A new... What?

750 79 33
                                    

—¿Tú crees que nos estén buscando?— sus ojos estaban fijos en Jade, que con una sonrisa cómplice la apegaba a su cuerpo en medio de un abrazo protector. Negó restándole importancia al asunto.

—No me importa, quiero estar a tu lado para celebrar esto, y este es el lugar perfecto.

Las Camren habían tenido un pequeño desliz con la locación de su fiesta y al final el canadiense ofreció la casa en la que vivían sus padres, de cualquier forma su camper serviría para el viaje que planeaba proponer a sus amigos con ánimo de salir a la playa antes de verse envueltos en la producción de la obra de Jade.

La casa de Beck contaba con un tejado en la tercera planta, cosa que a West le encantaba cuando ellos estaban juntos porque podía esconderse del mundo entero sin ser vista; el lugar contaba con vistas al jardín trasero de la residencia Oliver.

Faltaba un minuto antes de medianoche, y Victoria estaba en pos de cumplir su promesa respecto al regalo de navidad que había guardado como secreto durante la semana.

—¿Ya vas a decirme cuál es mi regalo?

—No, aún no es media noche.

—Aguafiestas.— por su mente vagó el recuerdo del segundo día de la mitad latina en la clase de Sikowitz, el donde el ejercicio de improvisación alfabética fue el florero de la discordia que se había gestado por seis meses, Recordó las veces en las que se había cuestionado sobre su odio a la castaña; en la razón real de las bromas pesadas en contra de la chica que ahora mismo le daba tanta paz.

—Boba.— Vega había logrado captar la idea como si pudiese leerle la mente, lo que le arrancó una sonrisa de oreja a oreja.

—Cretina.— puso su mejor cara de enojo, intentando convencerse de que estaban en el salón del hippie y solo se trataba de un ejercicio de actuación.

—Estúpida.— fingió ofenderse apartándose por varios segundos de la castaña, ella la atrajo a su cuerpo con un giro rápido y comenzó la cuenta regresiva ayudada por su reloj de pulso.

—Diez...Nueve...

—Ocho... Siete...

—Seis...

Sus ojos se cerraron al sentir el roce de los labios ajenos contra su boca; ninguna de las dos quería perder la oportunidad de compartir el primer y último beso de un año. Se mecían de lado a lado en medio del gesto, Vega estaba perdida en un universo distinto en donde lo único que podía ver era a Jade, sus ojos azules y el gran amor que emanaba de ellos.

La azabache no estaba muy lejos del mismo paraje, solo que en lugar de azul, sus pensamientos tenían un arcoíris completo del que solo Vega podría ser la causante. Cualquiera en el mundo podía intentarlo, pero quien viera un mínimo gesto entre las chicas podría darse cuenta de que la vida les había jugado la mejor de las tretas, y que sin lugar a duda Jane Austen habría revivido y muerto de envidia y Shakespeare hubiera encontrado una razón más para escribir un final menos violento para los Montesco y los Capuleto... Su historia estaba compuesta por dolores, errores, heridas y aciertos, y con todo eso era perfecta para ambas, ¿cómo iban a pedirse más si con la mirada en sus ojos ya todo estaba dicho, quién les exigía darse más de lo que estaba grabado en su piel con la tinta indeleble del cariño forjado a base de las imperfecciones que las componían?

—Te amo.— sus voces se mezclaron en un susurro suave que solo ellas pudieron escuchar, sonrieron con complicidad antes de fundirse en un nuevo beso lleno del amor que ambas sentían.

{...}

—¡Cinco... Cuatro...Tres...Dos...Uno!

El ruido de los fuegos pirotécnicos llenaba el ambiente durante la celebración de año nuevo, Cat jugaba con su regalo mientras Robbie la observaba viendo un poco de ponche, André y Beck buscaban abrazar al quienes veían en medio del entrante estado de ebriedad que se habían propuesto alcanzar.

THE LOOK IN HER EYES [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora