Let'em Know 'bout Us

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Las primeras cuatro horas de clases habían pasado sin ninguna novedad, por alguna razón Sikowitz había salido a la oficina de la directora y no había vuelto, y Cat no estaba por ningún lado. 

Todos los chicos estaban hablando de cualquier cosa, hasta que los murmullos fueron interrumpidos por el sonido de un golpe seco contra el escenario que dejaba ver un cuerpo cubierto por ropas al puro estilo hippie de los años 50, todos los alumnos rieron, su profesor hacía acto de presencia como solo él podía hacerlo: siendo escandaloso.

—Tori, Jade, quiero felicitarlas por su magnífica actuación la semana pasada, lo hicieron espectacular; pero quiero saber por qué diablos Tori está sentando en las piernas de Jade mientras ella acaricia su cabello sin que haya un cadáver aquí.

Ellas no respondieron, y la azabache miró a Tori pidiéndole permiso para lo que estaba a punto de hacer.

—Solo hazlo, Jade —todos se prepararon para el golpe, o el empujón, cualquier cosa característica de la chica bully que West solía ser con Vega todo el tiempo, pero el respingo de sorpresa al ver el beso de amor que se regalaron fue bastante dramático.

—¡Me deben diez dólares cada uno, señores! —el grito victorioso de Sikowitz las interrumpió, lo observaron confundidas.

—A mí veinte —esta vez fue Beck, quien aplaudió como un niño pequeño.

—¡Ahg, Jade! —André bufó antes de sacar los treinta dólares y pagar la cuota a su compañero y profesor, resignado.

—¿Qué carajos pasa aquí y por qué nadie me ha dado mis 15 dólares?

—¡¿Trina?! —Victoria estaba sorprendida por la aparición de su hermana, quien extendió la mano hacia los demás esperando su dinero.

—¿Qué diablos pasa con ustedes? —Jade sonó irritada, no entendía qué pasaba con sus amigos y su... ¿cuñada? Pero no le gustaba para nada.

—Yo fui Jori shipper desde su obra, les di la mejor cita de sus vidas, los demás estaban a su alrededor todo el tiempo.

—Yo fui tu novio durante tres años y pude notarlo simplemente, te suavizaste con Tori casi por etapas hasta que el día de la obra las vi bailar juntas y no pude respirar el aire a su alrededor porque me causaba diabetes.

—Y yo lo vi en los ojos de Jade cuando fueron a mi casa, además de que escuché la risa de Tori mientras le hacías cosquillas, bruja del oeste; digo, cuñada.

—Son un trío de idiotas perniciosos y mole... —Tori interrumpió la sarta de insultos con un beso fugaz, la miró a los ojos y acunó su rostro con sus manos, el mundo a su alrededor desapareció.

—No tienes que insultarlos, eso solo prueba que no es casualidad —se besaron de nuevo, haciendo del momento algo íntimo, calmo y cursi; Jade estaba perdida en esas caricias, le encantaba.

—¡Suficiente, ejercicio de actuación sorpresa!

—Agh, no —Jade escondió su rostro en el pecho de Victoria, ella rio, pensando que era una ironía.

—¿Aún hacen eso? —Trina cuestionó al docente con diversión antes de observarlo asentir, tenía un par de horas libres en lo que su profesora de combate escénico regresaba de su licencia de maternidad.

—Todos son ebrios enojados.

Cada alumno se metió en su papel: unos discutían cosas inentendibles a gritos, unos caían al suelo, otros se apoyaban en sus compañeros y otros chocaban con las sillas antes de gritar cualquier cosa.

—¡Alto, me harán dar migraña, y no de la buena! —Trina detuvo el ejercicio con el permiso del maestro, y todos rieron viendo la expresión de confusión que Cat tenía en el rostro.

THE LOOK IN HER EYES [EDITANDO]Onde histórias criam vida. Descubra agora