Capítulo 18

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Ciel

¿Alguna vez han sentido esa sensación de incomodidad en el pecho? Esa que viene siempre cuando las cosas no van saliendo de acuerdo al plan y prácticamente todo se va a la mierda. Si lo han sentido, que dios lo tenga en su santa gloria (no literalmente), pero si nunca en su larga y aburrida existencia han pasado por algo similar, intenten sacar un acordeón en medio de algún examen para pasar todas las respuestas que según ibas a memorizar la noche anterior antes de ver el maratón de tu serie en HBO, créanme, esa jodida sensación de incomodidad vendrá cuando los atrapen.

Y hubiera preferido que me atraparan haciendo trampa en algún examen antes de quedarme sin palabras viendo como toda una idiota al estúpido de Napoleón Stilinski, o Poe, como sea que se llame.

- Se supone que te tienes que presentar en este momento, Ciel- mi odioso profesor me saco del trance.

- Ciel Margarita Allen...- tome temblorosa la mano que Poe ofrecía y la estreche, igual a una maquina con programación. Carajo, fácilmente podría romperme los dedos con un fuerte apretón, la mía es una cosita pequeña entrelazada en las suyas...

Un momento... ¡Acabo de decir mi nombre completo! Como puedo ser tan idiota cuando me pongo nerviosa. Poe lo noto y una mirada picara examino mi rostro, otra cosa suya que aborrezco tanto como su colonia barata.

- Que agradable es que mis dos alumnos "estrella" al fin se conozcan.

- ¿Cómo que "estrella"?- dijimos al mismo tiempo. No puedo creer que la voz de Tara se escuche mejor junto a la mía que la de Poe.

Mi maestro esbozo una amplia sonrisa y le indico al chico que entro tarde una orden muy paternal de su parte para que abandonará el salón. Y yo pensando que era N.S, diablos.

- Lo digo por sus problemas de conducta. No se emocionen.

Doble diablos.

- ¿Porque estamos aquí, Otto?- Poe recargo el brazo en el respaldo de la silla, mirando a mi profesor más allá del odio normal que un alumno le tiene a su maestro.

- Porque a tu padre le preocupan tus notas.

Algo me dice que estos dos se conocen más allá de la relación de maestro y alumno, lo único malo, es que sus problemas personales me van acarrear a mí también. La próxima vez que quiera faltar a clases, me lo voy a pensar muy bien. Creo que ya entiendo un poquito la incomodidad de Alex cuando peleo con mi hermanita frente a él.

- Ciel es la más lista de la clase, aunque le cuente aceptarlo y no tiene otra opción si quiere evitar detención- termino Parker al notar mi obvia incomodidad.

- ¿Gracias?- trague saliva, fingiendo una amplia sonrisa para ocultar mi incomodidad.

Soy lo baste idiota para arruinarme los momentos yo solita. Gire para mirar a Poe, que tenía la mandíbula apretada y los nudillos de sus manos empezaban a ponerse blancos de tanta fuerza con la que los apretaba. Aparte de psicópata, con problemas de control de ira, lo último que faltaba.

- De todas tus alumnas "estrella", ¿tenía que ser ella?- Poe no fue amable en ningún sentido y olvido por completo que yo seguía en ese salón, sentada, observando su ridícula escena de ira.

Nunca vi tanto enojo en una mirada, estaba acostumbrada a las de envidia, mala energía e incluso celos, pero enojo, fuera de los regaños de mamá, nunca y Poe fue el primero que me miraba de esa forma, como si mi presencia lo molestara realmente. El problema no fue su rechazo, sino el por qué demonios me empezaba a importar su opinión cuando lo único que hacíamos era pelear, amenazarnos y querer golpearnos como costal de box.

Cuando vas a besarme...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora