Insecure

1K 108 26
                                    

Trina estaba intentando terminar uno de sus deberes escolares; era bastante buena en expresión corporal gracias a que se había dedicado a practicar durante el último semestre.

—Trina.

—Dime, mamá.— no tenía resentimientos con Holly, aunque le molestara su trato con su hermana menor.

—Prepárate para la cena, por favor cariño.— habló calmadamente; había perdido su toque dulce y maternal pero no dejaba de ser educada y tranquila.

—Dame cinco minutos, por favor. Debo enviar mi parte de este trabajo antes de las 8:00.— programó la cámara y posó con expresión de ira, luego de confusión, finalmente hizo una pose sensual.

Zack bajaba las escaleras en aquel momento, se quedó observando a la mayor de sus sobrinas por unos instantes. Tenía algo por hacer que no podía esperar, pero necesitaba que su hermana lo acompañara debido a que había sido ella quien había pagado la fianza y había hecho el juramento impuesto por el juez en el que se constataba que en caso de que él saliera de casa, debía hacerlo en su compañía.

—Hola, Trina.— ella dio un brinco en su sitio, Zack la aterraba. No había pasado por lo mismo que su hermana menor, pero claro que había sido víctima de sus abusos.

Subió a su habitación con la sensación de incomodidad que la perseguía desde que Zack vivía en su casa. Se encerró en el lugar poniendo el pestillo, se tumbó en su cama y lloró. Lo recordaba todo: Los golpes, las fotografías de desnudos, la risa cínica de su tío, las amenazas de asesinato a su madre o su padre si decía algo. Todo, absolutamente todo sobre aquellos seis meses en los que fue el conejillo de indias para que Zack complaciera sus perversos deseos. Lo odiaba, con todo su ser.

Su teléfono sonó, se trataba de su padre. Tendría que irse de Los Ángeles por tres semanas debido a un compromiso de su trabajo por una investigación sobre un criminal; lo entendía, pero sentía la desprotección que vendría. Rogó para sí misma que no pasara nada malo, pero en su interior sabía que si su padre no estaba, ellas dos no tenían escapatoria.

—¿Trina?— era la voz de su madre —Cariño, ¿ya estás lista?

—Ya voy mamá. Deja que termine de enviar esto— ocultó su dolor con una voz pasiva, y se adentró en la pantalla de su ordenador para enviar el correo perteneciente al trabajo de improvisación; caminó hasta el baño agradecida de que éste no estuviera fuera de su habitación y enjuagó su rostro con agua fría para disimular el sonrojo proveniente del llanto. Bajó las escaleras con los audífonos puestos al mayor volumen que podía y se sentó a la mesa.

—¡Katrina Vega!— el grito de su madre la obligó a volver a la realidad. Se quitó uno de los auriculares.

—¿Qué pasó, mamá?— se llevó una cucharada del puré de papa a la boca. No lo disfrutaba para nada, solo buscaba terminar de cenar lo más rápido posible.

—Te pregunté que si sabías por qué tu padre no llegó para la cena.

—Ah, tiene algo qué hacer en Washington sobre un caso de asesinato, debe investigar y se fue hoy, supongo que habrá empacado todo anoche cuando llegó y tú no estabas.

—Qué raro, siempre me dice esas cosas.

—No lo sé, mamá. Sabes que intento meterme en su relación lo menos posible para evitar problemas.

—Y haces bien.— Zack habló seriamente, Trina se congeló por varios segundos, se reacomodó sus audífonos e intentó ignorar la situación hasta que terminó de cenar unos cuatro minutos después.

—Estaba delicioso, mamá. Gracias.

Se puso de pie y caminó de espaldas hasta el fregadero. No quería sentir las miradas de Zack otra vez.

—Oye, Trina.

—Dime.

—¿Tienes llaves de la habitación de Tori?

—No, mamá.

—Ah, sucede que Zack me pidió permiso para entrar en ella; quiere ver los recuerdos de su sobrina.— Trina tembló, un escalofrío recorrió su ser junto con cientos de pensamientos de los sucesos de su infancia.

—Mamá... Yo.

—Tranquila, le hablaré a Tori para saber dónde están las llaves.

