Capítulo 12

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Ciel

No tengo ni una puta idea de cómo termine aquí, sentada en el columpio de Alizée, esperando paciente a que alguien se diera cuenta de mi ausencia y viniera a salvarme del frio. Según el reloj, ya llevo congelándome cerca de media hora.

Y si de eso no tengo idea, tampoco sé cómo carajos termine hablándole a un arbusto con ojos.

- Oye... - fue un susurro, uno pequeño que me sobresalto. No pude evitar soltar un grito.

Ya que estaba empezando a disfrutar de la tranquilidad de mi patio trasero.

- ¡Carajo!- casi me caigo del columpio y fue peor cuando en vez de quedarse fijo, se empezó a mecer. Detesto marearme.

El idiota detrás del arbusto se rio y puedo jurar que eh escuchado esa jodida risa en otro lado, la pregunta, ¿es en dónde?

Abrí los ojos y al otro lado del gran arbusto, encontré entre los arbustos muy discretamente la cabeza de alguien, espiando o que casualmente estaba en el patio trasero de la casa del vecino de atrás. Ni las rejitas de madera ayudan a tapar mi patio, que excelente idea esa de poner un arbusto en vez de cerrar con una bonita pared llena de enredaderas, pero nunca me hacen caso, ahora hasta nos espían.

- ¿Y tú quién eres?

Hubo un largo silencio.

- Donde queda lo divertido si te digo.

Es un asesino en serie, seguro es un asesino serial, pero ahí voy de tonta a creerme Nancy Drew. Me pare del columpio y camine hasta la pequeña frontera que separaba la cerca de madera del vecino con mi bonito arbusto gigante.

- Muy bien, señor asesino serial. Ya sé que soy bonita, pero también soy bástate molesta y gritare tanto que te reventare los tímpanos.

Hubo un largo silencio y por un momento creí que estaba loca, hablándole a la nada. Trate de mover las hojas del arbusto para poder ver la cara de aquel idiota, pero los peldaños de madera solo me dejaron ver parte de su cabeza.

Era rubio, tal vez castaño y estaba reposando en una de las maderas.

- ¿Esa es tu pijama?, o alguien te dejo plantada

Me sobresalte cuando movió su cabeza para mirarme y regrese las hojas del arbusto a su lugar.

- Nadie pidió tu opinión sobre mi ropa, sangre sucia inmunda.

- Como digas, reina del drama.

Volvió a reír y la voz de su tono se me hizo todavía más familiar. Yo lo conocía, este jodido asesino serial era un cabrón idiota.

- ¡¿Stilinski?!- Abrí los ojos y me levante del piso para pararme en puntitas y ver el panorama de la casa del vecino.

Cuando Allison dijo que darle una bonita sonrisa comenzó con sus martirio de acoso, no le creí, no es que no lo considerara posible, pero era una completa locura, y si Poe era el acosador detrás de la madera, entonces no me puedo imaginar lo que hará si yo hablé con él, le suplique y me permití intimidar por algunos segundos.

Es un jodido enfermo, y estoy jodida.

- ¿También vas acosarme? Tienes que ir a un psiquiatra, Poe.

Me incline de más y cuando una de las ramas donde estaba apoyada crujido, tambalee y el tobillo se me torció.

<<Dios, hazme el favor de que nadie dentro de la casa me vea>>

Un par de manos sujetando mi cintura me hizo recobrar la compostura y que no callera al suelo arruinado mi vestido.

No pude evitar sonrojarme cuando la cara de Edward apareció frente a mí, con una sonrisa arrogante y aguantando la risa.

Cuando vas a besarme...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora