Cuando vas a besarme...

Capítulo 42

Poe

... Por favor, responde.

Ella reía, como si fuera el ángel caído más hermoso del infierno.

<<¿En qué momento tu obsesión por Ariana Grande y el pay de limón se apoderaron de mi sentido y razón? Agh.>>

Necesitaba alejarme, decirle que su plan era patético, que la odiaba más que a cualquier otro ser y por mas que me gustaría besarla frente a todos, sus brillantes ojos verdes nunca se iluminarán por mi de la misma forma en la que ve a ese insignificante postre en sus manos.

Quería responder sus mensajes, actuar como si nuestro baile en la fiesta de aniversario fuera un simple acto de rebeldía y diversión, pero no podía, no después de que sus ojos cerrados detrás de esas gafas fingiendo prestar atención a la aburrida clase de geografía, se volvieran una tormentosa punzada en mi pecho que apenas y me deja respirar.

- ¡Ey amigo!- susurraron a mis espaldas- Si sigues viéndola de esa forma nunca dejarán de rumorear sobre ustedes.- algún entrometido sentado detrás mío interrumpió justo en el momento en el que Ciel trató de acomodar su mano para que su rostro no terminará sobre la banca como otras tantas veces. Decir que me jodio fue poco.

Tanto tiempo odiando que me llamaran acosador y al final, aquella abeja durmiente logró hacer que dicho sobrenombre al fin tuviera un irónico significado. Esto es lo que me gano por romper nuestro acuerdo.

¿Y si realmente estoy tan loco como dicen?

- ¿Que te hace creer que la veo a ella y no a la motocicleta estacionada en el patio? Su cara me tapa la vista, no entiendo como todos suspiran por ella.

Si, claro.

El chico pelirrojo de mi clase al cual nombre ni siquiera puedo recordar dijo algo más, algo que llamó la atención de otro tipo y ambos se unieron a mi perfecta vista de la "motocicleta" que dos horas antes de que algun idiota del equipo de futbol llegara a la escuela, le pedi a Carter específicamente la estacionara en ese sitio. Sabía que me habían prohibido verla de nuevo, pero mi padre estaba demenete si cree que aceptaría su decisión.

- ¿No creen que es hermosa?- preguntó el chico pelirrojo de atrás.- daría la mitad de mi riñón para conseguir una.

- Ni eso te sería suficiente- le respondí, distraído en la resbaladiza mano de Ciel que luchaba por mantenerse firme y sujetar su rostro - Es complicada, difícil de manejar y sus cambios son igual que los de un niño caprichoso que quiere huir de una fiesta incómoda. Necesitas mucha paciencia para poder lidiar con una belleza así.

En un inesperado momento, Ciel abrió los ojos apenas percibibles por la oscuridad de sus gafas, ignorante de que la veía dormir y retocar su labia durante la mayor parte del día. Bendita suerte que Otto decidiera pedir un descanso después de lo que pasó el sábado, sino tendría que darle muchas explicaciones del por que mi indiferencia.

- ¿Cómo hiciste para conseguir un modelo así?- volvió a interrumpir.

- No lo sé, solo llego a mi- por fin se quitó las gafas y antes de que girara a verme, desvie mi mirada de nuevo al cuaderno en blanco que había fingido escribir durante la clase. - pero tendré que ir olvidándome de ella si no quiero "arruinarme" la vida.

- Wow- el otro chico se apresuró a guardar sus cosas cuando sonó la campana- ¿Crees que cuando te hartes de tu motocicleta puedas vendermela? Según las referencias de la tienda son de las más seguras en el mercado.

Palidecí.

<<Eres un idiota Napoleón, como no captaste que te hablaban de una motocicleta. Imbécil>>