Hope|Regulus Black [Editado]

Capítulo 5: Los ojos no mienten [Editado]

Capítulo 5: Los ojos no mienten. 

Sirius buscó por todo el castillo, persiguiendo a cada cabellera pelirroja que veía y ganándose un regaño de parte de Lily Evans por arrollar a la gente; y a pesar de todo eso no conseguía encontrarla.

Quería disculparse, se sentía un imbécil. Ni siquiera había pensado sus palabras, solamente quería hacerla enfadar porque ese parecía ser el único modo en el que sabían tratarse.

Cansado de recorrer el castillo se sentó en un banco. Una suave risa sonó a su lado. Levantó la cabeza y alzó una ceja.

—¿No va en contra de ser hufflepuff reírse de las desgracias ajenas? —Hope se encogió de hombros.

—Si ese alguien lo merece, no está tan claro. —Sirius suspiró. —¿sabes? Hace un día realmente estupendo para ir a la biblioteca.

Hope le sonrió una última vez antes de que el muchacho echase a correr rumbo a la biblioteca.

—¿Está ocupado? —Phoenix se sorprendió al escuchar la voz del muchacho, pero mantuvo su vista en el libro fingiendo estar ocupada.

—No lo sé, ¿ves a alguien que yo no puedo ver ocupando el asiento?

—¿No?

—Entonces no está ocupado. —Sirius suspiró y se sentó a su lado. La miró de reojo y sonrió al ver como apretaba su mandíbula con fuerza y como sus dedos se tornaban blancos de coger con fuerza la pluma.

—El otro día no elegí bien mis palabras. —Phoenix soltó finalmente la pluma y le miró.

—Quieres decir que fuiste un idiota, que te equivocaste completamente y que estás terriblemente arrepentido. —Sirius parpadeó varias veces y comenzó a negar con la cabeza.

—Quiero decir que no elegí bien mis palabras.

—¿Sabes que esto es una biblioteca? Es un sitio en el que se aprende y tienes un diccionario en el que consultar las palabras que quieres elegir.

—Me estoy intentando...

—¿Disculpar? ¿o más bien excusar? ¿Quieres que diga que te perdono? ¿Acaso no vas a poder dormir si no lo hago?

—Eres insufrible. —Sirius pasó una mano por su pelo y suspiró de nuevo.

Phoenix se puso de pie y cerrando con fuerza sus libros se separó de la mesa.

—¿A dónde vas? —Sirius se puso de pie dispuesto a seguirla.

—A mi sala común y yo si fuese tú no vendría, no vaya a ser que alguna serpiente te clave sus colmillos.

Sirius se quedó observando como aquella cabellera pelirroja que le recordaba al fuego desaparecía por la puerta de la biblioteca. Después dejó caer la cabeza entre sus manos. Aquella chica era imposible de entender.

***

Las cuatro chicas andaban por los pasillo de camino a sus respectivas clases.

—Llevamos aquí una semana y el viejo aún no nos ha llamado para hablar. ¿A qué está esperando?

—Dumbledore sabe lo que hace, Phoenix. Cuando crea que es el momento nos llamará.

—Me gustaba más cuando estaba colgado de la pared. —Hope empezó a toser al atragantarse con el agua que estaba bebiendo, mientras Emma riendo le daba palmaditas en la espalda.

—Y aunque nos llame, ¿qué le vamos a decir? Si aún no hemos hecho nada. —El tono de Minnie estaba teñido de preocupación. Las cuatro chicas actuaban como si estuviesen bien, como si todo estuviese bajo control, pero realmente tenían miedo de no arreglar nada, o de aún peor empeorar todo.