Hope|Regulus Black [Editado]

Capítulo 2: Regulus [Editado]

Capítulo 2: Regulus

—Os quedareis cada una en vuestras respectivas casas.

—¿Es seguro que Phoenix se quede en Slytherin? —Todos miramos a Phoenix.

—Es mi casa, no me voy a ir de ella. Es cierto que la Slytherin de ahora no es igual a la que conocemos. —Phoenix hizo una mueca —Pero estoy segura de que no todos son así. Me quedo en Slytherin.

—Bien, la señorita Potter y la señorita Lupin podrán conservar sus apellidos, diremos que son primas lejanas. Señorita Taylor, ¿alguna razón por la que deba ocultar su apellido?

—Ninguna, profesor.

—De acuerdo, señorita Riddle me temo que usted tendrá que ocultarlo. —Asentí, ya lo había pensado.

—Usaré mi segundo apellido profesor. Hope Campbell.

Salimos del despacho del director con nuestras respectivas túnicas. Nos acompañamos las unas a las otras a las salas comunes como de costumbre, solo que esta vez estábamos en silencio.

Desde el momento en que habíamos llegado, no habíamos tenido tiempo de pensar y darnos cuenta de lo que estaba pasando. Pero en ese momento el silencio se asentó entre las cuatro, mientras cada una recordábamos todo aquello que habíamos dejado atrás.

—Es extraño pensar que todo lo que conocemos ya no existe. —Emma susurró. Pasé un brazo por su hombro abrazándola. 

—Ey, podemos hacer esto. Hemos pasado por cosas peores.

—Nos tenemos las unas a las otras. —Emma sonrió abrazándome de vuelta.

—Ahora más que nunca tenemos que estar juntas. —Todas miramos a Phoenix esperando su comentario, era la única que faltaba. 

De alguna forma se había convertido en ritual. Cada vez que teníamos que hacer algo importante o algo nos asustaba cada una decía una frase para anima al resto.

—Os quiero chicas. —Phoenix nos abrazó con fuerza. Aquellos que pasaban por el pasillo se quedaban mirando, no era extraño que hubiese cuatro chicas abrazándoselas, lo extraño era que fuesen cada una de una casa.

Tras dejar a Minnie en Ravenclaw y a Emma en Gryffindor, Phoenix y yo nos encaminamos al piso inferior. Me gustaba ser la última en ir a mi sala común.

—¿Segura que vas a esta bien? —Phoenix asintió.

—Hemos venido a ayudar ¿verdad? Hay muchos Slytherins que no están de acuerdo con lo que pasó Hope, muchos Slytherins que lucharon en lado bueno pero que nadie sabe de ellos. Nosotras podemos cambiar eso.

La abracé rápidamente, si la veían abrazada a una Hufflepuff podría tener problemas y aunque a Phoenix le diese igual a mí no me daba igual. Era su primer día, ya tendrían tiempo de descubrir que las ideologías de mi amiga no eran las mismas que las de ellos.

—Si pasa cualquier cosa me avisas, ¿tienes el espejo? —Ella asintió y se metió en su sala común. Ese espejo nos había acompañado en innumerables castigos a lo largo de los años. 

Paseé por el pasillo sonriendo, recordando. Sonreí levemente al ver la esquina donde mi mejor amigo se escondía siempre para asustarme al salir de mi sala común, y al pasar por el banco donde siempre nos sentábamos después de una agotadora clase de pociones. Suspiré. Iba a echar de menos a mi gente. 

Tan perdida estaba en mis recuerdos que no me di cuenta de que choqué con alguien hasta que me vi en el suelo de nuevo. 

—Lo siento.