—No, igual la veré mañana en Hollywood Arts; le pregunto y de paso seguramente me las dé si las tiene.— Necesitaba evitar problemas, más que todo para ella misma.

—Oh, bien. ¿qué tal si vemos una película los tres? Hace mucho no hacemos un plan familiar y aprovechando que Zack está aquí, me parece una magnífica idea.

—No puedo, mamá. Tengo tarea de historia y matemáticas, lo siento.—

Mintió, la verdad era que no deseaba estar cerca de Zack, no podía procesar bien la idea de que su madre lo siguiera frecuentando y que lo perdonara, pero tampoco tenía deseos de discutir con ella sobre el tema porque tenía muy en claro que era tiempo perdido.

—Vamos, Trina. No creo que te haga daño dejar los deberes por tres horas. Los puedes hacer luego— otra vez se trataba de Zack —Yo no recuerdo que fueras tan responsable cuando te vi hace años.— se acercó a ella y acomodó un mechón de su cabello atrás de su oreja; ella luchaba por no llorar mordiendo la cara interna de sus mejillas

—De pequeña solías ser más... Relajada.

Trina no dijo nada y subió tan rápido como pudo para no ser sospechosa y poder escapar de la situación. Cerró con pestillo otra vez y se tumbó contra las almohadas sollozando. Se sentía perdida, asqueada y dolida, ¿por qué su madre no las estaba protegiendo, por qué no lo había hecho doce años antes, por qué lo exculpaba? Las respuestas parecían no llegar nunca, por mucho que intentara dar con ellas jamás lo conseguía.

Se giró para ver un retrato de ella y Tori jugando con burbujas de jabón, se veían felices de una forma genuina. La voz de Zack en su puerta la interrumpió.

—Trina.

—¿Qué pasa?

—No quiero asustarte pero me siento muy decepcionado con la idea de que Tori no esté en casa; yo no pasaré mucho tiempo aquí y quiero divertirme como antes con ustedes dos...

Jadeó, comprendía por completo el significado de aquellas palabras

—Como consejo, has que tu hermana vuelva a casa, no vaya a ser que pasen cosas que la obliguen a volver. Su novia es linda, pero no debería estar fuera de casa solo por ella. Ya sabes... La familia es primero.— escuchó los pasos alejarse y cargó su cabeza con sus manos, no podía hacer nada más que llorar.

El miedo estaba presente, pero no sé trataba de que tuviese miedo de Zack, tenía miedo de lo que podía hacerle a Tori, e incluso a Jade. Estaba contra la espada y la pared, pero no traicionaría a su hermana, se había prometido a sí misma que la protegería y cumpliría la promesa a cualquier costo.

No sé cambió de ropa, no tenía ánimos para hacerlo; sencillamente cepilló sus dientes y se aseguró de poner el segundo seguro de la puerta, apagar las luces y cubrirse bien con la sábana antes de dormir.

Recordaba las veces en las que su tío jugaba con su mentalidad infantil, culpándola de provocarlo, de pedirle que le tomara fotos desnuda, de desnudarse en cualquier sitio para invitarlo a hacerle daño... Era un monstruo, que ahora estaba libre y a tres habitaciones de la suya, ¿Le haría daño de nuevo? No podía saberlo, pero por miles de razones no podía descartarlo... Ya lo había hecho y era posible que lo hiciera otra vez.

****
¡Hola hola!

Es un capítulo con muchas cosas tristes y dolorosas, pero espero que comprendan que debe ser así para obedecer a la trama

Recuerden una cosa en caso de que hayan pasado por situaciones similares: No están solas, no son culpables y siempre deben tener la valentía de hablar, pero en caso de que no la tengan porque su abusador les dijo cosas o les hizo cosas para comprar su silencio; deben entender que todas nos apoyamos y que en algún momento de la vida aprendes a superar el dolor y alcanzas la valentía para denunciar cosas tan terribles. Muchísima fuerza a todas, mis niñas. Son valiosas, hermosas y valientes. 💜

Los amo, un beso enorme

Nos leemos

THE LOOK IN HER EYES [EDITANDO]Where stories live. Discover now