Forest Movie

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Al fin había llegado el fin de semana, y es que, entre los planes para el inicio de los ensayos de la obra, las clases de Sikowitz y cientos de cosas sumadas a la conducta de Jade, realmente habían sido cinco días de lucha interna para no morir de impaciencia, al menos en Tori.

Iría al bosque considerablemente cerca de su casa, necesitaba pasar tiempo consigo misma, la soledad había sido siempre un gran compañero cuando se trataba de descansar. Su teléfono vibró en su bolsillo con un mensaje de Cat.

Cat: Hey Tori ¿vas a hacer algo especial hoy? Mi hermano está haciendo cosas raras y no quiero estar en casa.

Suspiró pesadamente, amaba a la pelirroja con ahínco, pero el tiempo a solas era más que un capricho en esos momentos.

Tori: Lo siento, Cat. Tenía planes con mis padres desde ayer, no puedo cancelarles ahora.

Se sintió culpable, así que tuvo que crear una solución que fuese sencilla y ayudara a Cat con su problema.

Tori: Deberías decirle a Jade. Desde que ella y Beck cortaron no creo que tenga mucho por hacer.

Cat: Oye ¡qué buena idea! Espero que disfrutes con tus padres, Tori. Te quiero, adiós.

Dejó el mensaje en visto con una sonrisa, y terminó de empacar sus lápices de dibujo, un cuaderno con distintos bocetos que llevaba haciendo desde hacía un tiempo, además de la infaltable goma de borrar y los lápices de colores que había comprado la semana pasada con el dinero que su padre le había dado por ayudarle con algunos archivos policiales que le irritaba demasiado organizar.

Ella disfrutaba mucho del dibujo, era uno de los muchos detalles de su persona que nadie conocía, y a pesar de que no era cien por ciento talentosa debía admitir que le causaba mucha paz cuando dibujaba a solas, era otra forma de expresar lo que pensaba, y se sentía afortunada porque tanto su música como el dibujo eran un hermoso refugio después del tormentoso pasado que había tenido que superar; bajó las escaleras y fue a la cocina por un par de manzanas, una botella de agua y una que otra barra de cereales para pasar el hambre mientras estaba en el bosque; puso todo en un túper y después lo adentró en la maleta en donde tenía todo, la cargó al hombro y tomó sus llaves.

Se detuvo a pensar durante algunos minutos en los que no supo si caminar, pero finalmente decidió usar su motocicleta porque no estaba segura de la hora a la cual volvería y no era completamente seguro andar por las calles de noche. Se puso el casco después de subir y arrancó con una velocidad moderada, mayor a la que había usado al llevar a Jade a su espalda; agradeció internamente que no tenía que cruzarse con semáforos porque de ese modo llegaría más rápido y entre otras cosas podría disfrutar del frío que el otoño le regalaba; cuando por fin llegó, se deshizo de su casco y lo acomodó en el manillar; caminó lentamente hasta dar con su árbol favorito e inhaló profundamente cuando por fin estuvo sentada en la cama de hojas que estaba allí.

Comenzó a bocetar un árbol que tenía en frente: Era delgado, alto y con un tronco hueco que parecía ser el hogar de alguna ardilla o ave del lugar, contuvo la respiración mientras trazaba las líneas que darían forma a su dibujo y solo cuando estaba satisfecha con el resultado decidió ponerle sombras para poder dar profundidad a su obra. Abrió la caja de colores, pensando en la forma correcta de ponerle un fondo que le hiciera justicia al majestuoso madero que, sin temor a exagerar de alguna forma, le había tomado unas tres horas dibujar; pensó en el cielo y a la primera se le ocurrió pintarlo de distintos tonos de naranja, después de todo hacía juego con la época del año, pero inmediatamente después recordó los ojos de Jade y casi en automático tomó el lápiz azul y todo encajó perfectamente.

