Therapy

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Una Jade de dieseis años estaba sentada en el patio trasero de la residencia familiar; los gritos de su abuelo se oían a lo lejos provenientes de quien sabe dónde. Estaba bastante acostumbrada a que su padre no se pasara por casa a excepción de ocasiones como estas, en donde lo único que ocurría era que él y su abuelo se gritaban hasta el cansancio y se echaban un montón de culpas de las que ella no entendía.

Su libro favorito reposaba en sus manos mientras ella intentaba titánicamente concentrarse en su contenido. No era la primera vez que leía Orgullo y Prejuicio y siempre se fascinaba; quizá no mucho por la cantidad de romance en la obra, sino por la historia profunda en la que se veían inmersos los amantes y a fin de cuentas le era un gran distractor al mundo tan insano que la rodeaba.

—¡Jadelyn, ven aquí ahora mismo!

—¡Voy!

La voz de su padre seguía tan fúrica como de costumbre pero ya no había nada que le hiciera temer por aquellas actitudes; estaba habituada a la violencia desde que recordaba algún episodio de su vida: Veía constantemente a sus padres golpearse o insultarse, escuchaba a su madre rogar por no ser abusada e incluso recurría a dormir con ella para librarse; las peleas entre sus progenitores llegaron al punto en el que él simplemente se fue cuando ella cumplió siete y ella no había vuelto a verlo hasta el año en que cumplió los catorce: Nada cambió, a excepción de que su madre había decidido mudarse a unas cuantas calles de la casa principal para mantenerse segura.

—¿Padre, necesitas algo?

—¿Hablaste con tu madre, Jadelyn?

—No, iré más tarde a su casa para terminar algunas cosas de la escuela que dejé allá la semana pasada y debo entregar este viernes.

—Muy bien, puedes irte.— hizo una venia como siempre antes de retirarse. Su padre era un comandante retirado de las fuerzas militares de la marina estadounidense que poco sabía de criar a una hija y que a su percepción era una fortuna que no hubiese tenido más.

Se dio media vuelta antes de salir por la puerta del despacho de su progenitor y se fue a su habitación a hacer cualquier cosa que hubiera dejado abandonada y pudiera servirle de distracción.

Encontró uno de sus cuadernos en los que solía escribir sucesos impactantes de su vida, era un poco de lo que le servía para salir de la depresión en la que la había sumido su estadía en el hospital psiquiátrico y había sido su único compañero leal esos diez días.

"febrero 4, 2014

Ariadna.

No me siento muy bien hoy, no tengo ganas de asistir al instituto ya que nada ha salido bien últimamente. Hay un cúmulo de cosas dolorosas sobre mí que no estoy segura de poder explicar más allá del odio que tengo por mí misma; mis padres no han dejado de pelear y han desviado su atención de mí, tanto que he tenido que dejar de hacer muchas cosas que me gustaban para poder sobrevivir

Me duele, porque no logro entender la razón de sus discusiones y me afecta aún más no poder hacer nada por resolverlo; no puedo saber si antes de mí ellos eran más felices, pero no quiero ser la causal de más problemas

-Jade"

Leyó con atención aquella nota que sin dudas la afectaba a mares, puesto que la experiencia de camino al hospital fue de terror, pero empeoró con los medicamentos y juzgamientos de cada persona a su alrededor.

Buscó en su mesa de noche hasta dar con un par de tijeras que le gustaban por razones que desconocía y tomó un par de hojas de papel que se dispuso a cortar hasta formar figuras de diferentes animales.

THE LOOK IN HER EYES [EDITANDO]Where stories live. Discover now