Capítulo 13. Gritos y secretos | Corregido

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Durante el regreso a casa todo transcurrió normal, la familia iba muy divertida

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Durante el regreso a casa todo transcurrió normal, la familia iba muy divertida. Elijah sentía que había recuperado a su esposa y ese fue su primer error.

Observó a Juliett y continuó manejando.

Juliett estaba feliz de haber ido de vacaciones con su familia y deseaba que la paz y la tranquilidad durarán para siempre.

Hasta que al llegar a casa un choque de realidad golpeó a Juliett y a Elijah, su vida continuaba. No podían detenerla.

Era domingo, ya muy noche.

La oscuridad inundaba todo el lugar, pero la casa tenía solo una luz prendida. Ahí estaba Sofía, esperándolos a todos con la cena.

Entraron todos y Sofía los recibió con el plato de sopa caliente.

Platicaron un rato acerca de la diversión que habían tenido y después cada uno se fue a su habitación, Elijah estaba durmiendo en el cuarto de huéspedes.

En el preciso momento en que Juliett entró a la habitación recibió una llamada, de Diego.

—Juliett, he de confesar que estos dos días he sufrido por tu ausencia —fue lo primero que dijo Diego cuando Juliett contestó.

Juliett dejó salir una pequeña risa y se sentó en la cama:— bien, ¿a dónde me llevaras? Estoy emocionada por salir contigo. —dijo con cierto tono de felicidad, ella no mentía. Diego era el único amigo que ella tenía y se alegraba de que fuera así.

—Es una sorpresa, pero sólo diré que será muy agradable para ambos —confesó y Juliett soltó una risotada.

Por otro lado, justo en ese instante Elijah se dirigía a su habitación pues previamente había ido por agua. Por instinto supo que Juliett hablaba con alguien, tembloroso y sin saber que hacer dejó caer el vaso de vidrio que tenía en las manos.

Este se rompió en mil pedazos y unos cuantos arañaron el pie de él.

Gimió de dolor. Y Juliett lo escuchó.

—Lo lamento, debo dejarte —se despidio rápidamente y dejó el teléfono en su cama.

Abrió la puerta y al encontrar a Elijah así, lo ayudó a caminar.

—Gracias —dijo él, un poco adolorido.

—¿Qué pasó? —preguntó Juliett un poco asustada.

—Accidentalmente deje caer mi vaso con agua y pues esto pasó —le justificó, evitando decirle que fue debido a la risa que escucho.

Juliett hizo que pasara a la habitación y Elijah se recostó en la cama.

Ella fue por un trapo con agua para limpiar las leves heridas que había en el pie de Elijah.

Mientras que él estaba un poco asustado, temía tener tiempo a solas con Juliett. No sabía porque.

Déjame Ir | FinalizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora