Elijah y Juliett lo tenían todo, una familia, trabajos bien remunerados, su amor.
Hasta que Elijah decide engañarla.
Juliett con el corazón herido no sabe qué hacer, perdonarlo o ser feliz.
Cuando el matrimonio parece ir en declive, un montón de sec...
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Juliett observó la cajuela de su auto, llena de cajas de cartón con ropa de los niños y de ella, al igual que de Sofía.
Aquella noche fue la última vez que vio a Elijah, había pasado una semana luego de aquel acontecimiento y ahora estaba lista para irse. Había tomado la decisión de no contarle a Diego que estaba embarazada hasta que no supiera de quien era el hijo o hija que ella esperaba.
Y de inmediato recibió una llamada, de Diego. Precisamente.
-¿Ya estas listas? -le preguntó él.
-Claro qué si, dicen que mujer prevenida vale por dos -le contestó divertida.
-Te extrañaré -respondió Diego-, hubiese querido ir a despedirme, pero tuve varias juntas el día de hoy.
-No hay problema, y no tendrías porqué despedirte. Tu viajas demasiado, así que te ordenó que me visites de vez en cuando -le aviso a Diego quien se rió.
-Claro, patrona. Por cierto ¿qué pasará con tu consultorio? -le preguntó a Juliett.
-Esta encargándose uno de mis compañeros, hasta que vuelva. Mientras pondré una repostería a donde viviremos -contestó con seguridad.
-Entonces ten por seguro que ir a visitarte -consintió él-, bueno, tengo que irme. Te quiero, te hablo mas al rato.
-Suerte, también te quiero -respondio y finalmente colgó.
-¡Mami! -gritó Alexander llegando a lado de Juliett, junto con Mitlan.
Ellos decidieron no preguntar por su papá, porque aunque eran pequeños tenían idea de lo que pasaba. Así que decidieron no ser imprudentes y guardar silencio.
-¿Ya están listos, mis amores? -les preguntó a ambos, quienes asintieron-, despidanse de su abuelito y avísenle a Sofía que ya nos vamos.
Ambos corrieron a despedirse de su abuelo y Juliett llegó junto a ellos.
-Ya nos vamos pa -le dijo a Eric, quien asintió mientras se acercaba para abrazarla.
-Hablame en cuanto lleguen, hija. Te amo -la abrazó y ella asintió.
Luego de un rato todos estuvieron en el auto. Listos para irse.
Y Juliett arrancó. Listos para una nueva vida.
-Señora -le habló Sofía, quien estaba a su lado de co piloto-, ¿volveremos a ver a el señor Diego?
-Sofía -dijo Juliett divertida-, te gusta Diego.
-No... -murmuró ella avergonzada.
-Me encanta -dijo Juliett con una sonrisa-, ya tendremos una excusa para que tu lo atiendas personalmente cuando vaya a la repostería.
Sofía rió bajamente, y continuaron con el viaje.
-Mami -habló Mitlan.
-Mi abuelito nos dio esta carta, dijo que te la entregaramos -Alexander se levantó un poco de su asiento y Juliett la tomó.