Hope|Regulus Black [Editado]

Capítulo 8: El Quijote, hogsmeade and Blacky [editado]

Capítulo 8: El Quijote, hogsmeade and Blacky

Era de noche y la sala común de Slytherin estaba casi vacía cuando Regulus entró. Solamente Severus Snape se encontraba en una de las mesas con un caldero delante. Un suave aroma a vainilla llegó hasta Regulus haciéndole fruncir el ceño. ¿Qué podría estar haciendo Snape que tuviese ese olor?

En ese momento Phoenix Potter salió agitada de la puerta del dormitorio de las chicas, pero paró en seco y arrugó la nariz.

—¿Por qué huele así? —Su pregunta iba dirigida a Regulus, pero este simplemente la ignoró y se sentó en uno de los sofás a leer su libro. —Snape. —Phoenix se acercó y le golpeó en el hombro al ver que estaba siendo ignorada. —¿Qué es eso? —Snape suspiró sabiendo que la chica no pararía hasta obtener su respuesta.

—Amortentia.

Regulus alzó la cabeza de golpe. Volvió a inspirar, pero el olor a vainilla seguía ahí. Cerró los ojos maldiciendo al recordar en donde, o más bien en quien, había olido ese olor.

Phoenix se quedó mirando el caldero fijamente antes de negar con la cabeza.

—¿Seguro que lo estás haciendo bien? —Snape la fulminó con la mirada tomando sus palabras como una gran ofensa. —Vale, me voy.

La pelirroja pasó ante un Regulus que parecía confundido, sus miradas chocaron por un momento y Phoenix se inclinó para susurrarle.

—Yo creo que la está haciendo mal. —Regulus asintió distraídamente, pero sin poder quitarse de la cabeza a cierta chica y cierto olor.

Phoenix salió de la sala común dispuesta a continuar con su misión: llegar a las cocinas sin ser vista por los prefectos.

Llevaba dando vueltas en la cama sin poder dormirse durante horas y estaba deseosa de una taza de leche. Claro que llegar a las cocinas sin ser vista por nadie, era mucho más complicado sin la capa de invisibilidad.

Tras tener que dar la vuelta tres veces, para evitar a los prefectos y correr dentro de una sala para que Peeves no la viese, consiguió llegar a las cocinas. La cocina estaba desierta a excepción de una sombra que recostaba su cabeza sobre una de las mesas.

Al oír pasos Sirius Black levantó la cabeza. Phoenix paró en seco, con su mano a medio coger un vaso. Sirius se veía cansado, tenía el pelo revuelto y su característica y molesta sonrisa no estaba.

—Venía a por leche.

Phoenix sonrió inocentemente y se sirvió un vaso de leche notando como Sirius seguía sus movimientos con la mirada. Después se dirigió a la puerta, pero antes de salir volvió a mirar al muchacho.

Sirius había vuelto a dejar caer su cabeza sobre la mesa. En su mano sostenía un trozo de tela verde. Phoenix suspiró, no podía irse y hacer como que no le había visto ¿no?

—Ey. —Sirius subió la cabeza y la miró. —¿Quieres ver algo digno de añadir a vuestro mapa? —Sirius sonrió levemente.

—Creo que cada rincón de Hogwarts está en nuestro mapa.

—Este no. Vamos. —La pelirroja salió de la cocina sin mirar atrás. Sirius, un poco más animado, la siguió.

Phoenix paró ante un cuadro que mostraba cuatro caballeros, en ese momento durmiendo, sobre una mesa. Dio dos golpecitos sobre el cuadro despertándolos. Los caballeros se quejaron ruidosamente.

—Shh. Vais a despertar a todo el mundo. —Los caballeros se giraron hacia ella enfadados.

—Phoenix.