Capítulo 27. El fin justifica los medios.

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Leah.

Solté un suspiro jugueteando con el móvil entre mis dedos, mordí el interior de mi mejilla y lo apreté con fuerza entre mis manos.

— Solo será esta vez... — murmuré para mi misma.

Observé a Atlanta, ella estaba riendo y jugueteando con Marco.

Dicen que el fin siempre justifica los medios, al menos eso había escuchado decir a Marco durante toda nuestra vida, él solía creer que no era tan grave copiarse o mentir en algo si con eso lograbas algo aún más importante.

Solía justificarse en exámenes, o incluso en las decisiones de vida que él mismo tomaba, y aunque jamás vi que le fallara, no era realmente honesta su forma de triunfar en algunos aspectos.

Me repetí una y otra vez, que lo que hacía era algo más importante, que la causa lo valía. Quise creer que causarle problemas a mi hermano no era tan malo después de todo, al menos si con eso lograba descubrir quienes eran mis padres biológicos.

Respiré hondo viendo el teléfono en mis manos, estaba segura de que no descubrirían que había enviado aquél mensaje pero aún así no quería ser quien lo dijera.

¿Quieres saber lo que tu novio suele hacer cuando no está contigo?

Al enviar el mensaje, no esperé una respuesta por parte de Atlanta, simplemente envié la foto guardada en la memoria del teléfono. Sabía que lo más probable era que se molestara al punto de querer golpear a mi hermano, pero... no tenía demasiadas opciones.

Observé la foto enviada, Marco besando a Iryna, no estaba segura de la fecha en que fue tomada, ni siquiera tenía idea de que existía esa foto, pero no podía pensarlo demasiado, tal vez luego podría arreglar los problemas que estaba por causar.

Al momento en que ese mensaje llegó, se podía ver que Atlanta estaba tan furiosa que parecía que el mundo ardería bajo nuestros pies.

Ella lo hará arder.

Pensé al ver como se acercó más a Marco, de forma decidida tomó su celular, la extrañeza en su rostro decía que no entendía lo que hacía, pero yo si que lo entendía.

Atlanta caminó fuera de la casa y todos le siguieron sin entender, incluyéndome. Yo sabía que esto sería la guerra, al estar al borde de la piscina nos observó a todos.

— Dile adiós a tu celular, Marco. — sonrió inocentemente y soltó el teléfono, este cayo al agua.

Marco soltó un grito y se acerco a ella corriendo esperando una explicación pero en cambio recibió una bofetada de su parte.

Cubrí mi boca sin poder creerlo, realmente no esperaba que esto se saliera de control tan rapido, y podía asegurar que me sentía mal por ser la causante.

Leah, estás haciendo esto por una  buena causa, mereces saber la verdad.

Me repetí, pero al oír los gritos ni siquiera mi conciencia estaba segura de que fuera lo correcto.

— ¿Que mierda haces? — gritó molesto mientras la veía.

Ella sonrió, yo negué suavemente para luego entrecerrar mis ojos y suspirar.

No sé si pueda lidiar con todo esto.

— ¿Que me pasa? Me pasa que ya se la verdad, se que te estabas besando con Iryna en la fiesta de Halloween pero... ¿Sabes? Esto es la maldita guerra. — mencionó, lo apartó de ella sin esperar respuesta de su parte y corrió a la casa.

Sabía perfectamente que esto no había acabado aquí.

Luego de que comenzó a subir las escaleras, la seguimos, vimos como entró a la habitación de Marco donde tomó las tijeras de su escritorio y abrió su armario. Tomó algunas de sus camisetas comenzando a recortar varios pedazos de cada una de las telas y las fue tirando al suelo cuando ya no tenían arreglo.

Mentiras Peligrosas. Where stories live. Discover now