Having Fun

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Despertaron envueltas entre sí, desnudas y felices. Jade fue la primera en abrir los ojos y darse cuenta del hermoso espectáculo con el que su novia la complacía.

Sonrió, genuinamente feliz. No intentó soltarse del agarre que le propiciaba el brazo de su novia, tampoco buscó soltarla. Quería quedarse allí toda la vida. Ella abrió sus ojos poco a poco, sonriéndole.

—Hola.

—Hola.— dejó un beso casto en su frente y se puso de pie para caminar hasta dar con el baño. Abrió la llave del lavabo y enjuagó su rostro antes de cepillar sus dientes. Su novia siguió sus acciones con la mirada, luego se puso de pie y procedió a imitarla.

—Buenos días, Vega.

—¿Vega, de verdad?— ató su cabello en una coleta baja, y se metió en la ducha abriendo la llave para regular la temperatura del agua.

—Sí.— mordió la cara interna de sus mejillas y lo pensó por unos segundos. Las gotas de agua caían por el cuerpo de su castaña, porque sí, ahora era suya.

—¿No vienes, West?— la invitó con un guiño sutil, luego la dejó entrar para poder besar sus labios. Le encantaba la sensación de calidez que le brindaba; no solo por su físico, que no podía negar lo mucho que descomponía sus hormonas, sino porque ahora se daba cuenta de que Jade le había abierto las puertas de su vida de un momento a otro.

Recordaba aquellas veces en las que la veía pasar por los corredores de Hollywood Arts con una mirada furiosa que se acentuaba en ella, como su fuera la causa de todos los males en el mundo. Recordaba cada travesura de la que había sido víctima casi de manera ininterrumpida; recordaba también aquellas veces en las que la había obligado a salir de su zona de confort, y sonrió en medio del beso.

—¿En qué tanto piensas?— no obtuvo respuestas claras, solo un beso furioso antes de ser apoyada contra el muro de cerámica marmolada que decoraba su baño. Gimoteó por las caricias en sus pezones, nada disimuladas.

—Vic... Mmh.— los labios de la castaña no perdieron tiempo en bajar hasta sus pechos y reemplazar los roces de sus dedos. Mordió su labio inferior. Sintió el cuerpo de la chica descender por el suyo, explorándola. Su boca se abrió de pronto en una pequeña circunferencia, gemía con ganas disfrutando de los mimos que Vega le proporcionaba con ayuda de su lengua y dedos.

—Joder.— sus manos buscaron de dónde agarrarse, llegando a las hebras oscuras; movió sus caderas pidiendo más —Tori, Tori— arqueó su espalda sintiendo las embestidas suaves de aquellos dedos. Sus ojos se cerraron con fuerza.

—Tori, por favor.— estaba tan cerca de su clímax, tan imposiblemente cerca de tocar el cielo con las manos... El agua seguía cayendo sobre su torso, empapándola demás.

Victoria sonrió debido a los ruegos. Se detuvo por un segundo obteniendo una mirada de reproche que se encargó de remediar. Sus dedos entraron y salieron suavemente antes de repetir su acción y hacer movimientos circulares. Su lengua se unió al juego poco después.

—Ah... Joder, joder.— sonrió internamente, le sorprendía que esas fueran las únicas palabras de entre toda la sarta de tonterías que Jade podía decir. Subió de nuevo por su cuerpo con besos fogosos, buscó aquellos labios carnosos que se dejaron encontrar con gusto, aminoró la velocidad del vaivén con el que complacía a la azabache y el reproche no se hizo esperar.

—N-No te dete... ¡Oh, mi Dios— un rasguño a su espalda le demostró la cantidad de placer que Jade sentía, y siguió embistiéndola acompañada de los mimos a su clítoris con la ayuda de su pulgar. Los ojos azules estaban cerrados, volvió a besarla apasionadamente hasta que la necesidad de gemir presente en su chica se lo impidió. Movía sus caderas acompañando el movimiento de su mano, complaciéndose a sí misma.

THE LOOK IN HER EYES [EDITANDO]Where stories live. Discover now