Capítulo 24. Verdades a medias

14 2 0
                                    

Atlanta.

Por esta vez, habíamos dejado que mi madre cuidara de Apolo, habían sido semanas duras para todos y más con un niño en nuestras vidas. Un día de descanso de lo que ahora era nuestra obligación más grande no sonaba realmente mal.

Marco había puesto las sillas en la azotea. Realmente era un atardecer agradable y no parecía una mala idea sentarnos afuera a platicar, Leah se sentó en el suelo a pesar de tener una silla. Yo me senté al lado de Marco pero sabía que Alek nos veía con desaprobación.

¿Qué demonios le sucedía ahora?

Ni siquiera intercambiaba palabras con Marco como para poder saber si era una persona agradable.

Suspiré mientras veía las nubes, una de ellas parecía ser un conejo y me reí al imaginarlo. Leah me miro con el ceño fruncido al igual que Marco.

— ¿Qué sucede? — interrogó Leah.

— Esa nube. — la señale mirándola. — Tiene forma de conejo.

De inmediato las miradas de todos se dirigieron a la nube y Leah se carcajeó también. Marco solo negó tomándome la mano mientras que Alek hizo una mueca.

— Pues yo no le veo forma de nada. — admitió y lo mire sorprendida y ofendida a la vez.

— Pero yo sí. — le respondí sacándole la lengua.

Sonreí negando suavemente y me recargué en el respaldo de la silla observando el cielo.

— ¿No ha sido fácil, no es así? — cuestionó, Marco acarició mi cabello y suspiró. — Te dije que sería difícil...

Antes de que pudiera responder, antes de poder quejarme o incluso mentir acerca de lo difícil que había sido, un ruido pareció alertar a Leah, no esperábamos visitas y era tarde ya. Los mensajes alteraban la paranoia en cualquier lugar, nadie dijo nada hasta que sonó otra vez. Esta vez más cerca.

No estaba segura de que aquello hubiera sido solo la paranoia que nos mantenía alerta, estaba segura de que eso había sido real. Cuando Leah quiso levantarse, un grito abandonó sus labios, un hombre enmascarado saltó sobre Marco obligándolo a empujarme para defenderse.

Alek logró sostenerme antes de que cayera al suelo, aunque tuvo que soltarme con cuidado cuando otro hombre se abalanzó sobre él, soltó un quejido por el golpe contra el suelo que su espalda dió.

Intenté buscar a Leah con la mirada y pude encontrarla gritando y tirando del hombre en un intento de quitárselo a Marco de encima. Quise ayudarle, pero me tomaron del pelo antes de que pudiera dar un paso hacía ellos.

Me quejé intentando soltarme del agarre y me lanzaron al suelo.

Otro hombre, eran tres en total, pero se veían enormes.

Noté la intención del enmascarado, él quería ayudar a quien estaba atacando a Alek ya que parecía defenderse bastante bien.

Sin pensarlo, me aferré a su pierna sin importarme cuantas sacudidas o patadas recibiera por eso.

— Suéltame o te vuelo la cabeza a patadas. — amenazó, pero nada cambió. — ¡Suéltame! — gritó pateando mi estomago.

Mentiras Peligrosas. Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