Capítulo 34~Te quiero

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Mini maratón 1/3

El sentimiento de calma es algo agridulce en la vida, algo tan simple y delicado que la mínima interferencia o interrupción puede cambiar en segundos esa calma al mayor de los miedos

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El sentimiento de calma es algo agridulce en la vida, algo tan simple y delicado que la mínima interferencia o interrupción puede cambiar en segundos esa calma al mayor de los miedos. De igual modo el peor de los terrores puede convertirse en calma cuando te sientes protegido y cuidado por la persona correcta.

Eso le pasó a JeongIn al despertar esa mañana. Estando calmado en su sueño profundo, despertando poco a poco y volviendo a la realidad para asustarse y temer por la misma cuando el ardor en su espalda, rostro y cuello le golpeó. De nuevo una paz inmensa cubriendo su cuerpo, alma y su lobo cuando abrió sus ojos y vio a su Alfa tumbado frente a él y pudo aspirar su aroma a menta y lima.

-Buenos días mi príncipe. -El Omega trató de sonreír sintiendo tirantez en su mejilla izquierda y quiso responder logrando que su voz no saliera y sus ojos se aguaran por el dolor. -No cariño, no hables, mis padres dicen que debes dejar descansar tu garganta unos días. -El menor asintió como pudo con ese extraño cansancio en su cuerpo al que estaba acostumbrado tras las palizas de su padre, aquella vez se sentía diferente, más pesado y doloroso. HyunJin observaba su rostro con los ojos brillosos, bolsas bajo estos y su labio inferior dañado por las constantes mordidas. -Está algo inflamada. -Susurró detallando el rostro del menor de nueva cuenta. -¿Por qué no te das un baño?

JeongIn volvió a asentir, tomando la ayuda que su Alfa le ofrecía para sentarse sobre la cama y caminar hacia el baño. El menor no comprendía porqué le era tan complicado respirar, tan difícil el moverse y porque su rostro y garganta dolían más que su espalda.

Al llegar al baño privado del Alfa fue que pudo comprender todo, su cuerpo entero tembló y habría caído al suelo si no hubiera sido porque HyunJin lo sostuvo con rapidez alzándolo de sus caderas y sentándolo sobre el mesón del lavamanos. JeongIn se había visto al rostro en el reflejo del espejo, si hubiera sido una foto hubiera pensado que no era él.

Porque ese rostro morado, hinchado, con las venas marcadas en sus ojos de córneas rojas y en sus mejillas era lo más aterrador que había visto en su vida. La falta de oxígeno había reventando algunas de las venas de su rostro y cuello dejando hematomas bajo la piel. Eso, sumado a las tres grandes cicatrices abiertas de las garras de su padre en su mejilla, le daban un aspecto de muerte que lo escandalizó.

-No, no, no. -Trató de arrullarlo HyunJin, acariciando su cabello y con miedo de apretarlo de su espalda. -Mi vida, estoy aquí. -Susurraba en su oído sobre los llantos mudos a la par que cubría el espejo con una toalla de baño. -Ya está. -Con paciencia esperó a que dejara de llorar para separarlo de su cuerpo y verla a la cara con una gran sonrisa mientras sus ojos retenían más lágrimas. -Sigues siendo igual de precioso. -JeongIn negó frenético, haciéndose más daño del que ya tenía. -Shhh. -Siseó besando cada parte de su rostro con delicadeza, a penas roces de labios, como si su piel fuera un delicado pétalo de flor. -Sí lo eres, no le lleves la contraria a su Alfa.

Y JeongIn sonrió de lado, porque conocía ese tono bromista e irónico de HyunJin. Su lobo Omega estaba feliz de tener a ese Alfa cuidando de él en su peor momento. Asintió haciéndole ver qué le creía.

-¿Te dejo bañarte? -El menor negó, no quería quedarse solo, así que señaló al mayor con una invitación silenciosa. -¿Te baño yo? -JeongIn asintió.

Otra situación, otra ocasión, habría resultado excitante. Ver el cuerpo esbelto pero con curvas, la piel pálida y brillante, esos pezones rosados o ese trasero. Pero HyunJin no estaba viendo a su Omega como un cuerpo al que deseara, no, lo estaba viendo con alabanza y admiración; con cariño y amor puro.

Lo duchó con cuidado, con agua tibia y secó con delicadeza cada parte de su cuerpo antes de ponerle un pantalón de su propia ropa y volver a acomodarlo en su cama.

-Iré a buscar a mamá para que te cure las heridas de nuevo, ¿está bien? -JeongIn hizo una mueca disconforme, no quería quedarse solo, tenía miedo de hacerlo; pero asintió cuando su Alfa prosiguió. -Volveré en cuanto mamá te cure, él también está preocupado por ti.

El Omega abultó sus labios de forma tierna, HyunJin sonrió y los besó superficialmente.

-Te quiero Innie.

Eterna Manada ~ HyunIn ~ HyunJin y JeongInOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz