Capítulo 8

4.5K 478 190
                                    

Esta historia está a la venta en Amazon en todos los países, así que si queréis apoyarme, no esperar a las actualizaciones u obtener los capítulos extras solo disponibles en la versión de pago, podéis comprar este libro en físico o en ebook, que es mucho más barato (menos de 5 dólares) ^^

Unos dedos reptan en torno a mi cuello y lo sostienen con firmeza, pero sin maldad. La palma de su mano caliente me prensa la garganta y trago saliva contra su piel. Me hace alzar la cabeza cuando noto que empieza a caérseme del cansancio. Por detrás, se acerca a mi oído dice.

—Estás agotado ¿Verdad, cosita? Venga, vamos, levántate y pronto podrás ir a la cama. Mañana nos espera un día largo, larguísimo.

Tira de mí, con su mano en mi cuello cual correa, y me sostiene mientras intento permanecer de pie. Yo niego, llorando. No sé qué me espera mañana, no quiero descubrirlo. La dulce sensación de cerrar los ojos cuando los párpados pesan y que en ese parpadeo pase una noche entera y te levantes en un día nuevo, con nuevas energías y nuevas cosas que descubrir, suena ahora como una tortura. No quiero cerrar los ojos, no quiero convertir mi noche en un segundo que pasa fugazmente, no quiero abrirlos y enfrentarme a lo que sea que este lunático tiene planeado para mí.

—Ángel, Ángel... por favor, déjame ir. Yo sé que tú no quieres hacer es, e-es una locura, déjame ir, te prometo que nadie sabrá nada nunc-

De nuevo, un chasquido. Una chispa en su cabeza: rápida, abrasadora. Me golpea la cara contra la mesa y por un segundo no existe nada más que el dolor dentro de ella, este terrible, fulgoroso dolor que parece proyectarse cegadoramente desde mi frente, este dolor que me llega a los ojos, los oídos, los dientes. Pero luego descubro que es posible sufrir más. Ángel me toma por las manos amarradas a mi espalda y mientras yo estoy contra la mesa, las sube más y más y más, como queriendo que den la vuelta sobre mí y los hombros roten hasta romperse.

Tengo tantísimo miedo, que ni siquiera mi voz sale para gritar.

—La próxima vez que me pidas que me largue voy a romperte los dos brazos y los ataré aún más fuerte. No voy a irme, no voy a dejarte. Cuanto antes lo asumas, mejor para ti, para todos. —dice con voz tosca.

Me suelta los brazos y yo jadeo de dolor, escurriéndome de la mesa al suelo. Lo veo rodar los ojos, hastiado, y me vuelve a tomar por el cuello para ponerme de pie. Al hacerlo me mira unos segundos con desagrado y arruga la nariz.

—Que asco, apestas a sudor y comida. No puedo dormir contigo así. —sus palabras me atinan como un dardo ¿Dormir conmigo? Todo el vello de mi cuerpo se eriza. La cercanía de su cuerpo es insoportable durante minutos, si durase horas... siento que me mataría, que mi cuerpo se llenaría de veneno.

Él me arrastra por el pasillo, de camino al dormitorio, pero cuando llegamos gira a la derecha. Trago saliva cuando entramos ambos al baño y cierra la puerta. Me quedo estático, mirando el suelo mientras pienso en qué está por suceder. De repente, veo como tira su camisa por ahí y entro en pánico, volteándome a verle.

—¿Qué estás haciendo? —digo con los ojos fijos en su cuerpo. Trago saliva al ver que la ropa ocultaba justo lo que yo sospechaba y más: una figura grande, trabajada, capaz de someterme sin lugar a duda.

Mi cuerpo no es especialmente pequeño, pero no es gran cosa y él, en comparación, no parece ni de la misma especie que yo. Mueve su cabeza a los lados, tronándose el cuello mientras me ve con normalidad, y alarga sus manos hacia mi camiseta de pijama. Yo retrocedo como puedo, sabiendo que entre las cuatro angostas paredes no tengo lugar para huir.

—¿Quieres calmarte? Solo vamos a tomar una ducha. —dice con tono irritado, yo me alejo más cuando avanza unos pasos hacia mí y caigo de culo dentro de la bañera.

El niñero (Yaoi) [EN AMAZON] #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora