Amargo | 40

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"Y aunque sabes que dolerá sigues ahí, aferrada al vacío que dejará"

A Ran,
Una última vez.

"A un hermano no le gusta la chica del otro ¿Qué mierda viste en ella? Escúpelo Rindo, dime la verdad"

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"A un hermano no le gusta la chica del otro ¿Qué mierda viste en ella? Escúpelo Rindo, dime la verdad"

Todo vuelve a su mente, como si las palabras hubieran salido hace tan poco tiempo que el sabor desagradable de cada una atravesara su boca. Irritante.

Los recuerdos se vuelven dolorosos y se lamenta profundamente por nunca darse cuenta de todo lo que sucedió, igual que un ciego paso gran parte de los momentos en su adolescencia.

Ni siquiera contesto a Sanzu cuando se lo dijo, tampoco pensó que fuera una mentira, lo que había escuchado era posible.

Salió del lugar dándole la espalda a sus palabras. Se subió a su carro para conducir a la casa de la persona que acababa de ver.

Y como un mal presagio el cielo está nublado, aunque sea de día, todo el ambiente se siente triste. Lo había ignorado hace poco porque estaba feliz de verla de nuevo. La llevo a casa y se despidió de ella prometiéndole que iría a visitarla por la noche.

Pero la noche no ha llegado y él ya está frente a su puerta. No sabe si quiere tocar, no quiere hacerlo realmente. No obstante, su mente sigue taladrando su cerebro. Cree sentir la sangre salir de su cuerpo.

Toma unos segundos y suelta un suspiro de los más profundo de su pecho para tocar con sus nudillos la puerta.

No salgas.

Y aunque se lo dijera en la mente el destino le dice que no puede hablar porque ella abre.

Ve detrás de esa puerta abierta sus ojos, la ve mirarlo directamente.  Sus ojos brillan en un segundo y está sonriendo como si tuviera algo en su mente. La felicidad se derrama de su corazón provocando que algo dulce atraviese el corazón de Ran.

Eres tan hermosa.

No quiero alejarme.

El pinchazo en su corazón aparece, tan asqueroso que tiene que mover un poco la dirección de sus ojos para encontrar las palabras. La saliva parece piedra pasando por su garganta, desgarra cada espacio oprimiendo su pecho.

–Hola Ran, ¿Esta todo bien? – pregunta al ver la expresión seria del hombre.

–¿Sentiste algo?

Ella lo mira confundida. –¿A qué te refieres?

–¿Sentiste algo cuando Rindo te beso?

La sonrisa que antes tenía ella desaparece en un instante, sus ojos vuelven al color habitual. Esa mirada de pena en sus ojos se hace más evidente.

Ella niega con la cabeza –No. Escucha Ran, te lo quería decir, yo no quería eso, él simplemente...

–¿Qué te dijo?

Amargo || Ran HaitaniWhere stories live. Discover now