¡Tú no cambias, Danielita!

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Pov Poche.

Me encontraba en el auto de Pau, de camino a la boutique Catalina Ceballos, la más importante de Bogotá. Movía mi cuerpo al ritmo de la música, vamos ¿A quien no le gusta un buen vallenato?, Paula giro el volante a la derecha y después detuvo el auto por la luz roja del semáforo.

-¡Oye, Poche!, Cuéntame...¿Qué tal es el chico con el que vas a salir esta noche?-Paula giro su rostro para verme, alzó las cejas repetidamente y me hizo una cara pícara.

Pensé en el chico con el que iba a salir hoy, a decir verdad no estaba nada mal, digo, fue lo mejor que pude conseguir en estos días y no hablo precisamente del físico, si no de lo intelectual, como se dieron cuenta hace un momento, hay muchos pervertidos en las redes sociales, ¡Que Dios nos agarre amparados!

-Es alto, de cabello castaño, musculoso, tiene tatuajes, una linda sonrisa y sabe de literatura-Paula torció la boca de lado y alzó ambas cejas.

-Se escucha que es atractivo...¿Tendrás sexo con él?

-¡Oh, Dios...Paula, claro que no! ¡Que cosas dices!-le dije con mis ojos saltones y ventilando mi rostro con las manos- ¡Por supuesto que no!, Solo quiero tener una charla agradable, nada más-Le dije esperando que mi rostro dejará de arder.

-Vamos Poche, tienes 25 años, tú y yo sabemos que a esa edad todos tenemos esas necesidades, una buena cogida te reinicia la vida.

-¡PAULA!-Le recriminé y ella estalló de la risa.

-No te hagas, Poche, te ví ese día que fuimos a Cartagena, como le veías el paquete a los chicos, aunque...también vi como le mirabas el trasero a las chicas...¡Oh por Dios! ¡Poche eres gay!-Paula me dijo de lo más emocionada, mis mejillas estaban ardiendo, me estaba muriendo de la vergüenza.

-No, yo no...-Le respondí, pero Paula me seguía viendo con la misma cara pícara.

-No tendría nada de malo si es así, sabes que yo te apoyo y si eres bisexual, piensa que se amplía tu menú-Paula seguía y seguía, escondí mi rostro entre mis manos.

-Paula, ¡Ya, Marika, ya!-Le dije cansada de escuchar sus boberías.

-¿Sabés qué?...hoy dale miel a la hojuela, déjate querer-Paula era o se hacía la sorda, porque por más que le pedía que se detuviera no lo hacía.

El semáforo se puso nuevamente en verde y Paula siguió conduciendo, yo aproveche y le subí el volumen a la radio para que Paula no volviera con sus mismos cuentos.

Paula estacionó el auto en el estacionamiento de la boutique, ambas salimos al mismo tiempo y caminamos hacia la entrada de la ya antes mencionada. Cuando entramos la recepcionista nos saludo, verifico en la computadora el nombre de Paula y nos pidió que pasaremos adelanté, la diseñadora nos estaba esperando.

-¡Paula!-La diseñadora saludo a Pau con un beso en la mejilla y un abrazo.

Cuando ellas se separaron del abrazo, la diseñadora llamada Carol, me miró, sonrió y se acercó para saludarme de la misma forma que saludo a Pau.

-Tu vestido ya está listo, Pau. Solo necesitaré que te lo pruebes por si debemos hacer unos pequeños ajustes y luego tú hermosa dama de honor deberá dar su punto de vista-La diseñadora nos dijo y ambas asentimos.

Me senté en uno de los bancos que estaba afuera de los probadores para esperar a que saliera Pau, no sé preocupen los vestidores son lo suficientemente grandes para que quepa una novia con vestido de princesa de Disney.

Al término de unos minutos Paula salió portando su hermoso vestido blanco, la tela era de seda, tenía un descote de corazón en la parte de sus pechos, el vestido se pegaba muy bien a su cuerpo, lucía como toda una princesa.

La Eterna SolteronaWhere stories live. Discover now