Capítulo 15. ¿Quien se lo dice a Atlanta?

63 5 0
                                    

Atlanta.

Luego de que Leah me ayudara con mi vestido me miré al espejo, estaba nerviosa, amaba esta fecha del año. En definitiva era la que más esperaba.

Desde pequeña había creado una especie de extraña fascinación con Halloween, siempre había amado cada historia, cada disfraz, cada leyenda, incluso cada película de estas fechas.

Tal vez estaba loca, nunca supe la razón pero en este día, yo era realmente feliz.

La única vez en el año que lo soy.

Pensé, suspiré negando y mire la mascara en la cama de Leah.

— Estas hermosa, Atlanta, ya deja de suspirar como si fueras un sapo de otro estanque, eres perfecta, y deberías de saberlo. — dijo ella detrás de mi.

La observé, fruncí el ceño levemente y negué para luego girarme por completo.

— Estas perfecta, lo digo de verdad. — aseguró acomodando su cabello.— Aunque ese vestido haya sido el que yo quería, si te queda bien, Alek tenía razón. — comentó acomodando un mechón de mi cabello. — A ti se te luce mejor.

Eso no era verdad, al menos no lo sentía así, mas bien diría que intentaba subirme el animo.

No me consideraba perfecta. No era una chica que no encontrarías en cualquier lugar. Era bastante normal y no me quejaba al respecto.

— No soy hermosa, debes de aprender la diferenciar belleza algún día Leah. — hablé algo seria.

Sabía que ella creía que tenia que alentarme y halagarme, pero no es así.

— Pues yo creo que tienes suerte, te ves como si fueras una diosa bajada del Olimpo solo para dar el placer de que te vean los mortales. — bromeó golpeando mi brazo suavemente.

Rodé mis ojos decidida a dejar el tema ahí, ya que jamás íbamos a estar de acuerdo en eso, acabé de peinarme y sonreí maquillándome un poco. Al terminar la observé a ella.

— Ya ve a vestirte, debemos estar listas antes que Marco y Alek o dirán que por ser chicas tardamos mas, no creo que quieras empezar una guerra sobre quien tiene razón con ellos. — intenté apresurarla para que se distrajera mas rápido.

Busqué mis tacones y me los puse, la vi ir al baño a cambiarse y cuando salió sonreí.

— Perfecta, empoderada, y sobre todo, mi cuñada. Te presento al mundo como nuestra nueva reina. — dije riendo intentando animarla

— Ya, solo no hagas eso otra vez, vamos, o llegaremos tarde a la fiesta. — susurró sonriendo.

Me levanté en cuanto la oí y asentí, tome su brazo y salimos de la habitación, bajamos las escaleras y para nuestra sorpresa, Marco y Alek ya estaban listos, ambos vestían igual, traje y mascara, me sorprendió que no se dieran cuenta de que hasta la misma mascara habían elegido.

Ambos se veían jodidamente bien, me tome el tiempo de observarlos a ambos.

Alek en traje era posiblemente una de las mejores cosas que podían ocurrir, el traje resaltaba cada maldito rasgo en él. Era alto, su cabello negro, ojos oscuros y piel no tan clara pero tampoco tan morena.

Era perfecto.

Negué ante aquél pensamiento, no era perfecto, al menos no debía serlo para mi, aunque sabía que lo era.

Por otro lado, Marco vestía igual, no había diferencia en su vestimenta, también era alto, su cabello negro, aunque su piel era mas clara que la de Alek.

Mentiras Peligrosas. जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें