Looking the truth in the eye

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Es complicado cuando nos miramos a nosotros mismos y no podemos entender las razones por las cuales sentimos cualquier cosa que llegue a agobiarnos; pero es muchísimo peor cuando estamos conscientes de que somos nosotros mismos quienes causamos aquel sufrimiento.

El paso por los juzgados estaba cerca, y ella lo sabía; no solo porque un guardia de la prisión preventiva en la que estaba se lo había notificado hacía unas seis o siete horas, sino porque la culpa la carcomía aún más que las semanas anteriores cuando solo podía pensar en que casi había matado a la menor de sus hijas. La soledad había servido de mucho cuando se trataba de pensar en sus acciones y se había dado cuenta de que lo que había hecho iba a perseguirla por el resto de sus días sin darle tregua.

Zack estaba lejos, y con ello sus defensas y valentía; cada cosa que había hecho por estar con el supuesto amor de su vida la estaba castigando ahí mismo, sentada en una silla sucia que la separaba de la zona de visitas gracias a una reja compuesta de barrotes color marrón que le recordaba la mirada de las chicas, sus manos esposadas y pálidas, el cabello desordenado haciendo juego con las ojeras y el triste color negro con el que estaba vestida porque se le consideraba una prisionera peligrosa... Todo a la espera de sus hijas y el hombre que no sabía si le profesaba amor aún, esperaba al menos un ápice de compasión del que nadie le había dado razones y un guardia armado era la única persona que estaba todo el tiempo viendo que siguiera con capacidad de respirar... Porque tenía que pagar cada uno de sus pecados.

—O'Brian— el guardia la tomó del brazo con una cantidad considerable de fuerza obligándola a caminar hasta el umbral y esperar algunos segundos mientras el mecanismo de seguridad se encargaba de abrirles paso -Tienes quince minutos- La voz quedita del hombre la obligó a ponerse recta y levantar la mirada hasta dar con aquello que ahora representaba sus temores.

{...}

Victoria había despertado en unos cómodos brazos que le recordaban las mejores cosas de la vida, aquellas que nunca se había imaginado tener y que sentía no merecer en algunas ocasiones; se sentía cuidada y feliz, a pesar de que sabía lo que acontecería en algunas horas.

Jade seguía tan dormida que podías pensar que apenas se había ido a la cama después de afrontar un día largo y tedioso; pudo entenderla porque intentaba ponerse en sus zapatos y entrometerse con cada momento de dolor, visitarlo como si jamás se hubiese ido por culpa del coma inducido e incluso sentir su piel erizada al presenciar las largas horas de duelo y lágrimas a las que Jade había sido injustamente sometida. Su rostro lucía apacible y tenía un poco de rubor decorándole las mejillas, detalle que la llenaba de ternura.

Acomodó su cabello para observarla por completo y buscó su escondite, tomándose su tiempo para inhalar el aroma a café tostado y perfume; su calor le llenaba cada espacio vacío en el alma y el cerrar los ojos era la medicina perfecta que nada ni nadie podría brindarle jamás.

—Te amo, Jadelyn August.— susurró sin ánimos de despertarla. Misión exageradamente perdida.

—Te amo de la misma manera, Victoria Vega.— con un suave movimiento rozó la piel nívea del cuello generando unas leves cosquillas en su amada, sonreía de una forma tan pura y feliz que por un segundo se olvidó de todo el dolor, y quiso mantenerse así por todo el tiempo que durase el infinito.

—¿Podemos quedarnos así toda la vida?— Jade rio.

—Tal vez, tal vez no.— la castaña se acurrucó un poco más y dejó unos cuantos besos castos en aquella zona —Podríamos quedarnos si insistes, sino entonces me pondré de pie dos minutos para lavarme los dientes, te pediré que me acompañes y podremos volver a la cama al menos dos horas más.—

—Oh, yai.— Victoria se levantó con una media sonrisa y caminó los pocos pasos que le fueron necesarios antes de llegar al amplio baño de su novia; tomó el cepillo de dientes color blanco que le pertenecía y solo hasta aquel momento se dio cuenta de que el perteneciente a Jade era por completo opuesto.

THE LOOK IN HER EYES [EDITANDO]Where stories live. Discover now