No huyo de nada | 2

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Los días empezaron a cambiar, Ran no siguió molestándote, pero te observaba siempre

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Los días empezaron a cambiar, Ran no siguió molestándote, pero te observaba siempre. El ambiente pesado te hacia perder la concentración.

Esto cambiaria tu vida en la escuela, uno de los refugios fuera de la casa, de las agresiones que te hacia tu padre. La escuela siempre te distraía de todo lo malo, aunque tenías "amigas" no sabias bien si llamarlas amigas, siempre te buscaban por ayuda y nunca para ayudar, a veces es cansado que te llamen por ayuda con sus cursis novios, un mundo totalmente distinto al que tu tenías.

Pero desafortunadamente habías caído en el abismo que te había preparado Ran. Y para sumar su presencia daba miedo, los dos daban miedo. Los hermanos Haitani conocidos por estar en la correccional por haber matado a alguien, los profesores nunca hablaron de esto, pero los rumores igual se extendieron.

No es que les tuvieras miedo, pero ahora todo el tiempo estabas tensa a la espera del ataque final - Bienvenida al infierno - fueron las palabras que Ran te dijo al otro día en la entrada de la preparatoria.

Caminando por los pasillos a la hora de la salida te encontrabas sola, te quedaste en la biblioteca a terminar tus tareas, los pasillos solo estaban habitados por los que tenían club dentro del edificio y eran casi nulos.

Con la mirada al frente viste como un grupo de chicos que a juzgar por el color de sus zapatos eran de primer año se acercaban corriendo hacia ti, no hubo tiempo de mucho cuando sentiste el agua fría caer en todo tu cuerpo.

Risas de todos ellos se dieron por el pasillo y las miradas de los que estaban ahí caían sobre ti, nadie hacia nada.

- Los voy a matar hijos de p...

- Un regalito de Haitani-san - dijo uno de ellos aventándote más agua en la cara. Los chicos corrieron lo más rápido dejándote ahí, con todo ese desastre.

Ir con los profesores a acusar a Haitani era imposible, en primera porque obviamente los profesores les tenían más miedo a ellos dos que a nada y en segunda porque si decidían hacer algo llamarían a tu padre, aumentaría tus problemas.

No te quedaba más opción que ir a casa para buscar ropa nueva, la que tenías en el casillero estaba llena de sangre de la última vez. Todo el enojo se estaba acumulando en ti y no sabias que hacer.

- Lo hicimos Ran-san, perdónenos por cruzarnos en su camino.

- Váyanse ya - dijo Rindo y todos los chicos corrieron - no entiendo porque te concentras en ella, ya la hubiéramos matado hace rato.

Uno no comprende sus acciones y menos cuando lo único que buscas es tu propio beneficio.

- A veces uno necesita algo con lo que distraerse - dijo Ran caminado fuera del salón en el que estaba - igual déjala en paz, yo me encargare de ella.

- ¿A dónde vas?

- Tengo algo que hacer, nos vemos en casa hermanito - bueno si tenía algo que hacer, si seguirte contaba como algo.

Amargo || Ran HaitaniWhere stories live. Discover now