Capítulo 66

797 133 66
                                    

Esta historia está a la venta en Amazon en todos los países, así que si queréis apoyarme, no esperar a las actualizaciones u obtener los capítulos extras solo disponibles en la versión de pago, podéis comprar este libro en físico o en ebook, que es mucho más barato (menos de 5 dólares) ^^

—Estoy tan feliz.

Ángel tiene una sonrisa enorme pintada en su cara y, más abajo, una barba hecha de espuma. Lo miro, queriendo pensar que este momento es tierno, pero no puedo parar de llorar. Él me frota la espalda con su mano jabonosa, intentando reconfortarme, pero siento que jamás voy a recuperarme de esto.

Cuando recordé lo que le hice a Ángel fue como ver una película, tan lejano, tan... ajeno. Y tras el demoledor orgasmo el cansancio me dejó frotando lejos de esos recuerdos horribles pero ahora calan cada vez más hondo. Gota a gota. Y no puedo parar de llorar, porque es demasiado horroroso. Porque no puedo soportarlo.

—Estoy feliz de que recuerdes cariño. —dice en un intento de hacerme sentir mejor, me toma de la mejilla y me hace mirarlo. Su sonrisa es tan hermosa, pero soy incapaz de sonreír yo también.

—Soy escoria —escupo y me aparto de su suave mano para mirar a otro lado —, merezco morir.

Él solo exhala una pequeña risa y hace un gesto con su mano como quitándole importancia.

—No pasa nada, bobo, ya no pasa nada. —me dice, de nuevo tan animado y contento. Tan... tan inocente. Y entonces vuelve a capturar mi rostro en sus grandes manos y me obliga a mirarlo a los ojos —Porque estás aquí, porque estamos juntos.

—No lo entiendes... —sollozo. —sí pasa... yo debería desaparecer ¡Debería haber desaparecido antes de hacerte esas cosas horribles!

Pero él niega y e ignora totalmente la seriedad del asunto. Vierte un poco de champú en mi pomposo cabello y se pone a masajearlo con gentileza.

—Lo más horrible que hiciste fue abandonarme y lo vas a solucionar a partir de ahora ¿Si? Quedándote a mi lado siempre siempre —dice alegremente, bajando para darme un tierno beso en la punta de mi nariz.

—Desaparecer de tu vida fue lo mejor, no merecías algo tan malo como yo, si tan solo hubiese desaparecido antes...

No lo veo venir. Cuando me doy cuenta de que me ha abofeteado él ya está enjabonándome el pelo de nuevo mientras mi mejilla late y el sonido del golpe todavía me tapona los oídos.

—No vas a desaparecer —dice con convicción. Su tono ha endurecido notoriamente y me hace recordar que pese a ser él mi víctima, yo también soy la suya. Callo y asiento, temblando un poco —Inténtalo y haré que no puedas andar, comer, respirar... sin mi jodida asistencia. —la amenaza se clava en mí profundamente. Siempre he pensado que lo más temible de él es que sé de lo que es capaz, pero me equivocaba: no tengo ni idea de a dónde está dispuesto a llegar. Si yo hice semejantes atrocidades ¿De qué sería el capaz? —Se bueno y quédate conmigo, no me obligues a hacer algo malo.

Su mano baja de mi cabello a mi nuca, el pulgar rozando mi nuez que sube y baja. Me siento nervioso de repente y lo abrazo sin pensármelo. No quiero provocarle más angustia.

—No me iré, Ángel, no me iré... —aseguro, estrechándolo muy fuerte —después de lo que hice no puedo abandonarte a tu suerte, —suspiro, empezando a acariciar su espalda con mis dedos. Mi voz se vuelve un susurro cuando le digo: —pero todo estaría bien si en aquel entonces yo...

Ángel me tira del pelo, arrancando mi rostro de su pecho y desocultándolo. Me agarra por las mejillas y me mira fijamente y de cerca.

—No importa eso. Importa ahora. Y ahora estás conmigo. —dice, clavando sus dedos en mi rostro, examinándolo como si pudiese ver mi alma a través de él. —Eso importa, porque te quiero ¿Entiendes?

El niñero (Yaoi) [EN AMAZON] #PGP2022Where stories live. Discover now