We Know I'm Yours

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El sol se asomaba con más fuerza de la normal esa mañana, y Tori se sintió agradecida de que Jade no fuese fan de las cortinas blancas por las que la luz de éste se asomaba fácilmente, de modo que solo bastaba con cubrirse un poco más con las cobijas para poder continuar con su sueño.

Un peso en su cintura le impedía moverse, y la risa nasal de Jadelyn la obligó a recordarse que no estaba sola en la habitación. 

—Quiero quedarme en cama todo el día.

—Buenos días para ti también —protestó la contraria con un tono burlón.

Tori bufó.

—Buenos días, Jade.

—Tori, no seas perezosa —dijo entonces ella, que la miraba intentando no reirse.

—Dios, no. Tengo una resaca de los mil infiernos; no es porque sea perezosa, que también es cierto, pero no tiene nada que ver hoy —masajeó sus sienes con sus dedos, sintiendo su cabeza explotar por los efectos del excesivo consumo de licor de la noche anterior.

Jade se sintió afortunada porque no tenía que vivir esa situación, la resaca jamás llegaba a su cuerpo por mucho alcohol que se propusiera consumir. Asumió que lo mejor para Tori era rehidratarse y comer algo, por lo que bajó a la cocina y preparó un jugo de naranja, un par de tostadas con mermelada de moras y alguna fruta picada, a excepción de las fresas, por alguna razón.

—¡Jaydey! —el grito de Tori la hizo rodar los ojos, odiaba ese sobrenombre.

—¡Puede que esté loca por ti, pero odio que me llamen Jaydey!

—¡Lo lamento, solo quería pedirte que por favor me trajeras un vaso de agua y algo para mi cabeza!

Rio, en definitiva nada de lo que conocía de la mitad latina había cambiado, sencillamente no era posible que pasara, de otro modo no se habría enamorado tan perdidamente. Subió las escaleras llevando todos los alimentos en una bandeja, incluido el vaso de agua que Tori había pedido.

—Espera, dijiste que estabas... ¡Oh por Dios, oh por... Te quiero!

Jade dejó todo en la mesa cerca de su cama, y encendió el televisor con ayuda del control remoto para después trepar sobre el cuerpo de la castaña y hablar.

—Sí, estoy completa y perdidamente loca por ti, Victoria Vega.— La besó, dejando que sus labios mostrasen todo lo que le era imposible decir con palabras.

—Yo sé que no soy la persona más cursi en este mundo, pero no quiero que nuestra historia sea un cuento de hadas o una novela dramática; no voy a llevarte a una cena romántica para pedirte esto, porque me perdería de la mejor de tus facetas, una de la que puedo disfrutar ahora mismo porque estás aquí, recién despierta y con el cabello desordenado y así es como me enamoras más.—respiró sin dejar de ver a los ojos marrones que tanto le gustaban —Yo... Quisieras... ¿tú quieres ser mi...?

Alcanzó a ver unas cuantas lágrimas brotar de esos ojos marrones y se detuvo de inmediato, limpiándolas con sus pulgares.

—Perdóname, es que eres tan hermosa y dulce... Yo claro que quiero ser tu novia, Jadelyn August West, claro que quiero estar contigo porque tu mal carácter me llena de vida, porque me sacas de mi zona de confort todos los días, porque me apoyas incluso a través de una puerta, y porque sencillamente eres perfecta para mí.

El beso fue largo, lleno de un sinfín de sentimientos. Tori dejó que sus dedos se aventurasen en las oscuras hebras del cabello de Jade, dándole profundidad a la magnífica sensación de tranquilidad y amor que le encantaba.

—Eres un caramelo, me darás diabetes —Jade cerró los ojos guardando el momento en su memoria, ahora la chica que le había quitado el sueño varias veces era suya, al fin su corazón le pertenecía, y eso la llenaba de felicidad.

THE LOOK IN HER EYES [EDITANDO]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang