

—Tranquila Silvia, iré a ver —le dijo Juliett a Silvia, tratando de tranquilizarla. Silvia asintió.

Juliett abrió la puerta y empujo a Elijah hasta su auto, donde con mucha fuerza lo metió en el vehículo. Luego ella se subió, Elijah continuaba en shock, el mismo no sabia si era real o continuaba siendo una cruel mentira donde el había sido participe. Se dio cuenta que no era así cuando recibió una fuerte cachetada.

(Reproducir audio de nultimedia)

—¡No te quedo claro! —grito furiosa Juliett, Elijah finalmente reacciono.

—Perdón, perdón. Juliett, vuelve por favor —le rogo— te necesito.

Eso molesto demasiado a Juliett, quien sin poder evitarlo comenzó a llorar de enojo.

—¿Y que cuando yo te necesite? ¿Qué cuando solo quería un maldito abrazo tuyo? —la furia y el llanto la estaban consumiendo— eres un puto egoísta ¿Crees que solo con esto iré a tus brazos otra vez? Te equivocas Elijah Brown, ya he tenido suficiente de ti, me has arruinado de todas las maneras posibles y ahora vienes diciendo que me necesitas.

Elijah volteo a verla, le dolía verla sufrir y una vez más, él había sido el causante.

—Mi amor…—sin embargo, Juliett no lo dejo continuar, tenía mucho por decir.

—Jamás necesitaste de mí, tu solo querías a alguien que te abriera las piernas todos los días, que estuviera dispuesta a ti a diario —Juliett tomo una gran bocanada de aire y limpio sus lágrimas con brusquedad— Así que no lo digas, no digas que me necesitas. No mientas. Te amo, pero cada dolor que me haz hecho pasar, ha hecho que ese amor disminuya, ya eres un buen padre. No lo arruines y vete, vete antes de que tus propios hijos se den cuenta de todo este desastre.

Elijah suspiro, paso las manos por su cuello, se limpio un par de lagrimas y Juliett bajo del auto. Observo como ella entro a casa de su madre, paso ahí fuera al menos una hora.

Se dispuso a dejar el lugar y nuevamente cada uno tomo su propio rumbo.

Ellos se necesitaban y lo sabían, pero Juliett prefería evitar más rencores, más errores, prefirió dejar a su marido, aquel que la había lastimado como nadie más.

Déjame Ir | FinalizadoWhere stories live. Discover now