No sabía bien las razones, pero West la hacía sentir extraña; ella jamás se había enamorado y no creía estarlo, era imposible siquiera pensar en amar a alguien tan complicado como la azabache; para el ejemplo perfecto estaba el hecho de que Beck, aún con todo y su paciencia, había decidido que lo mejor era que fuesen solamente amigos. Para él había sido sencillo pasar el duelo, no porque no la quisiera -Eso le había dicho a Tori un día que se reunieron para tomar café con el resto del grupo y Jade, que aún estaba pensando en las razones "reales" de la ruptura, había decidido no asistir.

Terminó por fin después de dos horas, y satisfecha con su trabajo guardó el cuaderno en la maleta, sacó el túper y posteriormente una de las manzanas para después dar un trago del botellón de agua. Su celular vibró con un nuevo mensaje, pensó que se trataba nuevamente de Cat, o tal vez de Trina y su costumbre de preguntarle si podía usar alguna de sus prendas para irse de fiesta; pero se llevó una sorpresa cuando descubrió que dicho mensaje venía por parte de la chica que se adueñaba de sus cavilaciones

Jade: Me condenaste a pasar la tarde con Cat, vas a pagarlo terriblemente caro, Vega.

Tori: Se supone que es tu mejor amiga, ¿por qué sería molesto pasar tiempo con ella?

Jade: ¡Tuve que ver un maratón de películas Disney!

Tori: ¿Y, cuál es el problema? El rey león es muy buena.

Jade: ¿Has visto alguna película con Cat? Es un dolor de cabeza.

Tori: No, pero seguramente lo disfrutaría, así como ella en lugar de quejarme tanto como tú lo haces.

No quiso atender más al malgenio de la azabache, era casi cruel que le molestase pasar tiempo con alguien tan tierna como Cat. Si ella no lo había hecho era porque de verdad necesitaba descongestionarse de todo el estrés de la semana, de otro modo le habría encantado esa maratón de películas Disney.

Sacudió su cabeza y después de guardar todo subió a su motocicleta de nuevo; el camino a casa fue igual de tranquilo, pero al arribar se encontró con dos figuras que conocía muy bien en la puerta, esperando por ella.

«Mierda» pensó, le había mentido a Cat y claramente estaba por completo descubierta.

—Hey —saludó con un movimiento de muñeca mientras acomodaba su casco en el brazo izquierdo y jugaba con las llaves entre sus dedos —¿Qué hacen por aquí, no estaban en maratón de películas?

Las tres entraron, y ella se tomó un momento para guardar los alimentos que no había consumido.

—Bueno, le dije a Cat que tú me dijiste que disfrutarías ver películas con ella, y quisimos venir para saber si era cierto.

La miró con el ceño fruncido mientras peinaba su cabello hacia atrás, pero sonrió, no iba a dejar que la arrogancia de Jade ganara.

—Y tienes razón, déjame que lleve mis cosas hasta mi habitación y...

—¡Qué lindos dibujos, Tori! —la voz de Valentine resonó mientras dejaba ver varios de los diseños que había hecho, maldijo internamente al sentirse invadida, pero tratándose de Cat solo pudo sonreír.

—Me alegra que te gusten; ahora deja que lleve eso para poder poner todo en su sitio y veremos películas tal y como Jade te prometió, ¿ok?

—¡Sí!

No dijo nada, y tal como dijo fue hasta su habitación dejando allí su casco y los implementos de dibujo. Cuando bajó se tomó el tiempo de preparar algunas botanas en lo que Cat buscaba la película que quería ver; y al estar todo listo se sentó en la silla reclinable que usaba siempre; con un leve movimiento de la manija los mecanismos cedieron y ella se puso cómoda al instante.

Sentía la mirada de ojos claros puesta en su anatomía, pero lejos de sentirse nerviosa tomó un respiro profundo, giró su cabeza y sonrió para Jade, quien estaba visiblemente disgustada al percatarse de la tranquilidad con la que se había tomado la inesperada visita.



THE LOOK IN HER EYES [EDITANDO]Where stories live. Discover now