Capítulo 31

8 0 0
                                    

Ciel

La primera vez que lo vi fue como una tormenta, odiaba que alguien llegara a invadir mi espacio de juegos y privacidad, pero a la vez ese niño con audifonos me lleno de intriga y un poco de enojo. Aun recuerdo su rostro confundido al bajar del auto, entrecerró los ojos, igual que lo hace ahora.

- ¿Interrumpo algo? - había un cierto tono de enojo en su voz, uno muy maravillosamente reconfortante.

Poe estaba a centímetros de mi y la actitud retadora de Edward mirándonos no ayudaba nada a los nervios que de por sí ya estaba tolerando por culpa de la araña psicópata. ¿Celos? Quizá y... o tal vez yo estoy muy mal sentimentalmente en este momento para confundir las cosas. Edward no sentiría celos por mi estando con Allisson, si es que a eso que tienen se le llama relación obvio.

- No- Poe retrocedió, tomando esa horrible chamarra café del respaldo donde antes estaba sentado y sus cosas. ¿Que no tiene otra maldita chamarra?- Ya me iba.- Camino hasta la puerta y antes de marcharse se detuvo un momento a lado mio.

Hubiera preferido una mueca, un gesto aburrido, incluso su estupido apodo antes de la mirada fría con la que se despidió de mí.

¿Está mal sentirme culpable? Tendría que indignarme con él después de que prácticamente me dijo que no disfruta mi compañía... y era lo que yo quería, que se alejara de mí ¿no? Entonces por qué me siento tan... ¿rechazada?

- ¡Camina por la sombra, amigo! - Edward le gritó al mismo tiempo que se hacercaba a mi.- Ese tipo esta demente, ¿como es que lo toleras, ángel?

¿Por qué lo tolero? Yo misma me he preguntado eso más de una vez y sigo sin tener respuesta.

- Por qué tengo que hacerlo- de pronto la cadena sobre mi cuello fue insoportable y tuve que llevar mi mano para separarla un poco y me dejara respirar- creo que no tengo opción.

- No me gusta que esté cerca de ti.

Aww, el niño tonto se estaba preocupando por mi seguridad. No pude evitar sonreír y esa mala sensación de arrepentimiento se fue cuando Edward pasó su brazo detrás de mis hombros. Voy a tener que estar muy relajada para no aprovechar la soledad de la cafetería e intentar besarlo.

- Entonces fue un milagro que aparecieras para protegerme.

- Tu sabes cuidarte sola angel, - el muy idiota alboroto mi cabello antes de dejarme para buscar entre las sillas alguna cosa.- pero que bueno que regrese a buscar la cosa de Ally, asi te ayude con ese idiota. Se nota que es un fastidio.

Claro, no había vuelto por mí, que estupida.

Como amo que mis dos mejores amigos estén "enamorados", me hace sentir nauseas y un cierto resentimiento a las parejas falsas que te idealiza Hollywood.

- Nunca toques mi cabello.

- Eso no es negociable, ángel. Mejor ayudarme a buscar la cosa esa en donde guardan el maquillaje.

Blanqueo los ojos.

En fin, no tenía otra cosa mejor que hacer llegando a casa y pasar tiempo con Edward a solas en estos días era un milagro, qué más da si le ayudo a buscar la cosmetiquera de Allison.

Mentiría si digo que me alivie cuando Edward encontró la cosmetiquera rosa en una de las bancas y aunque me hubiera gustado hacerlo por qué perder maquillaje es igual que perder la vida, la púa de guitarra con la imagen de un cráneo siendo destruido por una viuda negra se robo toda mi atención.

El mundo tiene una fea conspiración en mi contra. Necesitas terapia araña psicópata, esos dibujos no son de una persona mentalmente estable.

Poe

Cuando vas a besarme...Where stories live. Discover now