《34》

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MOONBYUL

Los días luego de aquel mensaje de Yongsun, pasaron volando. No pareciera que estaba conviviendo con la misma chica de hace unos años, incluso de hace unas semanas atrás.

Yo me sentía atraída por aquella Yongsun, pero esta versión mejorada me estaba gustando aún más. ¿Tanto le entró lo que le dije aquel día en el baño del colegio?

— Después de clases,¿Tienes planes? – Preguntó, haciéndome salir de mis pensamientos.

—No, sinceramente no– Sus ojitos comenzaron a brillar de una forma demasiado tierna— ¿Porqué?¿a dónde quieres ir?

— Abrió una tienda de artesanías hace poco cerca de mi iglesia, y habían miles de chuches súper bonitos que quería mostrarte, ¿podemos ir?

— Obvio– Le respondí con una sonrisa y dandole un besito en la punta de la nariz sin pensarlo demasiado porque me era tierna.

  Al rato me di cuenta de lo que hice y miré al rostro de Yongsun para saber si le había incomodado tal acto. Pero la más pequeña solo comenzó a reírse y seguido me dijo:

— Me hace cosquillas. Deja de mirarme como si me hubieran atropellado o algo, mejor come tu merienda antes de que se enfríe.

  No podía simplemente acostumbrarme a ese trato porque solo hacía que me ilusione sin ni siquiera tener oportunidad con ella. Horas después nos dirigíamos a la dichosa tienda y para mi mala suerte, Yongsun me sostenía fuertemente la mano. Todo el camino nos la pasamos pegadas así, hasta que llegamos y ella se soltó para saludar a los dueños del lugar y mirar las cosas que vendían.

  Fue un constante "mira Moonie" por cada joyería, pulsera de hilo, collares, cántaros, o lo que hubiera en la tienda que Yongsun pudiera ver. No me molestaba que me llamara a cada segundo, al contrario, lo estaba disfrutando. Pronto algo captó mi atención, y la que le llamó fui yo.

—¡Mira Yongsunnie!¡Son collares con gatitos! – Cómo dos niñas que acababan de recibir dulces, estábamos súper emocionadas. Los gatitos tenían nuestras iniciales y eran de lo más bello.

(Foto por si no tienen una idea de cómo es el collar, solo que en vez del corazón tiene iniciales)

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(Foto por si no tienen una idea de cómo es el collar, solo que en vez del corazón tiene iniciales)

— ¡Yo quiero! ¡Vamos a compartir collares por favor! – Me siguió Yongsun, unos minutos después vino el dueño a mirar.

— Ah, son collares de pareja, unos jovencitos lo ordenaron pero hace 3 meses no vienen a retirar nada, se los puedo dar por un precio oferta— Ofreció el hombre amablemente, pero no sabía si aceptar por lo de "collares de pareja", no quería incomodar a mi amiga.

— Lo compraremos — Respondió sin titubear mi acompañante, a lo cual me sorprendí obviamente. ¿Desde cuándo no le molesta ese tipo de cosas? De verdad ya me estaba asustando, talvez unos aliens se robaron a la verdadera Kim Yongsun.

  Pagamos y salimos del lugar. De camino ninguna habló, todo fue silencio total, aunque no era un silencio incómodo para nada. Cuando llegamos a la casa de Yongsun, ella me miró y sacó su collar.

— Pontelo, tú tendrás el gatito de la "Y" y yo tendré el de la "M", ¿te parece?— Ofreció con una tímida sonrisa. No sabía si gritar, llorar, preguntarle si de verdad era ella, decirle que me gusta, o correr para mi casa y dejarla así.

— Sí, bueno. — Respondí casi en automático.

  Ella rodeó sus brazos por mi cuello, colocando el collar. Se puso de puntitas(porque soy más alta que ella), y ladeó la cabeza intentando que el broche se asegure. Sentía como su respiración rozaba mi cuello, y la piel se me puso de gallina, cosa que al parecer no notó.

— Ahora dame el tuyo– Ordenó, por fin separándose de mí. Y se lo entregué, sin animarme a colocarselo yo. Al parecer eso sí lo notó porque simplemente se lo puso sola, sin preguntar nada. — Esto de hoy, no lo voy a olvidar. Me divertí mucho, gracias.

— Yo igual, gracias a tí ahora tengo un mini gato Yongsun— Dije en tono de burla y se comenzó a reír. El día fue perfecto y escucharla así de feliz, me era lo mejor del mundo.

— Estos collares son como nuestro amuleto. Yo para tí y tú para mí, en las buenas y en las malas.

— Siempre, Yongsun.

  Nos quedamos unos minutos mirándonos en silencio, y luego ella entró en su casa. La estúpida sonrisa no se me iba a borrar en una semana de seguro.

Yo no deseé esto[Moonsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora