Capítulo 30

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Capítulo 30

Ciel

Estaba inquieta, no sabía por qué exactamente, pero mis opciones se reducían a tres probabilidades. La primera era Edward jugueteando con Allison, su nueva tutora, en una de las mesas de la cafetería; podía escuchar sus murmullos y risas hasta el otro lado del salón, deberían intentar resolver el absurdo problema de Parker en vez de reír tanto, ash.

La segunda probabilidad y un poco más tolerable, era Napoleón Stilinski. Llevo tratando de ignorarlo desde la práctica de laboratorio de hace una semana, está claro que no nos agradamos y solo estamos juntos por cuestiones administrativas, no le veo caso intentar entablar una conversación amigable si para cuándo termine el curso seguro ni vamos a saludarnos. Eso debería alegrarme, ¿no? De todas formas, él sigue escribiendo como loco mis apuntes y tareas atrasadas, tampoco tiene mucho interés en hablarme.

Y la última posibilidad era bastante sencilla, el trago que le di al termo de Carly tenía más alcohol de lo normal.

Otra carcajada de esos idiotas enamorados y voy buscar a Parker para que venga a darles un reporte, un regaño o que se yo, lo que sea para que ese par deje de molestar e interrumpir la tranquilidad de los demás.

<< Solo te molesta a ti >>.

Ya lo sé y me da igual. Conciencia estúpida.

Abrí el libro aburrido de finanzas que papá me regaló por millonésima vez y busqué la posición perfecta para poder leer y espiar discretamente al mismo tiempo. A nadie nunca lo arrestaron por leer (creo), así que si los padres abogados de Allison vienen a decirme que estaba espiando, les daré una breve síntesis de la introducción y problema resuelto...

Retiro lo dicho, las finanzas son una mierda inentendible, ni siquiera comprendí la introducción, a no ser que las letras borrosas no sean parte de la edición.

Me quejé, esto de ser el mal tercio y amor no correspondido, está empezando a ser un martirio. Según yo iba a cambiar el karma y lo único que he hecho es que mi karma se venga con más fuerza cada que intento hacer alguna travesura, ¡Antes ni me prestaba atención!

Golpeé mi cabeza contra el libro y solté un chillido por lo fuerte con lo que me pegue.

- Vas a romper la última neurona que te queda, abejita.

- Vuelve a hablar y te voy a estrellar el mismo libro en la nariz, no estoy de humor para tus bromas araña psicópata.

Poe se quejó y me arrebató el libro de la frente, haciendo que mi cabeza estrellara de nuevo con la mesa, genial, ahora voy a parecer un jodido unicornio.

- ¿Finanzas? No tenía idea que te interesan los negocios.

- No me interesan. Ahora cállate.

O mi nivel de irritación era extremo, o simplemente a Poe se le da perfectamente terminar con mi paciencia. Quizá sean ambas.

- Necesitas relajarte, abejita.

- Relajarme va a empeorar mi mal humor.- lo mire de mala gana.

Poe tenía una sonrisa de satisfacción en su rostro, una de sus cejas estaba levantada y el sol entrando por la ventana hacía que su cabello se viera más claro de lo que es. No puedo creer que sea tan cabrón para disfrutar cada que me meto en algún aprieto, debe ser su pasatiempo favorito, de verme discutir con Alizée sería el mejor momento de su vida.

- ¿Bebiste?

- Por supuesto que no.

- Últimamente estás distraída, pero no lo suficiente para ignorar tus ansias de irle a suplicar a Parker para que me cambie de lugar por él- señaló a la mesa de enfrente- ¿Cuánto bebiste?

Cuando vas a besarme...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora