Capítulo 4

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Ciel

La pieza casi terminaba cuando escuché que alguien me llamaba y horriblemente desafine la nota.

¡¡Mierda!!

Voltee lentamente y entonces un escalofrío recorrió mi espalda.

Me descubrieron... otra vez

Era un chico de mi clase de informática o de administración, alguna de las dos. Creo que se llama, ¿Poe?

Él estaba parado frente al marco de la puerta, de brazos cruzados y un libro atorado entre ellos. Me miraba confundido, muy confundido. Se supone que nadie debía saber que yo me venía a esconder aquí, era mi lugar "especial" y ahora alguien lo había descubierto.

- ¿T-tu qué haces aquí?- jamás tartamudeaba que me estaba pasando.

Levanto una ceja y su sonrisa se amplió.

-Parece que cierta persona da una visita todos los viernes - señaló el piano- y toca eso. Tengo que limpiarlo, Ciel.

Bien, suena lógico.

- Pe-pero, n-no deberías estar en clases, ¿Por qué estás aquí?

- Porque me obligaron hacer servicio comunitario por culpa de tus amigas y ahora tengo que reponer clases después de ayudar aquí, ¿lo recuerdas?

Claro que lo recordaba, el escándalo que Allison hizo ese día por su supuesto "acosador" llego hasta el bufete de sus padres. Entonces aquí es donde termino Poe, y no con una orden de restricción como decía Allison. Pobre, debía estarla pasando mal, pero no es mi problema. Igual no iba admitir el recuerdo frente a él y mucho menos pedirle perdón.

- No- mentí.

Su cara se transformó tanto como para demostrar su enfado.

- Da lo mismo. - empezó a caminar- Limpiare después. Cuídate, Ciel.

Poe abrió la puerta y como si espera que me fuera en ese instante salió muy despacio del salón de música. Seguía en shock, por lo que mi cerebro tardo mucho en procesar la información.

<< ¡Por un demonio! >>

Me levanté y con trabajó baje lo más rápido los escalones. No iba a dejar que se fuera como si nada después de enterarse que la razón por la que faltaba a clases era venir a tocar el piano y no por estar con Troy. Tomé las cosas que había dejado tiradas en el piso y me dispuse a salir.

- ¡Oye, Poe! - logre alcanzarlo y tire de su hombro para evitar que siguiera caminando. Lo obligue a girar y su amplia sonrisa logro intimidarme por un par de segundos insignificantes.

Aunque se sentaba dos lugares más atrás de mí, nunca había notado lo guapo que era. Tenía el cabello café claro, casi rubio y sus ojos color miel hacían resaltar unas diminutas pecas que se forman cerca de sus ojos. También es un acosador y acaba de descubrir algo bastante valioso. Eso me pasa por no ser cuidadosa y dejarme llevar.

- No le dirás esto a nadie, ¿entendiste?- con uno de mis dedos le pique el pecho- Si llegas a decir algo, yo me encargo que esta vez si te den libertad condicional.

- Y contra que vas a acusarme, ¿por arruinar tu mala fama? Si llego a contarlo, te haría un favor a ti y a tu patética reputación.

- Ya quisieras tener mi mala fama...

- Adiós, Ciel- se dio la vuelta y volvió a caminar.

Agh. Porque tiene que ser un nerd tan necio. Volví a correr y segura que esta vez no iba a detenerse, me le pare enfrente y el no tuvo de otra más que volverme a escuchar.

Cuando vas a besarme...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora