Hope|Regulus Black [Editado]

Capítulo 4: 7 de septiembre [Editado]

Capítulo 4: 7 de septiembre.

—Corre, corre. —Sirius empujaba a James mientras la señora Norris les perseguía. Nada más salir de la oficina de Filch se habían encontrado con la gata. Y si la gata estaba cerca...

—Lunático, ¿qué mierdas? —Se quejó Sirius cuando se chocó contra Remus. El castaño se había parado en seco tras entrar en la sala común. James le dio un codazo en cuanto vio la razón por la que habían parado.

En el sofá de la sala común de Gryffindor, una chica rubia lloraba desconsoladamente. El resto de sus compañeros la miraban de reojo, pero ninguno se acercaba.

—¿Emma? —Emma levantó los ojos al escuchar a Remus. —¿Estás bien?

La chica negó con la cabeza y volvió a esconder la cara entre sus brazos. Pero en la mente de Remus se habían quedado grabados esos impactantes ojos violetas llenos de lágrimas.

Remus se acercó y pasó un brazo sobre sus hombros. Emma se sorprendió y le miró. Con cuidado Lupin limpió las lágrimas que se deslizaban por su mejilla. Emma se asombró de la suavidad de su toque y sonrió tímidamente. Un carraspeo los hizo acordarse del resto de la habitación.

—¿Quieres que busquemos a las chicas? —Preguntó Remus y Emma asintió sin mirarle. Sus mejillas estaban sonrojadas y retorcía las manos en su regazo. Los otros tres chicos restantes se miraron entre ellos. Estaba claro que eran los responsables de encontrar a sus amigas.

—Yo voy a Ravenclaw. —Dijo Peter antes de salir corriendo, siendo el más rápido de los tres.

James y Sirius se miraron. Quedaba una Riddle o una serpiente. No sabían qué opción era peor. Al final James se decidió por ir a Hufflepuff, aún le costaba asimilar que una Potter estuviese en Slytherin.

Cuando estaba frente a la puerta de la sala común de los tejones se dio cuenta de que no se acordaba del apellido que usaba Hope. Justo en ese momento Mary Abbott salía de la sala con una gran sonrisa.

—Perdona está dentro Hope.

—¿Hope Campbell? —James asintió. La Hufflepuff sonrió de nuevo y procedió a dar unos toques en uno de los barriles. La puerta de la sala común se abrió y ella le indicó con una mano al chico que entrase. —Puedes pasar si quieres, está en la sala común.

James entró en la sala mirando todo con curiosidad, de inmediato una calidez le envolvió sorprendiéndole. El negro y el amarillo se fusionaban con los rayos de sol que entraban por las ventanas. Allí donde mirases plantas de distintos tamaños y colores adornaban las paredes y las mesas.

Una dulce risa llamó su atención. James miró a Hope con detenimiento, no parecía maligna, más bien le daban ganas de meterla en una burbuja de cristal y no dejarla salir nunca más para que nada le dañase.

En uno de los sofás Hope reía de algo que un Hufflepuff había dicho mientras Minnie la pegaba en el hombro diciéndole que se callase. Las mejillas de la Ravenclaw estaban ligeramente sonrojadas y la sonrisa del Hufflepuff se dirigía especialmente a esta última. Al parecer el viaje de Peter no iba a servir para nada.

Mientras Hope seguía riendo Minnie negó con la cabeza. En ese momento su mirada chocó con la de James y por sus ojos pareció pasar algo de alivio. Era su excusa para salir de ahí.

—James. —Al escuchar el nombre Hope desvió su vista hacia el muchacho. Su risa cesó, pero la sonrisa permaneció en su cara.

—Necesitáis venir conmigo. —El rostro de la Hufflepuff cambió a la preocupación. Pensándolo bien, James Potter no habría ido hasta allí si no fuese importante.