Justice

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Todas las pruebas habían sido mostradas al juez, los alegatos estaban hechos, de la misma forma en que los testimonios habían sido efectuados: La sentencia estaba a punto de ser dictada.

Tori y Trina estaban sentadas en la mesa de la izquierda acompañadas de su abogado, detrás de ellas en la primera banca destinada al público se ubicaban los testigos probatorios, compañeros de su padre que habían estado presentes mientras Holly le disparaba a la menor de ellas en medio de la misión de rescate, a su derecha estaba sentada la mujer que tanto les había dañado.

Las pruebas estaban dispuestas en el estrado, el juez se veía reacio y decidido mientras recibía un sobre que contenía los textos que debían dictarse antes de la proclamación final, después de tantos años en su profesión estaba sorprendido de la peor manera, casos como este no hacían otra cosa que dejarlo pensando en la cantidad de maldad que aún quedaba en el mundo, y era deplorable saber que no había posibilidad de erradicarlo, eso le frustraba demasiado.

—Por medio de la siguiente orden, se anulará el matrimonio legalmente establecido entre David Vega y Holly Áin O'Brian, todo a petición del comandante en ejercicio, todo esto tomando como base los hechos violentos cometidos por la acusada en contra de las hijas legítimas del matrimonio, Katrina y Victoria Vega; además de las pruebas de infidelidad que pudieron observarse a lo largo de los metrajes presentados como evidencia, en los cuales se hace presente el señor Zack Andrew Madison, acusado que se encuentra en este recinto, ¿está usted de acuerdo, capitán Vega?

Él asintió con firmeza, sin detenerse por un segundo a mirarla o intentar decirle algo; entonces ella entendió que todo estaba consumado y solo le quedaba esperar que el hombre en el estrado terminara de escribir su destino.

El hombre vestía una toga color negro, podía verse una corbata roja bajo el atuendo que representaba su profesión; reacomodaba sus anteojos con elegancia en el puente de su nariz mientras se aclaraba la garganta, y con voz quedita y rasposa por los más de cincuenta años encima de sus hombros, procedió con la lectura de las sentencias finales:

—Después de analizar exhaustivamente las pruebas presentadas a esta bancada fiscal, de los testimonios de las jóvenes afectadas que fueron reforzados por los miembros de la fuerza pública identificados como Gabriel Anders, Ethan Richardson y Michael Ferguson, y la declaración de los acusados; La Corte Superior de Los Ángeles dictará la pena de muerte por inyección letal para la señora Holly Áin O'Brian, con posibilidades de estudio de caso en si llegase a descubrirse algún estado psíquico por el que se asuma que sus crímenes fueron cometidos bajo los efectos del mismo; si aquella circunstancia se cumpliera debería ser enviada a una prisión que le permita ser atendida y mediante un juicio se determinará el tiempo que sea justo para ello. Mientras tanto, ordeno que se le transfiera inmediatamente a la prisión estatal de San Quentin, California.

Toda la sala quedó en silencio por algunos minutos, la mirada perdida de Holly delataba su miedo y angustia, David se mantenía en su papel de agente policial y no reflejaba nada que pudiera mostrar un poco de compasión hacia la situación. Las chicas se tomaban las manos bajo la mesa, la única forma de protección que poseían; la mirada oscura de ambas recayó en su padre por breves segundos hasta que el juez habló nuevamente.

—Respecto al acusado, de nombre Zack Andrew Madison, se ordena la ejecución inmediata, puesto que se le considera un elemento peligroso para la sociedad y en su caso no hay nada que pueda demostrar que requiera estudios de ningún tipo. Sus comportamientos y acciones son puramente conscientes, tanto como planear él mismo el secuestro y aún después de años lucrarse de la venta de pornografía infantil de la señorita Katrina Vega, metrajes registrados cuando ella contaba apenas con siete años.

El mallete* sonó contra una pequeña base puesta en la mesa; y David se encargó de encaminar a su exesposa hasta una patrulla.

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THE LOOK IN HER EYES [EDITANDO]Where stories live. Discover now