Avenencia | 29

6.8K 840 346
                                    

– Estás en lo correcto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

– Estás en lo correcto. Yo la golpeé hasta casi matarla, tuve toda la precaución para no hacerlo. Pero no puedes culparme, soy su padre y aunque le digas a los demás que fui yo, nadie te va creer, no a un pandillero que ya ha estado en la correccional por matar a alguien.

La luz apuntaba directamente a los ojos de Ran, las esposas en sus muñecas estaban demasiado justas haciendo que la piel rosara tanto que provocaba heridas.

Pero la mirada de Ran estaba perdida, su mente estaba dispersa y todo se sentía ajeno a él mismo. Seguía doliendo su pecho como si alguien lo estuviera apuñalando lentamente.

Ha perdido la noción del tiempo, no sabe cuántos días han pasado desde que lo trajeron aquí, tampoco es que le importen. El tormento de pensar que te predio por su culpa lo consume.

Para él es como si perdiera una enorme parte de él. Nada ha servido, lo ha hecho todo mal. No sabe que hacer, no sabe si seguir. Ya no le importa nada, no le importa que lo metan a la cárcel.

Le duele tanto, está tan destrozado que no tiene ánimo de seguir.

– Descuida Haitani, ella está muerta ahora, no sobrevivió – Fudo le miente – Murió, te dejo – una carcajada sale de su boca – Imagino que el jodido feto era tuyo, y ese fue el motivo de todo esto, yo la golpee asegurándome que lo perdiera, pero murió por tu culpa.

– Voy a matarte – contesta Ran con rabia en su voz.

– ¿Cómo lo hiciste con ella? – pregunta en burla Fudo.

Ran baja la mirada, traer todo esa pesadez a su pecho tantas veces hace que sea más insoportable. No dice nada, no tiene objeción. No quiere decir nada porque cree que es responsable.

Pero te extraña con todas sus fuerzas. No hubo despedidas, no pudo estar a tu lado un segundo más. Sería capaz de hacer cualquier cosa solo con verte una vez más. Quiere disculparse por todo, necesita sentir tu delicada piel, anhela ver tu sonrisa. Sólo un segundo bastaría.

– Te vas a pudrir en la cárcel estúpido niño-

– Fudo-san, es hora de la declaración – interviene una persona entrando a la sala. Fudo asiente y da unos golpes en la mesa para llamar la atención de Ran, pero es inútil. La mirada de Ran sigue perdida en el vacío.

– Vendrá un abogado del gobierno, después de todo es protocolo que lo tengas – habla el hombre caminando a la salida.

– No lo quiero – dice Ran en un murmullo.

– Debes tenerlo, necesitamos hacer esto bajo la justicia necesaria, si eres inocente entonces se sabrá. Justicia, ante todo, señor Haitani – dice Fudo saliendo de la habitación.

– Es mi héroe Fudo-san, es el posible culpable del daño de su hija y usted se porta como un verdadero profesional – el hombre que anteriormente intervino en su plática habla elogiando a tu padre.

Amargo || Ran HaitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora