Capítulo 7. Los aborrezco | Corregido

12.8K 476 53
                                    

Elijah ayuda a Juliett a entrar a la casa, los ojos rojos de ella comenzaban a calmarse, sin embargo aún un dolor la acompañaba

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Elijah ayuda a Juliett a entrar a la casa, los ojos rojos de ella comenzaban a calmarse, sin embargo aún un dolor la acompañaba.

Su madre previamente le había dejado varios mensajes diciéndole que era una desgraciada aferrada a un pobreton, pero Juliett simplemente ignoró los mensajes y continuó escuchando como Elijah le contaba sobre el día de trabajo que tuvo.

Al menos trataba de animarla.

Al entrar a la casa los esposos saludaron a Sofía y le pidieron que sirviera la comida.

Toda la familia pasó al comedor y su comida fue servida, la cena estuvo silenciosa de no ser por los niños. Quienes con su inocencia inundaron de alegría la mesa.

Juliett miraba enternecida a sus hijos quienes le comentaban su día con entusiasmo.

Pronto Sofía dejó la cocina para abrir la puerta, pues alguien se encontraba timbrando. Definitivamente se llevó una enorme sorpresa al ver a la amante de su patrón -a quien había conocido previamente luego de ver a ambos juntos un par de veces- y sin dudarlo tomó su postura: —¿Qué quiere? —le pregunto con prepotencia.

Camila la observó boquiabierta. Y soltó una risita sarcástica.

—¿La servidumbre tiene permitido hablarle así a la gente? —contrapreguntó y empujó a Sofía— y mejor vete comportando, seré la nueva mujer de esta casa y no puedes tratarme así.

—Yo no veo a ninguna gente, solo una asquerosa y sucia víbora y prefiero ser una desempleada antes de trabajar para ti. Largo —contestó Sofía con cierta molestia en su tono y luego trató de cerrar la puerta, pero Camila no dio su brazo a torcer y puso fuerza para que no le cerraran la puerta—  ¡Señora!

No le quedó de otra más que gritar para que Juliett y Elijah la ayudaran. Quienes al oír los gritos corrieron a ver que pasaba. Juliett se quedó estática al ver a la ex amante de Elijah y él por su lado tallo su cara frustrado.

—Juli —le hablo Camila a Juliett con hipocresía— ¿cómo estás hoy?

Juliett ya harta se alzó de hombros restándole importancia.

—Días más, días menos —sonrió— Elijah, te pediré por favor saques a tu linda novia o lo que sea.

Él no pudo evitar avergonzarse. Tomó a Camila del brazo y la sacó fuera de la casa.

—Vete por favor —le pidió Elijah a Camila.

—Pero amor —trato de besar a Elijah, sin embargo él se quitó.

—Vete —le repitió y Camila rodó los ojos. Dejó un beso en su mejilla y se fue de ahí.

Elijah con desesperación entró a su hogar, temiendo que su esposa quisiera irse de ahí, dejándolo solo una vez más, y lo merecía, pero no lo quería.

Sin embargo al llegar encontró algo de lo más tierno, su esposa y sus hijos simplemente seguian comiendo, entre risas, él ni siquiera supo cómo reaccionar.

Así que solo actuó por impulso, tomó asiento y observó a los presentes.

—Estaba hablando con los niños sobre realizar un viaje ¿qué opinas? —le pregunto Juliett a su marido con una sonrisa en la cara que alumbraba a todo mundo.

—Si papi, queremos ir a la playa —le pidió Mitlan a su padre.

—Por mi esta bien, me parece una buena idea —sonrió Elijah.

Y finalmente entre sonrisas y algunas bromas la cena continuó con tranquilidad, como si aquel mal momento nunca hubiese pasado.

***

Al día siguiente Juliett encontró a Elijah y sus hijos desayunando, ella ya se había colocado un perfecto traje blanco con algunas partes en color negro y se veía despampanante.
Besó la mejilla de sus dos hijos al llegar al comedor.

—Iré a ver a mi madre —le avisó ella.

—¿Quieres compañía? —Elijah se señalo a él mismo y a sus dos hijos.

Juliett soltó una risita y negó: —No...yo…, creo que necesito ir sola. Platicar con ella.

Este asintió.

—Vete sin cuidado, aquí estaremos todo el día. Yo los cuido —le dijo Elijah a su marido.

Juliett salió de su casa, entró a su auto y suspiro con pesar. Temiendo salir lastimada nuevamente.

Se colocó unos lentes de sol y encendió el auto.

Manejo por las apretadas calles de New York, con un terrible dolor de estómago debido a la preocupación constante de que le diría su madre.

Nunca le había temido a aquella mujer, sin embargo a veces se ponía a pensar que su propia madre usaba sus debilidades en su contra. Como si quisiera lastimarla de manera constante.

Juliett decía que había leído un par de veces que varias personas sentían un nudo en la garganta, un horrible dolor en la garganta que les impedía continuar con su respiración normal. Ella jamás había experimentado aquel dolor, sin embargo comenzaba a tener un gran dolor en su puente nasal. Sus ojos comenzaban a lagrimear y su labio temblaba.

Así estaba ahora, con un frecuente sentimiento de culpa.

Limpio con brusquedad una pequeña lágrima que quería salir de su rostro y continuó con el arduo camino, dirigiéndose a la que alguna llamó madre.

Para no variar, su madre ya le había avisado que quería verla. Juliett no sabía a que se debía tal necesidad, pero con la gran molestia en su mente. Aceptó.

Y es así como llego al café dónde se vería con aquella terrible mujer.

Bajo del auto, se colocó bien sus lentes y camino mientras acomodaba un par de cabellos que se habían salido de lugar.

Justo cuando entró al café, observo a su madre, tomando un sorbo de lo que parecía una taza con café americano.

Ni siquiera la saludo y se sento en una de las sillas frente a su madre.

—Esto será rápido —le dijo a su mamá— ¿por qué?

Melissa sonrió falsamente y dejó la taza de café a un lado.

—¿Qué? —le preguntó haciendo creer que no comprendía.

Juliett soltó una risa amarga.

—¿Por qué odias a mis hijos?¿Por qué odias a mi marido? Y sobre todo ¿por qué me odias a mi? —preguntó Juliett directamente.

—Porque puedo —tomo otro sorbo de café— y porque tu eres una bastarda. Y estoy segura que el imbécil de tu marido y los odiosos de tus hijos también, pero no, no solo los odio.

Juliett no borró su sonrisa.

—Siento algo peor que eso, los aborrezco. Con solo verlos me da asco y absolutamente me siento avergonzada de tenerte como hija. No se en maldito momento pude aceptar que te casaras con aquél tipo, pero siempre fuiste así. Una estúpida rebelde—la sonrisa de Juliett de inmediato se borra.

—No se ni para que mierda vine aquí —le responde ella con brusquedad latente.

—Vete, huye como siempre haces. Igualmente solo espero que termines peor de jodida que yo —Juliett se levanta— te vez tan patética.

—Y yo solo espero que no continues pidiéndome dinero como siempre lo haces —pronuncia Juliett para finalmente dar la vuelta e irse de aquel lugar.

Y con aquello subió a su auto para gritar hasta el cansancio. Tratando de no enojarse más de lo que ya estaba.

Déjame Ir | FinalizadoWhere stories live. Discover now