Ausencia | 34

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– Bien señorita (T/N) – anuncia un hombre de mediana edad entrando a la habitación

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– Bien señorita (T/N) – anuncia un hombre de mediana edad entrando a la habitación. Estabas sentada en una silla plegable de metal beige frente a una mesa de madera. Mantenías un poco abiertas tus piernas y tus brazos puestos en la mesa mientras descansabas tu cabeza en ellos –¿Hablara ahora? – pregunta el hombre sentándose frente a ti.

Levantas tu cabeza para ver al individuo por unos segundos y después dejas caer tu cabeza hacia atrás mirando el techo de losa blanco.

Expulsas casi sin hacer ruido el aire de tu boca –Yo los mate – hablas deslizándote un poco sobre la silla para que tu nuca toque el metal de la silla.

El oficial resopla algo molesto –No lo hiciste, al menos no tú.

Levantas tu cabeza para verlo directamente, te mantienes sin expresión alguna y vuelves a repetir tus palabras –Yo los mate.

El hombre niega con la cabeza y coloca los papeles frente a ti –Deja de mentir, esto te perjudica más a ti.

Te muestra dos expedientes, en la esquina superior derecha hay una fotografía de cada uno. Dos hombres adultos. Recuerdas haberlos visto hace tiempo y, aunque era de noche, reconoces sus caras.

La pelea que sucedió hace tiempo, cuando fueron a buscar a Rindo donde para ayudarlo mataron a dos hombres. Uno de un balazo en la cabeza y al otro le golpearon el cráneo hasta matarlo.

Los subordinados los vieron, ellos sabían que los Haitani los habían matado. Aun así nunca lo dijeron por miedo a que les pase lo mismo. No hasta que un hombre con sed de venganza se acercó a ellos para buscar información y hacer sufrir a Ran.

Lo recuerda porque lo golpeó brutalmente en una pelea contra Tenjiku.

"Te voy a matar un día Haitani Ran, acabaré con todo lo que quieres" fue lo que el hombre le dijo y después Ran presionó su garganta para que se callara.

Después de salir del hospital indagó tanto en la vida de Haitani hasta que escucho que se había metido en una pelea por su hermano menor y en consecuencia habían matado a dos hombres, pero que se habían deshecho de los cuerpos, por eso nunca intervino la policía.

El hombre quería hacerle daño a Ran y no vio mejor opción que hacer que la chica con la que mantenía algo pagará por lo que él cometió.

Por eso llamo a las oficinas de policía de Roppongi y reporto el caso de manera anónima.

Tú fuiste la sospechosa que menciono Fudo cuando le hicieron la entrevista mientras estabas en el hospital. Fudo nunca lo supo, sólo lo sospechaba y esa también era razón para huir del país.

Si entrabas como sospechosa a la cárcel de haber matado a alguien arruinarías su carrera entera y te alejarías de él y, quién sabe, también podrías hablar de todo lo que él te había hecho. No importa por dónde lo viera, era un problema.

Amargo || Ran HaitaniWhere stories live. Discover now