2 | Capítulo 2. Curiosa bienvenida

1.4K 91 8
                                    

Elijah camina detrás de mí

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Elijah camina detrás de mí.

—Sabíamos que ambos querían tener algo —dice Elijah, aún sin entender—, pero Juls y yo...

—Lo que Elijah trata de decir es que es un poco extraño —termino.

—Lo entendemos perfectamente —murmura mi padre—, pero yo no puedo vivir separado de Silvia, ni ella de mi. Les pedimos comprensión.

—Caray —dice Elijah, se da media vuelta y abandona la habitación.

Me quedo en completo silencio, pero afortunadamente Sofía llega a salvar el día.

—Pasen por favor, en un momento servire la comida —dice ella y camina hacía el comedor.

Observo como Diego la mira sin querer esperar, toma su mano, no permitiendo que ella continúe hacia su destino.

—Hola —murmura cerca de ella.

Sin embargo, ella con fuerza se suelta de su agarre y continúa caminando. Adolorida.

Me doy media vuelta, y voy hacia nuestra habitación -de Elijah y mía-, comprendo que para él sea incomodo, sabíamos internamente que Silvia y mi padre eran novios, se ocultaban pero siempre eran demasiado evidentes. Aún así, lo platicamos y decidimos apoyar su relación, pero jamás creímos que quisieran casarse.

Camino hacia Elijah, él está sentado en la cama. Mirando una foto antigua donde están su madre y él, cuando era apenas un niño.

—Lo siento —se disculpa Elijah.

—Tranquilo, cariño —le digo acercándome a él— estoy contigo.

—Ellos no tienen la culpa, pero no lo sé —afirma—, mamá me dejó cuando era un niño pequeño. No le guardo resentimiento, ya no. Solo que, no es fácil verla enamorada otra vez.

—Mi amor —me acerco aun más, él deja su cuerpo caer sobre mi y se queda en silencio.

Poco sabía de la infancia de Elijah, nunca pudimos platicar a mayoría, él fue demasiado difícil cuando nos conocimos. Me trataba como una princesa, siempre trataba de protegerme.

Siempre se refería sobre su madre como una mujer fatal, pero gracias a mi él comenzó a hablarle poco a poco.

—Solo necesito esto —murmura él—, un momento contigo. Juro que después lo dejaré pasar.

Y sin notarlo él comienza a llorar.

Durante estos últimos años Elijah tuvo un cambio de actitud impresionante, decía todo lo que le molestaba y lloraba cuando sentía derrumbarse, pero quería que supiera que yo estaba ahí, así que siempre lo abrazaba.

—Hablaremos cuando estés listo —reconocí y él me abrazo la cintura con fuerza. Sin despegar su cuerpo de mi.

—Te amo, Dios, en serio te amo —dice él y una de mis manos se dirige hacia su cabello, lo acaricio.

—También te amo, vida mía —le hago saber—, vamos abajo. Verás que tu madre solo requiere comprensión.

Lo tomo de la mano y lo atraigo para que bajemos.

Esta vez no permitiria que nos alejaramos, siempre lo quiero junto a mi.

Bajamos las escaleras poco a poco.

Y caminamos hasta el comedor, donde todos ya están sentados. Incluida la prometida de Diego...

—No queremos ser molestia para ustedes —dice Silvia.

—Deben dejar que Juliett y yo nos encarguemos de su boda ¿verdad? —dice Elijah mirándome sonriente mientras tomamos asiento.

—Por supuesto, queremos ayudarlos con la boda —afirmo y ambos seguimos tomados de las manos.

—¿Qué diremos si preguntan quiénes son nuestros abuelos paternos? —dice Alexander interrumpiendo el momento.

Un silencio sepulcral inunda la mesa.

—Alex —dice Sofía desde la cocina—, el amor es el amor.

—Creo lo mismo, Sofía —habla Diego.

Carajo, esto es mejor que una novela.

—Estoy feliz por ustedes —menciona Mitlan y se acerca a abrazar a sus abuelos.

Cassy corre junto a él y hace lo mismo.

—Y bien ¿cuándo nace el bebé, Juls? —pregunta Diego. Alivianando la conversación en la mesa.

—Tal vez en cuatro meses, estoy muy emocionada, en mi próxima ecografia nos dirán el sexo —digo ilusionada.

La comida continúa en risas, y un Alexander con una actitud pesimista. Tenía mucho que la familia no se reunía de esta manera y aunque hay una nueva integrante, la cual se muestra un poco apática. Todo parece de maravilla.

***

Todos se han ido, prometiendo vernos la próxima semana para comenzar los preparativos de la boda de Silvia y mi padre, Diego nos hace saber que estará más en contacto debido a que él también quiere que ayudemos a organizar su boda.

Y en la sala solo estamos Elijah y yo.

—Diego parece no querer ver la realidad ¿cierto? —pregunta Elijah y asiento.

—Sofía y él se aman —le digo.

—Deberíamos hablar con él, su prometida parece extraña —he pensado que a veces mi marido parece una señora chismosa. Sonrío hacia él.

Sofía va caminando hacia su habitación.

—Ven Sofía —le pido y ella se sienta en uno de los sillones frente a nosotros—, ¿cómo te sientes?

Agacha la mirada, para después alzará y demostrar varias lágrimas.

Rápido comienza a llorar sin querer detenerse, triste.

Volteo a ver a Elijah, él al igual que yo estamos perplejos. Sabíamos que algo ocurría entre Sofía y Diego, sin embargo, nos rehusamos a creer que era así.

—Él va a casarse, él ya me olvidó —dice Sofía aún en llanto.

—Dios —me levanto y voy hacia ella, la abrazo fuertemente—, llora cariño. Desahogate. Por favor. Hazlo.

Ella continúa llorando, una y otra vez.

—Sofía, además de ser quien se encarga de la limpieza de este hogar. Eres nuestra amiga —murmura Elijah—, estamos contigo, siempre será así.

Dice dándole un apapacho en la espalda.

—Lo lamento —se disculpa ella—, solo que pensé que él me amaba realmente. Ambos cambiamos, pero sigue doliendo de cierta forma.

—No te disculpes —le pido—, llora hasta que te sientas mejor contigo. Llora hasta que ya no te lamentes.

El teléfono suena apresurado y Elijah corre al otro lado de la habitación, toma el teléfono y contesta.

—¡¿Qué?! —dice Elijah conmocionado—, en un momento estaremos ahí.

Suelto a Sofía.

—Alexander esta detenido, lo encontraron pintando una zona pública —termina de explicarme. Mi mirada cambia.

Sofía corre a las escaleras, diriengose a su habitación.

—¡No está aquí! —grita desde arriba.

Efectivamente, había escapado de casa. Elijah y yo salimos corriendo de casa, subimos al auto y vamos hacia donde le dijeron a Elijah que tenían detenido a nuestro hijo.

Problemas, vengan a mi.

Déjame Ir | FinalizadoWhere stories live. Discover now