Extra Descendencia I

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Orión Black.

El pequeño Orión tenía solamente tres años la primera vez que decidió que amaba a los animales. Fue un pequeño gatito el encargado de despertar este amor en el niño. Un pequeño gatito al que había decidido llamar pato.

—¿Orión? Hijo, ¿dónde estás?

Regulus se había quedado solo con los niños, mientras Hope era arrastrada por Phoenix a través de todo el centro comercial. Jade había pasado una hora insistiendo a su padre para que la llevase a la nueva librería y mientras Orión se había escabullido al patio trasero donde había conocido a su nuevo amigo.

—Orión, ¿qué haces? —Orión se giró hacia su padre y sonrió al verle. Desde aquella vez que se había perdido en el supermercado y Regulus le había encontrado, parecía idolatrarlo.

—¡Pato! —El niño señaló al gatito negro que miraba todo a su alrededor.

—Eso es un gato, hijo.

—¡Pato!

—Orión... —El pequeño hizo un puchero y volvió a señalar al gato.

—¡Pato! —Regulus suspiró y se sentó a su lado

—Vale, se llama Pato entonces.

El gatito se acercó acariciando su cabeza contra el brazo de Regulus ronroneando. Orión soltó un gritito de felicidad y Regulus suspiró de nuevo.

—Supongo que Pato es el nuevo miembro de la familia.

Y estaba en lo cierto. En cuanto Hope llegó a casa se enamoró completamente del gato, Caos se movía a su alrededor contento y Regulus supo que el gato se quedaba.

Jade Ashley Black

1er año en Hogwarts

—¡Corre! Llegamos tarde.

Jade resopló y continuó moviendo sus brazos rápidamente simulando estar corriendo, a pesar de que sus piernas se movían con lentitud.

—¡Jade! Deja de fingir que corres. —Su prima Sophia ya estaba frente a la puerta del aula de pociones al final del pasillo.

Finalmente, y habiendo tenido que correr, Jade llegó al aula. Cuando las dos muchachas entraron todo el mundo se giró hacia ellas. Apresuradamente las dos chicas se sentaron en la primera mesa que encontraron.

—El arte de preparación de pociones... —El profesor empezó a hablar mientras caminaba de lado a lado de la clase.

—Te dije que corrieses. —Sophia susurró.

—Íbamos ya tarde ¿para qué correr?

—Es extremadamente importante un máximo de atención... —

—¡Oh no! He olvidado mi caldero. —Jade se lastimó enterrando la cara entre sus manos, mientras Sophia palmeaba su espalda negando con la cabeza.

Era lunes, a las nueve de la mañana. Era la primera clase de todo su periodo escolar en Hogwarts y ella había olvidado su caldero.

—Yo tengo dos. Puedo prestarte uno si quieres.

Jade levantó la vista. Frente a ella un brazo cubierto por un túnica con un línea amarilla sujetaba un caldero. Un hufflepuff. Subió la vista hasta el dueño del caldero. Unos brillantes ojos verdes le devolvieron la mirada.

—Gracias. —Musitó Jade cogiendo el caldero. Sophia a su lado aguantó la risa.

Siguiendo las indicaciones del profesor, que seguía caminando de lado a lado del aula, empezaron a preparar la poción curadora de forúnculos.

Cuando esta estuvo preparada, se dispusieron a verterla en un bote para llevarla al profesor. Antes de poder cerrar el bote, algo chocó contra Jade haciendo que la poción se vertiera en la mesa, cayendo parte de ella en su mano.

—¡Lo siento! —El mismo hufflepuff que le había prestado el caldero se disculpó, pero Jade seguía con la vista fija en su mano en la que de pronto empezaban a aparecer puntos blancos.

Jade salió corriendo del aula camino hacia la enfermería. El hufflepuff intentó seguirla, pero Sophia se puso entre medias mirándole fríamente.

—Atrás. Ya has hecho bastante. 

El profesor continuó hablando sin darse cuenta de lo que pasaba. Ese día en la enfermería, Jade Ashley Black decidió que no aceptaría más calderos provenientes de ese hufflepuff. Mientras en su habitación, dicho hufflepuff pensaba en formas de disculparse con la chica.

Familia Black

—¿Es muy tarde para huir? —Regulus miró a su mujer que iba por delante con su hijo en brazos y luego miró a la pequeña de 9 años que tiraba de su mano.

—Tu madre tiene ojos en la nuca. Se enteraría si nos fuésemos. —La pequeña hizo un puchero y tiró molesta de la coleta que sujetaba su pelo. —Pero puedes dormirte y fingir que te ha encantado cuando haya terminado.

—¿Tu me despiertas? —Regulus sonrió.

—Yo te despierto.

—No entiendo por qué tenemos que venir cada año.

—A tu madre le gusta. —Regulus suspiró al ver la concentración de gente esperando a entrar en el teatro. A ese mismo teatro al que tantos años antes habían ido en una cita.

—Pero es siempre lo mismo. Y tiene un final horrible. ¿Por qué tiene que morir? —Regulus volvió a sonreír, su hija era tan parecida a él en algunas cosas.

—Vamos enana, enseña a tu madre una pequeña sonrisa y después te llevo a la librería.

Los ojos azules de la pequeña se iluminaron y una infantil sonrisa apareció en su rostro marcando dos hoyuelos en sus mejillas mientras entraban al teatro.

Hola a todos. En estos extras de la descendencia quería daros una pequeña visión de como son los hijos de nuestros personajes. Todavía sigo pensando si hacer una segunda parte que trate de la descendencia, pero de todas formas me parecía divertidos daros pequeños fragmentos de como son en diferentes etapas de su vida.

Este primero es de los hijos de Hope y Regulus, Jade Ashley y Orión Black.

Espero que os gusten. Un abrazo.

Hope|Regulus Black [Editado]Where stories live. Discover now