Brave

2.6K 229 28
                                    

Después de la última campanada antes de la quinta hora de clase, Tori se tomó un momento para ir al baño sabiendo que tenía que calmarse. La clase de interpretación del señor O'connell era una de sus favoritas, pero seguramente Jade estaría dispuesta a arruinar esa calma solo por diversión.

Se observó en el espejo, sus ojos oscuros estaban profundamente cansados, el cabello caía en descomplicadas ondas hasta la mitad de su pecho y la pluma color zafiro que llevaba como decoración resaltaba entre la oscuridad de este.

Sonrió; sin duda era bonita, jamás había sufrido problemas de autoestima, pero escuchar los constantes comentarios de Trina eran sin lugar a duda un reto a su autopercepción. Eso además de West y su actitud, ese complejo de superioridad le había hecho la vida imposible desde el día uno, cuando sin querer llenó de café la camisa de Beck, y recibió una buena dosis del mismo líquido en nada más y nada menos que su ropa y su preciado cabello.

—Ah, genial —la voz de Jade la sacó de sus cavilaciones, y ella no pudo hacer más que suspirar pensando en que debía calmarse para evitar una pelea innecesaria.

—Uhm, West —abrió la llave y enjuagó su rostro con la ayuda de sus manos, después tomó una toalla de papel y la pasó por su piel con suavidad; ignoró por completo la mirada penetrante de la gótica y dio unos cuantos pasos en dirección a la puerta estando dispuesta a irse, pero se vio entre la espada y la pared cuando unos brazos la empujaron hasta hacerla chocar con el frío muro decorado con mármol.

—¿Qué te pasa?

La miró con fastidio, y sintió las ganas de devolverle el golpe por pura naturaleza. Ella no era conflictiva, pero Jade la sacaba de sus casillas con mucha facilidad.

—Dijiste que soy una aguafiestas, ¿no?

Río, y es que no era su mejor insulto a fin de cuentas.

—Oh, ¿ahora también soy comediante, Vega? —con sus manos puestas a los costados de su amienemiga fue sencillo encerrarla, cerciorándose de tenerla lo suficientemente cerca para intimidarla pero manteniéndose lejos como para no dejarle ver que había más que odio en sus ojos, esperando que Tori no pudiera leer su mirada y así descubriera la incipiente duda que la había estado torturando desde que Dickers las había puesto juntas para dos o tres sábados seguidos de castigo.

—Jade, déjame en paz. Tenemos que ir a clase y sabes bien que el señor O'connell no es muy compasivo cuando de retrasos se trata —tomó las manos de la gótica entre las suyas y sintió un confort inexplicable que la elevó a otro sitio por varios segundos. Se miraron fijamente, y Jade mordió la cara interna de sus mejillas manteniendo la compostura.

—No hasta que te disculpes.

—No, no me disculparé por ser la única persona capaz de decirte la verdad.

Dio un paso más cerca de Vega, estaba terriblemente molesta porque sabía que era cierto, le ponía furiosa que la enfrentaran, y era demasiado tosca para escuchar razones, pero por la castaña podía ceder fácilmente.

—Discúlpate ahora, Victoria —no recibió respuesta, excepto por un peligroso acercamiento de los labios de Tori, que la hicieron perderse por un segundo. La tomó de la cintura como acto reflejo, y aferró sus cuerpos dándose un momento para sentir el calor de la mitad latina.

Tori se mantuvo así, inhalando el olor a café tostado de Jade tan de cerca como podía sin llegar a besarla, sonrío y con un rápido movimiento de su cuerpo la dejó contra el mismo muro en donde ella le había apresado. Jade bufó molesta mordiendo su labio inferior.

—Vas a tener que esperar a que tenga ganas de disculparme, pero eso no será hoy —le advirtió con un leve susurro en su oído haciéndola jadear, su cuerpo estaba en estado de shock por lo sucedido hacía unos cuantos segundos, se limitó entonces a asentir dejando que Vega siguiera su camino y se deslizó por el muro hasta dar con el suelo y quedarse allí pensando mientras observaba el abrir y cerrar de sus tijeras favoritas

THE LOOK IN HER EYES [EDITANDO]Where stories live. Discover now